La noche del sábado estaba saliendo a pedir de boca. Primero habían disfrutado de una pequeña fiesta sorpresa de cumpleaños en un cortijo y después se marcharon a ver a sus respectivas novias. En cuanto el reloj avanzó en la madrugada, conscientes de las restricciones sociales que el COVID ha impuesto al ocio del fin de semana, Juan Eric y Raúl se subieron en el ciclomotor para regresar con responsabilidad a sus casas en la localidad almeriense de Albox.

Estos amigos inseparables estaban viviendo los mejores años de la vida, la adolescencia, hasta que en su camino se cruzó Pedro, alias El Guitarra, conduciendo presuntamente bajo la influencia de las drogas un Peugeot que colisionó contra la moto de los dos menores. Este lunes fueron enterrados Juan Eric, con 16 años, y Raul, tres días después de cumplir los 17

“El viernes fue el cumpleaños de mi hermano Raúl y el sábado sus amigos le prepararon una fiesta sorpresa”, cuenta abatido Antonio, de 26 años, y que hasta el pasado fin de semana era el mayor de tres hermanos. “Todavía no le habíamos regalado nada porque este domingo íbamos a celebrar que Raúl había cumplido 17 años durante una comida familiar”. La reunión de la familia no se celebró en el domicilio sino en el Tanatorio Virgen del Saliente de Albox donde terminó el adolescente por culpa de Pedro: el conductor presuntamente causante del accidente mortal. De hecho, la Guardia Civil ha confirmado a EL ESPAÑOL que Pedro El Guitarra ha sido detenido por dos supuestos delitos de homicidio por imprudencia grave y otro por conducir supuestamente bajo los efectos de las drogas.

“Esto ya no tiene solución: ahora lo que falta es que se haga justicia”, se repite Antonio al otro lado del teléfono en conversación con este diario. Ese mismo sentimiento recorre a los allegados de Juan Eric tras conocer el positivo por drogas de El Guitarra durante el velatorio del adolescente que tuvo lugar en el docimilio familiar en el conocido como Barrio de La Loma. “Vamos a ejercer acciones legales”, avanzaba Petro, hermano mayor de Juan Eric: “A mi hermano le encantaba su moto porque era un regalo que le hicieron mis padres hace algo más de un año después de que se sacará el carné”.

Raúl y Juan Eric, las dos víctimas.

Este sábado por la tarde fue la última vez que Juan Eric, de 16 años, cogió su ciclomotor Beta Trueba, que emula el chásis de una moto de cross y que está equipado con un motor de 49 centímetros cúbicos. El plan era desplazarse a un cortijo del Llano para darle una sorpresa a su mejor amigo: la pandilla le había preparado a Raúl como regalo una fiesta por su 17 cumpleaños. “Como Raúl no se había enterado de nada, quedó con su novia como un sábado más, así que salió antes de que acabara la fiesta para verla”, apunta Petro, de 19 años. “Mi hermano, Juan, se ofreció a acercarle en moto”.

Raúl y Juan Eric quedaron con sus respectivas chicas pasadas las diez de la noche del sábado en Olula del Río: un pueblo que está a 17 kilómetros de Albox. Allí hubo besos, abrazos y risas hasta que pasada la una de la madugada los adolescentes pusieron rumbo a casa. A bordo del ciclomotor se adentraron por la A-1100: una carretera de doble sentido que conecta Almanzora con Cantoria y que tiene varios tramos con curvas pronunciadas. En el punto kilométrico 54 de la citada carretera comarcal, a su paso por el término municipal de Cantoria, se produjo la tragedia: un Peugeot se estampó brutalmente contra la moto donde viajaban los dos adolescentes: Juan Eric era el piloto y Raúl iba de paquete. “El turismo colisionó frontalmente contra el ciclomotor a las 1.45 horas de la madruaga del domingo 18 de octubre”, tal y como precisa la Guardia Civil.

El personal sanitario movilizado en la A-1100 no pudo salvar la vida de estos menores de edad. El accidente corrió como la pólvora por las redes sociales con la fatalidad de que Petro se enteró del siniestro esa misma noche: “Estaba con un amigo que recibió un mensaje a un grupo de WhatsApp de aficionados a las motos en el que informaban de un accidente y al rato le enviaron una foto”. Para más señas era la Beta Trueba de su hermano, Juan Eric, machacada en la carretera. No tardó ni un segundo en reconocerla: “Siempre iba con su moto para arriba y para abajo con sus amigos”.

Se desmayó

Vista aérea de Google de la carretera A-1100 que une Almanzora y Cantoria donde se produjo el siniestro donde murieron los dos adolescentes.

Petro se plantó de madrugada en el lugar del accidente: “Cuando llegué a las dos de la mañana, seguían allí las ambulancias, la Guardia Civil y los cuerpos de Raúl, fuera de la carretera, y el de mi hermano, Juan, sobre el asfalto”. Este joven no puede quitarse de la cabeza esa trágica imagen. “El conductor no se había hecho nada: había frenazos de su coche en sentido contrario por el carril por donde no debía circular”. En la zona del siniestro también había una mujer, de 46 años, que viajaba en el Peugeot: solo presentaba heridas leves. Los agentes condujeron a Pedro Andrés C. O., natural de Cantoria, de 30 años, hasta el cuartel del Instituto Armado en Albox donde le practicaron los test de alcohol y sustancias estupefacientes. “Dio positivo en drogas”, confirman fuentes de la Benemérita.

A las dependencias comenzaron a llegar algunos familiares de los menores fallecidos y el conductor se llegó a topar con ellos cuando se estaba fumando un pitillo en el exterior del cuartel de la Guardia Civil. Cuando los vio se puso pálido hasta que se acabó desplomando en el suelo. “Los adolescentes regresaban de noche en moto y según las primeras informaciones que me facilitó el jefe de la Policía Local parece que un coche invadió el carril contrario, por donde circulaban los chicos, y se los llevó por delante”, según detallaba a EL ESPAÑOL el aclade de Albox, Francisco Torrecillas.

Las familias de ambos son muy queridas en esta localidad almeriense de 11.800 habitantes: el padre de Raúl trabaja en un almacén de madera y su madre es limpiadora en el centro de salud. En el Barrio de la Ramblica de Enmedio, donde residen, todos los vecinos están desolados. Los padres de Juan Eric son conocidos como la familia de Los Lápices porque se dedican a la venta ambulante en mercados semanales de la provincia almeriense y en el Barrio de La Loma donde tienen su domicilio la pérdida de este chico ha caído como una bombre entre el resto de residentes.

Sevillista

Antes de que estallase la pandemia era habitual ver en el Discobar-El Cordobés a Raúl, Juan Eric, Pedro, Álex y Francisco. Allí quedaban a tomar un café y hacían planes que ahora jamás podrán cumplir. “Mi hermano Raúl estaba estudiando cuarto de la ESO en el instituto Cardenal Cisneros de Albox y al terminar quería hacer un módulo de informática porque le gustaban mucho los videojuegos”, detallaba Juan, de 18 años, el hermano de en medio hasta el pasado fin de semana, y que se había peleado mil veces con Raúl, de 17 años, en partidas de Fortnite en la Play Statiton. “Solo me llevaba trece meses con él”.

En casa todos eran del Real Madrid excepto Raúl y su hermano mayor, Antonio: los dos eran sevillistas hasta la médula. “Le había prometido que le iba a llevar a ver un derbi con el Betis: era su sueño ir al Estadio Ramón Sánchez-Pizjuán y ahora no podrá cumplirlo”, se lamenataba afligido este joven de 26 años que de la noche a la mañana se ha visto tirando de la familia tras este varapalo: “Mis padres se desmayaron cuando se enteraron de que su hijo habia muerto y estoy tirando de ellos para delante”. Este veinteañero ya está buscando asesoramiento legal para personarse como acusación particular en las diligencias abiertas tras el funesto accidente en los juzgados de Almería.

El estado en el que ha quedado la moto de la víctima tras el accidente.

A Antonio se le hace un nudo en la garganta al recordar la felicidad que sintió Raúl cuando le regaló merchandising del equipo de Nervión para animarlo en sus partidos en Liga y en Europa que siempre seguía como el mejor de los hinchas sevillistas. “Hace dos años me fui de viaje con mi novia a Sevilla y a la vuelta le regalé unas bufandas y le prometí que lo llevaría a ver un partido al Sánchez-Pizjuán: esta temporada estaba muy ilusionado con el regreso de Ivan Rakitić”. Este adolescente que acababa de cumplir 17 años era un gran aficionado al deporte rey, puesto que siendo un niño jugó de portero en el fútbol base de Albox. “Al final tuvo que dejar de jugar porque se operó varias veces de un problema que tuvo en el pie y cambió el fútbol por el pádel”, apunta Juan.

El resto del tiempo libre Raúl se lo dedicaba a escuchar música -rap, reguetón o house-, a su novia, al mundo del motor -motos y todoterrenos- y a su otra gran pasión: “Siempre tenía a sus amigos en la boca, era muy alegre y cariñoso”. Raúl nunca les fallaba: siempre estaba dispuesto a ayudarles o simplemente a pasar un buen rato. 

Vendedor ambulante

“Juan Eric estaba estudiando Educación Secundaria Obligatoria en el turno nocturno del instituto Martín García Ramos de Albox porque por las mañanas muchas veces se iba con mi tía y con mi madre a hacer el mercado”, resalta orgulloso Petro, su hermano mayor, porque Juan Eric con solo 16 años era un currante: “Para la edad que tenía era una persona muy responsable y formal”. También atesoraba un pico de oro para vender a los clientes bisutería, bolsos y complementos. Esa labia le había valido echarse una novia en Olula del Río.

“Los lunes solía hacer el mercado de Huércal-Overa y los martes el de Albox”. Esta semana ni Juan, como le llamaban en casa, ni su familia montarán su puesto porque un coductor presuntamente drogado le ha arrebado la vida a este adolescente, de 16 años, que compartía con su gran amigo Raúl la pasión por la pelota. “Era muy aficionado al Real Madrid y hace años estuvo jugando de centrocampista en el equipo infantil de Albox”, rememoraba apenado Petro. “Mi hermano estaba deseando terminar la ESO para irse a Granada a estudiar un grado medio”.

Todavía no sabía qué plan de estudios iba a coger, pero lo que sí tenía claro Juan Eric era que quería hacer la maleta para instalarse en la capital granadina con su hermano mayor de 19 años. “Me quedan unos meses para terminar mis prácticas de un Grado Medio de Informática y tenía pensado irme el próximo año a Granada a hacer un grado superior: mi hermano se quería venir conmigo”, corroboraba con un nudo en la garganta Petro. Este lunes la tristeza recorría las calles de Albox porque en la misma tarde se celebraron los sepelios de ambos jóvenes: uno a las 17.30 horas y otro a las 18.30 horas. Raúl y Juan Eric eran amigos desde la infancia. Siempre estaban juntos. También se fueron juntos por la culpa de un conductor que circulaba supuestamente bajo los efectos de las drogas y que ha acabado con los sueños de estos adolescentes y de sus respectivas familias.

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