Crossroads se estrenó en 2002, en la era de Britney Spears después de Baby One More Time, pero antes del beso con Madonna en los premios MTV. Aún tenía la imagen inocente de la niña Disney que creció en el Club de Mickey Mouse, un momento de transición que definió a la perfección con el sencillo que lanzó en la película: I'm Not a Girl, Not Yet a Woman.

Aunque fue defenestrada por la crítica profesional, que en su 98,5% (no tenemos pruebas, pero tampoco dudas) estaba compuesta por señores blancos que no eran de ninguna de las maneras el público objetivo de esta historia, este roadtrip musical protagonizado por tres chicas adolescentes fue revolucionario en su momento por el equipo femenino diverso que había delante y detrás de cámaras.

Pero al margen de eso, sin ser una película redonda, Crossroads es una propuesta más que digna para el público juvenil (y los fans de la artista), un buen vehículo para mostrar el talento y el carisma de Spears, y muy disfrutable si se acerca una dejando fuera del salón pretensiones que la película no tiene. No hay que verla irónicamente ni haciendo 'hate watching', porque lo que busca es justo lo contrario: hacer sentir bien a quien la ve. 

Britney Spears y Kim Cattrall

Además, os sorprenderéis reconociendo a absolutamente todos los actores que participan: Dan Aykroyd (Cazafantasmas), Kim Cattrall (Sexo en Nueva York), Justin Long (Barbarian) Zoe Saldaña (Guardianes de la Galaxia), Taryn Manning (Orange is The New Black) y Anson Mount (Star Trek: Strange New Worlds).

La película se centra en el personaje de Britney Spears, Lucy, y sus mejores amigas de la infancia, que después de pasar varios años distanciadas se reencuentran la noche de su graduación de instituto y emprenden un viaje por carretera a Los Ángeles, cada una con diferentes objetivos.

Un viaje que, por supuesto, las cambiará para siempre, y del que saldrán mejores (como esperábamos salir todos de la pandemia), y en el que se abordarán temas serios como el abandono paterno o la violencia sexual, pero sin mostrarla en pantalla. 

Escrita por Shonda Rhimes

Ann Carli, la productora de la película, había dejado su anterior empleo -la discográfica de Britney, Jive Records- para iniciar una carrera en el cine, trabajando con la productora de Will Smith. En su nuevo puesto descubrió un guion de una guionista entonces desconocida llamada Shonda Rhimes.

Se trataba de una nueva versión de Antígona ambientada en una ciudad afroamericana en los años 30, y Carli quedó muy impresionada. "El guion era muy bueno", afirma. Las mujeres intentaron producir la película con Miramax, pero no lo consiguieron, y entonces a Carli se le iluminó la bombilla: "¿Qué te parece Britney Spears?".

Rhimes se entusiasmó con el talento de Britney después de verla actuar en directo. Estaba impresionada por el poder de conexión de Britney con su público: "Recordaba cuando tenía 17 años e iba a ver a Madonna en concierto y sentía lo mismo", explicó en Vice.

Carli y Rhimes le presentaron la idea a Clive Calder, antiguo jefe de Carli y fundador de Jive, quien dijo: 'Si Britney quiere hacerla, yo pagaré' los diez millones de dólares", cuenta Carli. Con la financiación en la mesa, presentaron entonces la idea a Britney, su madre y su representante Larry Rudolph. Todo su equipo subió a bordo del proyecto. 

Rhimes vio la película como una oportunidad para que Britney mostrara su verdadera personalidad. "Me interesaba mucho más la joven que conocí que la imagen que la gente tenía de ella. Era una persona, y no creo que nadie en ese momento la viera como tal, porque era una sociedad muy misógina", recuerda Rhimes.

También se esforzó para asegurarse de que la película tuviera un reparto de personajes realistas: no quería que el conjunto fuera un grupo de rubias. "No es que fuera importante mostrar a gente de orígenes diversos, sino que la película debía parecer normal. La mayoría de las películas no parecían normales, sino extrañamente homogéneas, de un modo que no me parecía realista", explica.

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Con el guion terminado, Carli contactó con Tamra Davis, una joven directora con una carrera ecléctica, que acababa de trabajar con Drew Barrymore. Nunca hubo dudas de que sería una mujer quien se pondría detrás de la cámara, "porque ésta iba a ser la primera película de Britney, y querían asegurarse de que estaba protegida y cuidada", dice Davis.

Tal como pasó con Rhimes, con Davis también fue ver a la propia Britney lo que la convenció. Davis recuerda su primer encuentro, en Las Vegas: "Llamé a la puerta de su habitación de hotel y me abrió. Llevaba una camiseta rosa y unos pantalones cortos y era divertidísima".

Britney Spears y Tamra Davis

Pero a Davis le impresionó algo más que el humor de Britney: "Me di cuenta de que era una chica sureña muy dulce, con unos modales increíbles, pero que lo dirigía todo", me cuenta mientras recuerda cómo vio a Britney trabajar en una actuación en Las Vegas. "Me encantaba verla en el centro del círculo, sin que hubiera nadie diciéndole lo que tenía que hacer. Ella estaba al mando de todo".

La intervención de Robert De Niro

Davis se puso manos a la obra y eligió a un reparto joven y desconocido cuyo talento le impresionó en las audiciones. Taryn Manning fue elegida para el papel de Mimi, Zoe Saldana voló a California con las millas de su agente desesperada para conseguir el papel de la engreída Kit.

Y Anson Mount fue el elegido para interpretar a Ben, el interés amoroso de Lucy. En un principio, Mount se mostró reticente a aceptar una película protagonizada por el icono adolescente, pero finalmente fue convencido nada menos que por su coprotagonista de City By The Sea, Robert De Niro, que era un gran admirador de Spears.

En una de las anécdotas más divertidas de Hollywood y de la que todos lamentamos que no quedarán pruebas grabadas, fue el propio De Niro quien ensayó con Mount leyendo él las líneas de diálogo de Britney. 

Un equipo femenino

En cuanto al equipo técnico, Carli contrató a tantas mujeres que un periodista le preguntó si quería hacer una declaración política. No es cierto. "Simplemente contraté a los mejores profesionales para este trabajo". El decorado predominantemente femenino "creó el tono tranquilo que se refleja en la película", destacó en Vice.

La producción de la película, gran parte de la cual tuvo lugar en el sur de Estados Unidos, se vio asediada constantemente por fans, y la compañía de la película estaba tan preocupada por los paparazis que pululaban por el plató que el título provisional de la película se cambiaba con frecuencia en los permisos para despistarlos de los lugares de rodaje.

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Britney no se parecía ni remotamente a lo que la gente esperaba de una joven estrella adolescente. Rhimes destacó lo unida que estaba al resto del joven reparto: "Creo que era la primera vez que se juntaba con gente de su edad. Cuando estaba de gira, era ella y un equipo de gente, pero esta era ella, y Taryn, y Zoe, y Anson. Todos tenían más o menos la misma edad, y creo que se divertían juntos".

Cine juvenil de culto sin ironía

Davis recuerda que Paramount, la distribuidora, encargó unas diez proyecciones para testear la película, que obtuvo unos resultados excelentes entre el público femenino. "La probamos como locos, y obtuvieron cifras que nunca habían visto, y eso era porque la estábamos haciendo para su público, que eran chicas jóvenes".

La película se estrenó el 15 de febrero de 2002 y ganó 14 millones de dólares ese fin de semana (recuperando más que todo su presupuesto). En total, Crossroads recuperó cinco veces su presupuesto, ingresando 61 millones de dólares, un escenario de ensueño para cualquier película independiente.

'Crossroads'

A pesar de las buenas cifras, la película fue criticada y nominada a ocho premios Razzie. "A las chicas les gustó mucho. Si eras una adolescente en aquella época, esa película era muy cercana en un sentido fantástico", dijo David Gale, productor de MTV Films. "Las películas se hacen para públicos diferentes, y esta dio en el clavo de lo que pretendía".

Carli y Davis afirman que uno de los aspectos más gratificantes de la película fue escuchar a las jóvenes decir lo mucho que les gustaba y se identificaban con la película, algo que sigue ocurriendo hoy en día.

"Todavía hay gente que se me acerca todo el tiempo y me dice lo increíble que fue la película, lo mucho que significó para ellas en ese momento y el impacto que tuvo en ellas", dice Davis, quien destaca que la clave de su éxito es el retrato que hace de la amistad femenina sin sarcasmo ni ironía y sin miedo a ser cursis. 

Shonda Rhimes le tiene mucho cariño a este trabajo, que recuerda como su primer contacto con una estrella. Aún conserva tiene un póster firmado de la película en su despacho de Shondaland.