Beatriz Magro tenía claro que iba a comprar un billete de ida para conocer el mundo. Corría el año 2017. Eligió California como punto de partida. Pensaba que se traería de allí múltiples lecciones de vida, pero no imaginaba el resto: “Estaba esperando el momento perfecto, pero no existe. Cogí una mochila y me fui. De vuelta traía una empresa, una socia y un marido”, cuenta. Han pasado 4 años de aquello. Ahora, Beatriz y su amiga Nuria Morales son, con su empresa Komvida, las grandes magnates de la bebida de moda en España: la kombucha, un producto cuyas ventas están creciendo de manera exponencial en todo el mundo.

“No tomo refrescos azucarados ni alcohol”, contestó Beatriz la primera vez que le dieron a probar la kombucha en Estados Unidos. Le replicaron y le hicieron entrar en razón. La bebida era completamente saludable; estaba hecha a base de té y era muy buena para el organismo, sobre todo para el sistema inmunológico.

Esta extremeña quedó encandilada y pensó en traerla a España. “Empecé a obsesionarme y a decir: esto me lo llevo yo seguro”, afirma Beatriz en conversación con EL ESPAÑOL.

Nuria y Beatriz probando su kombucha.

Por entonces, en España sólo se ofrecía en herboristerías y su sabor “no tenía nada que ver” con lo que ella había probado. Beatriz decidió comentarle a Nuria, cuando le visitó en Estados Unidos, su idea. Tenía en mente hacer un producto que, además de estar de moda entre los artistas de Hollywood, era artesano, sostenible y cuya producción no tenía un impacto desmesurado en el medioambiente. No lo podía tener más claro: igual que se hacía en América, pero en España.

La idea estaba sobre la mesa y sólo faltaba ponerla en práctica. Mientras Beatriz continuaba su viaje, Nuria comenzó la empresa. Lo hizo junto a la madre de la primera, que hasta entonces era ama de casa. Además, para hacer un producto artesano, nada mejor que su pueblo, Fregenal de la Sierra.

Cocinaron litros de kombucha. Los probaron y fueron repitiendo la acción una y otra vez, hasta que el sabor fue el mismo que el probado en Estados Unidos. En ese momento no lo sabían, pero les faltaba muy poco para saltar a la fama.

Una bebida Real

Le repetimos el nombre de la bebida por si aún no la conocen: kombucha. Este nombre resulta extraño aún para muchos oídos. Si lo pone en Google, como ocurre con casi todo, tiene una explicación. “La kombucha es una bebida probiótica hecha a partir del té negro endulzado que es fermentado por levaduras y bacterias”. La fermentación dura entre tres semanas y un mes. Después, está lista para su consumo.

En España no es tradicional su consumo, aunque aumenta exponencialmente desde hace cuatro años, en gran parte por culpa de Komvida, la empresa de Beatriz y Nuria. Desde que empezaron, copan más del 80% del mercado.

Kombuchas de Komvida.

Antes no había, pero ahora los competidores salen hasta de debajo de las piedras. Es normal el interés de las empresas en querer fabricar la kombucha, sobre todo si tenemos en cuenta que el consumo de esta bebida creció el año pasado un 128% con respecto a 2019 y en el primer trimestre de 2021 lo hizo un 292%.

A nivel mundial, los registros de la kombucha también son imparables. Las ventas no decaen. "Con un crecimiento continuo del 30% en el canal natural y un crecimiento del 50% (o más) en el canal convencional año tras año, Kombucha es la categoría de bebidas funcionales de más rápido crecimiento", aseguran desde Kombucha Drewers International, asociación de maestros kombucheros.

Quizás, parte del éxito de la kombucha radique directamente en quién la consume. Se trata de una bebida ‘cara’, en comparación con un refresco industrial, y suelen tomarla personalidades que cuidan mucho su cuerpo. Entre ellas se encuentra, ni más ni menos, la reina Letizia Ortiz.

De hecho, la empresa de Nuria y Beatriz saltó a la fama definitivamente por una información de EL ESPAÑOL. El titular decía lo siguiente: “Letizia introduce la kombucha en Zarzuela”.

En la información se exponía lo siguiente: “Justamente, hace unos días, a Zarzuela llegó un cargamento de uno de estos productos ecológicos. El palacio recibió un gran pedido de kombucha, una bebida healthy que llena las neveras de las celebrities americanas y que la reina probó por primera vez el pasado mes de agosto en uno de sus restaurantes favoritos de la capital, Mama Campo”.

Letizia, durante el desfile de las Fuerzas Armadas.

Corría el 11 de octubre de 2017. La web de Komvida, único medio a través del que se vendía la bebida por entonces, comenzaba a recibir ingentes cantidades de pedidos no vistos hasta entonces. Se les acababa de ir todo de las manos.

“Fue muy guay. Ahí éramos una empresa muy pequeña. Éramos Nuria, mi madre y yo para hacerlo todo”, recuerda ahora Beatriz. “Tuvimos que empezar a llamar a miembros de la familia para que nos ayudaran a fermentar litros”.

Dónde la compro

Komvida ha roto moldes desde sus inicios. Fueron la primera marca de kombucha en entrar en 'retail'. Tenían claro que querían vender a través de su web, pero también querían llegar a todos los rincones del mundo: son de un pequeño pueblo y su bebida no podía faltar en ninguno de similares características.

Por eso, Beatriz sabía que esta bebida debía llegar a los supermercados. Carrefour fue el primero en apostar por la kombucha de Komvida. Actualmente hay más de 6.000 puntos de venta de este producto repartidos por toda España. Además, desde la web venden su kombucha y la envían en el día a cualquier rincón de la Península.

Empezaron con tres sabores: Greenvida (original/té verde), Berryvida (frutos rojos) y Gingervida (jengibre y limón). Ahora le han sumado otros tres: Zanahoria y Cúrcuma, Kombujito (como un mojito pero sin alcohol) y Manzana, Canela y Vainilla.

Tarros con kombucha

Como es sostenible, esta bebida siempre viene en vidrio. Además, el embotellado se hace por producción. Es decir, se encargan únicamente una producción de botellas igual a los pedidos que se van recibiendo.

En Komvida, el pack de prueba de la kombucha, con sus tres principales sabores, es de 13 euros. Cada botella contiene 250 mililitros.

Esta bebida refrescante hecha de manera natural es buena para el organismo, sobre todo para el sistema inmunitario. Por eso, con la pandemia, Beatriz cree que ha aumentado aún más su consumo.

Dos niñas de pueblo

Beatriz y Nuria eran amigas desde la infancia. La primera estudió traducción, mientras que la segunda se decantó por ingeniería. Ambas sabían que algún día tendrían una empresa juntas, pero a buen seguro no imaginaban el bien que le harían a Fregenal de la Sierra (Badajoz), ni pensaron en revolucionar por completo el mercado de un producto.

“La mayoría de las marcas que molan empezaron con dos hombres en un garaje de California programando delante de un ordenador. Komvida comenzó con dos mujeres en un desván de Extremadura”, exponen directamente en su web.

Komvida nació en 2017. Como ya se ha reseñado, al principio eran Beatriz, su madre y Nuria. Ahora son unas cuantas más. La empresa emplea a 40 personas, en su mayoría mujeres y, también en su mayoría, de Fregenal de la Sierra. “El 85% de la plantilla es femenina y del pueblo”.

Nuria, a la izquierda, y Beatriz, a la derecha, sabían desde pequeñas que tendrían un proyecto juntas. Cedida

El proyecto, además de luchar por la implantación de la kombucha en España, tiene varios objetivos sociales. “Siempre somos artesanales, siempre pensamos en nuestro cliente, en contribuir a todas las personas, y siempre tenemos mucho compromiso con la mujer rural”.

— ¿No les vendría mejor trasladarse a Madrid y vender desde allí? Los costes serían menores para la empresa.

—Nuestra fábrica está aquí (en Fregenal de la Sierra) y aquí se va a quedar.

Y eso que la autovía más cercana a Fregenal está a una hora de camino. Pero ellas apuestan por el entorno rural y por revitalizar un pueblo de menos de 5.000 habitantes. “Nos gustaría contratar a todo el pueblo, pero es que no nos da”.

La apuesta de komvida por la mujer rural se personifica en la madre de Beatriz, que ahora se siente orgullosa de lo construido. “Muchas de las mujeres que ahora tenemos empleadas eran amas de casa. Mi madre antes lo era y ahora dice que no volvería a serlo. Sólo con eso el proyecto ya ha merecido la pena”.

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