Disney dista mucho de ser ese Mundo ideal que cantaba Aladdín, a pesar de su reciente intención de modernizar contenidos y roles: no basta sólo con empoderar a sus princesas, con girar las tuercas y reconocer que ellas pueden salvar al príncipe, ni con concederles el don de la diversidad sexual o racial. Resulta que, según un nuevo informe, Disney es el más racista de los sigete grandes estudios de Hollywood en lo que a contratación de directores negros se refiere.

La USC's Annenberg Media, dedicada al estudio de la diversidad y el cambio social, ha recogido los datos de las cien mejores películas en taquilla de cada año durante la última década, y ha descubierto que sólo el 5,1% de los directores eran negros -y ninguna de estas películas fueron hechas o distribuidas por Disney-.

En los datos de las cien mejores películas en taquilla de cada año durante la última década, se descubre que sólo el 5,1% de los directores eran negros -y ninguna de estas películas fueron hechas o distribuidas por Disney

Las cifras son igual de desalentadoras cuando se trata de género: sólo el 4% de las cien mejores películas fueron dirigidas por mujeres, siendo 2013 y 2014 los años de mayor desierto femenino. El estudio estableció que, durante el mismo período de diez años, ha habido una relación del director hombre a la directora mujer de 16: 1. Sólo tres de los 612 directores eran mujeres negras: Ava Duvernay, Gina Prince-Bythewood y Sanaa Hamri.

Lionsgate y Warner ganan

Mientras Disney no promovía directores negros, Lionsgate logró la mejor marca en cuanto a ofertas de empleo que fueron a parar a manos de cineastas afroamericanos -principalmente a través de su asociación con Tyler Perry, cara visible de una serie de películas de éxito, sobre todo Madea, en la que se traviste-. Warner Bros, por su parte, encabeza la lista de contrataciones a directoras de sexo femenino, con un total de diez profesionales mujeres al mando.

El principal autor del informe, Stacy Smith, ha explicado en un comunicado que "nuestras investigaciones muestran consistentemente que, detrás de la cámara, dirigir es una ocupación prácticamente creada para los hombres blancos. Cuando tras el objetivo se da este sesgo racial y de género, se ofrece una visión tendenciosa de la sociedad a las audiencias. Una que carece de la perspectiva de las mujeres y las personas de color".

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