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"Hay enfermedades que se hacen notar, pero el glaucoma no da la cara hasta que el daño visual es muy grave", advierte el Dr. Daniel Fernández Díaz, oftalmólogo especialista en glaucoma del Instituto Oftalmológico Victoria de Rojas (Centro Médico Ribera Assistens, A Coruña).

Conocido como la "ceguera silenciosa", el glaucoma es una enfermedad ocular degenerativa que daña el nervio óptico y puede provocar ceguera irreversible si no se detecta a tiempo. Afecta a más de 80 millones de personas en el mundo, y en Galicia se estima que unas 60.000 la padecen. "Lo más preocupante es que aproximadamente la mitad no lo sabe", señala el Dr. Fernández Díaz.

Factores de riesgo: edad, genética y pseudoexfoliación

El principal desencadenante es el aumento de la presión intraocular. No obstante, existen otros factores que elevan el riesgo: la edad avanzada, los antecedentes familiares, la miopía alta, la tensión arterial baja y la pseudoexfoliación -una condición ocular que afecta en torno al 20% de la población gallega y que se asocia a un tipo de glaucoma más agresivo-. "El componente hereditario es clave. Si un familiar ha tenido glaucoma, recomendamos controles periódicos a partir de los 40 años", aconseja el doctor.

Campimetría, prueba oftalmológica que mide el campo visual. Cedida

Diagnóstico precoz, la clave

El glaucoma suele desarrollarse sin síntomas hasta fases avanzadas. Por eso, el diagnóstico precoz es esencial. "Llegar a tiempo lo es todo: con tratamiento temprano podemos prevenir la ceguera", afirma el Dr. Fernández Díaz. Las revisiones periódicas son importantes a partir de los 40 años, especialmente si hay factores de riesgo.

En nuestro centro se realiza una evaluación integral del ojo: además de medir la presión ocular, se analizan la estructura y función del nervio óptico mediante tomografía de coherencia óptica y campimetría visual. "Muchas personas creen que una tensión ocular normal descarta el glaucoma, pero no siempre es así", advierte el especialista. "Por eso estudiamos presión, nervio y campo visual para no pasar nada por alto".

Nuevas técnicas que mejoran la calidad de vida

Aunque el glaucoma no se puede curar, sí se puede controlar. El tratamiento se enfoca en reducir la presión intraocular y puede combinar colirios, láser o cirugía. Los colirios siguen siendo la base del tratamiento, pero tienen limitaciones: requieren uso diario y a veces generan molestias.

La verdadera revolución ha llegado con las cirugías mínimamente invasivas, que permiten tratar el glaucoma de forma precoz, segura y efectiva. "Estas microcirugías han cambiado las reglas del juego: nos permiten bajar la presión del ojo reduciendo las complicaciones y la necesidad de colirios", explica el Dr. Fernández Díaz.

Además, el centro también apuesta por terapias complementarias como suplementos neuroprotectores (por ejemplo, la citicolina), que podrían ayudar a preservar el campo visual.

Instituto Oftalmológico Victoria de Rojas. Cedida

Tu visión, en buenas manos

En el Instituto Oftalmológico Victoria de Rojas, cada paciente recibe un plan personalizado según su tipo de glaucoma y riesgos individuales. "Nuestro objetivo es detectar la enfermedad antes de que cause daño visual y ofrecer el tratamiento más eficaz para conservar la visión y la calidad de vida", concluye el Dr. Fernández Díaz.

Si tienes más de 40 años o antecedentes familiares, no esperes a notar síntomas. Una revisión puede marcar la diferencia.