Juan Pablo II.

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Sevilla

Sevilla 'santifica' su callejero y cambia las calles de Juan Pablo II y Juan XIII justo tras la muerte del Papa Francisco en Roma

El Ayuntamiento aprueba este jueves que ambas vías ganen 'San' delante del nombre para reconocer la canonización de esos santos padres.

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Sevilla cambia este jueves su callejero. Y lo hace con los espacios que tienen mucho que ver con la actualidad: las calles Juan Pablo II y Juan XXIII cambian de denominación y lo hacen, además, en medio de los actos por la muerte del Papa Francisco.

Fuentes del Ayuntamiento de Sevilla explican que no estaba calculada la coincidencia. Ha sido eso, una curiosidad para un proceso que empezó hace meses. Fue el PP, en las Juntas de Gobierno de Distrito el que propuso los cambios que hoy se aprueban de forma definitiva en Pleno.

Pero, ¿qué cambia en esas dos calles de Papas? Una cuestión pequeña, pero crucial. Tanto en el caso de Juan Pablo II como en el de Juan XXIII se les añade el 'San' delante. De esta forma, el callejero de Sevilla se 'santifica' respetando la dignidad de los dos patriarcas de la Iglesia, cuestión que no se reconocía hasta ahora en la ciudad.

Según explican desde el Consistorio Hispalense, el proceso para que las calles pasen a llamarse San Juan Pablo II y San Juan XXIII se inició hace meses. El Papa Francisco, que acaba de morir, ni siquiera estaba enfermo, mucho menos ingresado.

Entonces el PP elevó a las Juntas de Distrito Municipal la necesidad de añadir a los nombres de las calles 'papales' el 'san' delante. Ocurrió tanto en el Distrito de Los Remedios -donde está la calle (San) Juan Pablo II como en el del Cerro, donde se encuentra (San) Juan XXIII.

Muerte del Papa Francisco

Curiosidades del destino, la votación final llega al Pleno justo en la semana en que el Papa Francisco ha muerto y en el Vaticano se ofician las exequias. Una semana antes de que empiece el cónclave en el que la Iglesia elige al nuevo sucesor de Pedro.

Pero, ¿cómo se asignan las calles en Sevilla? ¿Quién las elige? ¿Cómo se informa a los vecinos? Esta última pregunta es la que puede generar más quebraderos de cabeza, señalan fuentes municipales.

Desde el Ayuntamiento explican que cualquier puede proponer el nombre de una nueva calle o el cambio de alguna que ya exista. La condición es que dicha propuesta se presente en el Registro del Consistorio.

Los grupos políticos, así como el Gobierno municipal, también hacen propuestas y ponen nuevas calles o renombran algunas para rendir homenaje a personajes ilustres de la ciudad.

Permiso a los vecinos

Pero, ¿qué pasa si alguien vive en una calle y le cambian el nombre? Pues que se puede negar, explican en el Ayuntamiento hispalense. De hecho, si lo que se hace es rotular una vía que ya tenía nombre y hay vecinos, es necesario conseguir las firmas de todos ellos.

Eso complica -mucho- algunos cambios de calles. Y hace mucho más fácil que el nomenclátor municipal se mueva con más celeridad en los nuevos barrios de la ciudad.

Por eso en zonas como Palmas Altas o el Pítamo -zonas en desarrollo de Sevilla donde aún no vive nadie- el cambio de calles es más sencillo y menos engorroso. No hay que consultar con nadie. Tampoco en los polígonos o calles que no tienen vecinos por ser linde de un parque, por ejemplo.

La nomenclatura de las calles de Sevilla, en realidad, es más o menos reciente. Al menos su normativa, que data de 1919. Poco más de un siglo poniendo orden a las vías de una ciudad que, justo cuando se aprobó la norma, empezaba un cambio de piel debido a la Expo del 29 y se abría al mundo.