Murcia

La lipoescultura por la que Sara se debate entre la vida y la muerte en la UCI del Hospital Santa Lucía de Cartagena ha levantado ampollas en el seno de la Sociedad Murciana de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. Su presidente, Francisco Pedreño, ha consensuado junto a todos los miembros de esta sociedad un comunicado que ha hecho llegar a EL ESPAÑOL, donde critica la formación del facultativo que practicó esa intervención y a la clínica privada de Murcia donde la paciente contrató este tratamiento estético, consistente en pasar por un quirófano para la extracción de grasa del abdomen mediante una cánula.

"El cirujano que realizó dicha intervención no posee el título de cirujano plástico", tal y como subraya el doctor Pedreño, al inicio del comunicado, en alusión a la formación del facultativo que practicó la lipoescultura a Sara: cuya carrera empezó como médico general, de urgencias y como cirujano cardiovascular en hospitales públicos de Murcia, y que en la actualidad es colaborador externo en áreas de cirugía cardiovascular, medicina estética y cirugía estética para centros privados.

"La extracción de grasa realizada por un cirujano plástico experto, es una intervención que raramente tiene alguna complicación, y, si la hubiera, esta suele ser de carácter leve", según afirma el doctor Pedreño, en alusión al grave estado de salud con el que ingresó Sara en la UCI por someterse a una lipoescultura a manos de un cirujano que no tiene la especialidad de cirugía plástica, reparadora y estética.

De hecho, según la familia, esta agente inmobiliaria, de 39 años, y madre de dos hijos, sufrió supuestamente 27 perforaciones con la cánula empleada para extraerle grasa abdominal, y eso derivó presuntamente en una fuerte hemorragia, obligando a su traslado de urgencia desde el quirófano de la Clínica Virgen de la Caridad al Hospital Santa Lucía.

El doctor Pedreño sostiene que la formación adecuada para llevar a cabo intervenciones como una lipoescultura, liposucción o abdominoplastia, es la que tienen los miembros de la Sociedad Murciana de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética: "La especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora, se consigue tras terminar la carrera de Medicina y de cinco años posteriores, trabajando como residente en un hospital en un Servicio de Cirugía Plástica acreditado para la docencia".

El caso de Sara ha generado una oleada de reacciones en el sector sanitario español porque ha vuelto a poner en la diana el debate sobre el intrusismo profesional y las negligencias médicas. Prueba de ello, es que el presidente de la Sociedad Murciana de Cirugía Plástica recuerda que "la cirugía cosmética no es ninguna especialidad médica reconocida por el Ministerio de Sanidad", al tiempo que alerta de que "nuestra especialidad sufre muchísimo intrusismo por la falta de información veraz y la permisividad de los medios informativos que llevan a confusión, sobre todo en las redes sociales".

El doctor Pedreño es director médico en Clínicas Harmonia y en el comunicado también carga contra los centros como el de cirugía plástica, medicina estética y antiaging de Murcia donde esta bellísima agente inmobiliaria contrató un tratamiento quirúrgico en la zona abdominal. Todo ello, según este especialista, debido a que no asignan las lipoesculturas a cirujanos plásticos: "No comprendemos como algunas clínicas privadas todavía no exigen la titulación de nuestra especialidad para realizar este tipo de intervenciones".

El comunicado suscrito por todos los cirujanos plásticos que pertenecen a esta prestigiosa sociedad murciana, concluye instando "a los posibles pacientes a que se informen antes de operarse de este tipo de intervenciones sobre su cirujano y titulación". Para ello, el doctor Pedreño aconseja a las personas que estén valorando someterse a una lipoescultura, abdominoplastia, rinoplastia o aumento de pecho, que antes consulten a la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética o a la Organización Médica Colegial de España.

Sara, en primer plano, junto a su hermana Nora. Cedida

"Sigue muy grave"

Mientras el debate entre la profesión médica va 'in crescendo', en Alcantarilla, la localidad donde reside Sara, sus vecinos siguen mostrando todo su apoyo por redes sociales a esta madre de dos hijos: de 10 y 18 años. "Dios es grande y escuchará nuestras oraciones por ella para que se recupere pronto", tal y como suscribe Sandra, en un post publicado en Facebook, donde no dejan de sucederse las publicaciones a diario en recuerdo de esta bella agente inmobiliaria: "¡Ánimo Sara!".

Nora, la hermana de Sara, ha confirmado a este diario que su familiar "sigue muy grave" en el Hospital Santa Lucía, pero suma una batalla más ganada: otro día con vida. "Es una guerrera: Sara tiene una personalidad arrolladora". La familia ha mantenido una reunión con Ignacio Martínez, abogado de la Asociación del Defensor del Paciente, con el objetivo de perfilar el contenido de las acciones legales que emprenderán por vía penal.

"Hoy hemos recopilado parte de la información", según confirma Nora, en alusión a la labor que está haciendo la familia y el letrado -experto en derecho sanitario- para hacerse con las dos historias clínicas de Sara: una es la de la Clínica Virgen de la Caridad de Cartagena, donde intervino el médico del centro privado de Murcia, asistido por personal sanitarios de las instalaciones cartageneras, y la otra, es la del Hospital Santa Lucía, donde ingresó de urgencia con una hemorragia. 

Informe a la Fiscalía

Desde la Consejería de Salud avanzan que los Servicios de Inspección Sanitaria están culminando las pesquisas que iniciaron el pasado viernes, con el objetivo de esclarecer qué ocurrió el 2 de diciembre en el quirófano de Virgen de la Caridad, donde personal del citado centro de Cartagena -anestesista, instrumentista, enfermeros...- se ocupó de asistir a un cirujano de una clínica de Murcia, para practicar una lipoescultura que casi acaba con la vida de esta paciente de 39 años.

"Toda la información que se recabe será remitida esta misma semana a Fiscalía que es quien lleva este asunto", según confirma a EL ESPAÑOL un portavoz de la Consejería de Salud. El caso de Sara sigue quemando etapas hacia los tribunales.

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