El pasado martes, de madrugada, Kike se encontraba con su familia celebrando el Año Nuevo en un hotel de Oleiros (La Coruña). El hombre, de 31 años, estaba acompañado por su mujer Iria, con quien se había casado hacía poco más de un año. Junto a ellos, su hermana Yessi y sus sobrinos. Todos juntos, disfrutando de una de las noches más especiales del año. Sobre las seis de la mañana, cuando estaban bailando sobre la pista, comenzó una fuerte discusión. Allí, volaron sillas, mesas y todo tipo de mobiliario. Todo saltó por los aires. Nadie fue capaz de apaciguar los ánimos y la pelea siguió fuera del moderno Hotel Attica 21. 

En la calle, Kike recibió un fuerte golpe en la cabeza. El presunto agresor -D.M.E, de 27 años- cogió el cenicero de una de las mesas de la terraza y con un golpe certero, mató a Kike. El joven cayó al suelo; nadie pudo hacer nada por salvar su vida. La Guardia Civil trató de reanimarlo -en vano- durante más de 20 minutos, poco más de lo que tardó en llegar la ambulancia al lugar de los hechos. El autor del crimen, así como su amigo H.M.R -de 30 años- fueron detenidos por los agentes de la Guardia Civil. Fuera del hotel, también se encontraban todos sus familiares, que se agolparon alrededor de Kike, tendido en el suelo. Pero no pudieron hacer nada. La bronca solo fue frenada por la Guardia Civil y por la Policía Local de Oleiros. 

La batalla campal

Los investigadores todavía tratan de averiguar cómo sucedió todo; cómo se produjo esa batalla campal entre dos grupos de personas que celebraban la Nochevieja en el mismo hotel. En los salones de la planta baja del Attica 21, situado en Bastiagueiro, a poco más de 10 kilómetros de Meicende, donde llevaba viviendo toda su vida Kike. Enrique G.C. -de 31 años- era socio de la empresa de radiadores Radigal, ubicada en la capital, en A Coruña. Además, en su tiempo libre, jugaba al fútbol. Más concretamente, era parte del Batallador SD de veteranos, un equipo local. Su mujer, Iria, con la que había contraído matrimonio hacía poco más de un año, se encontraba también en la cena. Sufrió una crisis de ansiedad

El equipo de fútbol Batallador S.D., donde jugaba Kike.

Solo los que estaban allí saben cómo empezó la disputa. Fue en la pista de baile, cuando los dos grupos de personas comenzaron a tirarse sillas, mesas y todo lo que encontraban por su camino. La pelea siguió subiendo de tono hasta que se trasladó a las puertas del hotel. Nadie fue capaz de calmar la cosa; ni las personas de ambos grupos ni los trabajadores del Attica 21. En la terraza, un hombre cogió un cenicero y agredió salvajemente a Kike. Cayó al suelo, inconsciente y a los pocos minutos, falleció. Tras producirse el golpe mortal, D.M.E salió corriendo hasta su coche, donde pretendió refugiarse. Allí, le rodearon varios familiares de Kike y trataron de sacarle del interior mientras le zarandeaban

Como apunta La Voz de Galicia, la Guardia Civil llegó al lugar de los hechos y consiguió enfriar los ánimos. Una tarea que parecía casi imposible minutos atrás. Los agentes detuvieron a los dos hombres; uno por homicidio y otro por un delito de lesiones. El equipo de Criminalística de la Policía Judicial de la Guardia Civil se llevó el cenicero -el arma del crimen- para recoger muestras de sangre y huellas, tanto fuera como dentro del hotel. 

El hotel Attica 21, en Oleiros, donde ocurrieron los hechos.

"Había mesas y sillas rotas, restos de cristales de vasos y botellas que volaron", han explicado los trabajadores del hotel al citado medio. También, han lamentado "profundamente" la muerte de Kike. Los empleados del hotel intentaron en todo momento frenar la discusión, así como poner orden, pero fue imposible. Ambos grupos superaban las treinta personas. Cuando los sanitarios acudieron al lugar, no pudieron hacer nada por salvar su vida. Su equipo, el Batallador SD, se ha querido despedir de él a través de las redes sociales: "Descansa en paz, amigo"

El autor de los hechos fue trasladado a uno de los calabozos del cuartel de Lonzas (La Coruña). Se espera que en los próximos días pase a disposición judicial como sospechoso de un delito de homicidio. 

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