
El Papa San Juan Pablo II, en 1993 habla a los sevillanos desde la Giralda. Sevilla
Sevilla espera la visita de un Papa desde hace 30 años, cuando San Juan Pablo II pidió que "todo el mundo sea rociero"
Hay que mirar a 1993 para la última vez que un vicario de Cristo estuvo en la capital andaluza. Tampoco el arzobispo sevillano actual es papable al no ser purpurado.
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El Papa Francisco moría este Lunes de Pascua en el Vaticano sin haber visitado Sevilla. Tampoco lo hizo su predecesor, Benedicto XVI. Hay que remontarse a San Juan Pablo II para encontrar al último Sumo Pontífice que estuvo en la capital andaluza. Fue en 1993, hace ahora 32 años.
Sevilla en los primeros años 90 era mundial. Solo hay que pensar en que por la Expo 92 pasaron desde Fidel Castro hasta Lady Di. De Bob Dylan y su guitarra a Rocío Jurado y sus gafas de sol galácticas de la presentación del espectáculo Azabache. Andalucía estrenó los 90 con vocación universal, como su exposición. "Que todo el mundo sea rociero", recomendó el Papa desde Almonte.
San Juan Pablo II fue último pontífice en pisar tierra sevillana. Suelo de la Virgen María. El lema de la ciudad lo dice: "Muy noble, muy leal, muy heroica, invicta.... Y Mariana". Aquí viven la Macarena y la Esperanza de Triana. A esa esquina del mundo al sur del sur de Europa llegó el Papa en 1993, 11 años después de la primera visita para la beatificación de Sor Ángela de la Cruz.
San Juan Pablo llegó el 12 de junio de 1993 a una Sevilla que aún recordaba la Expo del año previo y capeaba como podía la crisis galopante de los años siguientes. Vino a la clausura del XLV Congreso Eucarístico Internacional.
Cuando aterrizó el avión de Su Santidad en el entonces recién ampliado aeródromo de San Pablo -el apóstol de "el amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta..."-, le esperaba el Rey Juan Carlos I así como el entonces arzobispo de Sevilla, el queridísimo cardenal Carlos Amigo Vallejo.
Palacio Arzobispal
Vio bailar a los seises, habló a los sevillanos desde el Palacio Arzobispal, desde la Giralda y desde la clausura del XLV Congreso Eucarístico Internacional.
Hay detalles de la estancia del Papa entonces que se conocieron después. Su séquito se alojó en el hotel Los Seises, propiedad de la Archidiócesis, según reveló Carlos Navarro Antolín en Diario de Sevilla.
En el contrato que se firmó para la empresa que lo explota había una cláusula a la que nadie debió hacer caso por lo peregrino: si el Papa visitaba Sevilla, debían ceder las instalaciones a su equipo. En 1993 activaron esta condición. Habitaciones para todos.
Esa visita del Papa San Juan Pablo II fue la última de un Sumo Pontífice a Sevilla. Y eso que, desde entonces, se ha invitado a todos los pontífices a que conozcan la capital andaluza. Pero no ha habido manera. Ni suerte.
Otro Papa en España
El siguiente Papa, Benedicto XVI, visitó tres veces España. En ninguno de esos viajes pasó por Sevilla. Estuvo en la Península en 2006, 2010 y luego, un año después, en 2011.
En el primer viaje acudió a la clausura del V Encuentro Mundial de las Familias, que se celebró en Valencia. La segunda vez, en 2010, visitó Santiago de Compostela, uno de los faros de fe mundial y también Barcelona.
A Santiago llegó por el Año Jacobeo y a Barcelona, para la consagración de la Sagrada Familia, aún por terminar y uno de los grandes atractivos turísticos de la ciudad condal. Volvió una tercera vez: en 2011. Esta vez llegó a Madrid para las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) que albergó la capital de España.
Con las visitas de San Juan Pablo II a la aldea del Rocío y de Benedicto XVI a Santiago, el Vaticano ha cumplido con dos de los grandes polos católicos de España.
Papa Francisco
Cuando, hace 13 años, el Papa Francisco tomó el mando de la Iglesia, todo estaba por escribir en su Pontificado. Han sido varias las ocasiones en las que autoridades sevillanas o andaluzas -o las dos a la vez- le trasladaron a él mismo o su equipo la invitación a Sevilla.
Tras más de 30 años sin que un Papa visite la capital andaluza, el exalcalde de Sevilla y ahora eurodiputado del PP Juan Ignacio Zoido ya extendió invitación al Sumo Pontífice para que viajase al sur de España. Quedó pendiente.
Luego serían el actual alcalde, José Luis Sanz, junto con el presidente de la Junta, Juanma Moreno, los que le pedirían una visita a Sevilla. Fue el pasado mes de febrero, cuando acudieron al Vaticano para contarle al Papa el éxito del Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular que se celebró en la capital andaluza recientemente.
José Luis Sanz
Tampoco pudo ser. El Santo Padre ya sufría problemas de salud que le afectaban a la movilidad. Aún no había estado ingresado, como pasó luego, debido a problemas más graves de salud. Pero no estaba al cien por cien.
La cuestión es que Francisco sabía de Sevilla. Había dicho en alguna ocasión que conocía la fe popular y de la importancia de las hermandades en la ciudad. Pero no pudo conocerlas.
Su muerte abre ahora la carrera por la silla de San Pedro. No habrá sevillanos que opten. El arzobispo Saiz Meneses no es papable por no ser purpurado. Tendrá que esperar al siguiente cónclave para que la ciudad opte a un Santo Padre que llegue desde Andalucía al Vaticano.