Agente de la Guardia Civil junto a las naranjas robadas

Agente de la Guardia Civil junto a las naranjas robadas EP

Sevilla

La Guardia Civil detiene a una persona e investiga a otras 11 por el robo de 800 kilos de naranjas en un pueblo de Sevilla

Los agentes del equipo Roca han llevado a cabo un dispositivo especial de vigilancia en varias zonas rurales del entorno de Cazalla de la Sierra.

Más información: La Guardia Civil recupera 2.200 kilos de fruta y detiene a 11 personas en una operación contra los robos en el campo

Miguel Ángel Murube
Publicada

La Guardia Civil ha detenido a una persona e investiga a otras 11 por el robo de 800 kilos de naranjas y otras frutas, como sandías, melones y paraguayos en Cazalla de la Sierra. El detenido contaba con una orden judicial en vigor de búsqueda y detención.

Los agentes del equipo Roca -la unidad de la Guardia Civil dedicada a los robos en el campo- del puesto de la mencionada localidad sevillana han llevado a cabo un dispositivo de control en los campos de cultivo durante la campaña de recolección de frutas de temporada de este año.

La intervención se ha realizado en varias zonas agrícolas de la Sierra Norte de Sevilla. En total, los agentes han ejecutado seis actuaciones in situ sobre el terreno.

El autor de los hechos, tras ser detenido, ha sido puesto a disposición judicial y se ha decretado su ingreso en prisión.

La Guardia Civil investiga ahora a otras once personas en relación con el robo de fruta durante la campaña de recogida de las mismas.

Equipo Roca

El equipo Roca cuenta actualmente con 130 unidades Roca, con un total de 500 guardias civiles repartidos por todas las Comunidades Autónomas, excepto Navarra y País Vasco, según datos de la Guardia Civil.

Estos operativos son habituales cada año en la campaña agrícola para prevenir robos en fincas. La unidad Roca aconseja tener especial atención los días previos a la recolecta.

Además, la Guardia Civil recuerda la importancia de denunciar y comunicar todo, así como guardar facturas de compra o cerrar los accesos a las viviendas y no esconder las llaves bajo los felpudos, algo habitual en los pueblos.