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La gastronomía gallega no sería lo que es sin esas recetas de nuestras abuelas que perviven de generación en generación, pero tampoco sin los restaurantes con grandes elaboraciones o esos cocineros que crean contenido con recetas que nos ayudan a crear nuestros menús semanales.

Este último ejemplo es el caso de Pablo Suárez, cocinero y creador de contenido gallego que, en su perfil Poesía de Fogón (@poesiadefogon) en Instagram y Facebook, publica recetas que son una delicia. Por suerte, en muchas de ellas también enseña trucos para hacernos más fácil el cocinado casero, como es el caso del que te vamos a comentar.

"Únicamente con pieles de las cebollas y los ajos"

En una de sus recetas publicadas recientemente, el cocinero comienza el vídeo con una afirmación que, seguro, más de uno desconocía: "¿Sabías que puedes preparar un condimento casero utilizando únicamente las pieles de las cebollas y los ajos?"

Sí, como lo lees. Sin duda, es un maravilloso truco que a más de uno seguro que le llama la atención. El propio Pablo aclara que "no es una elaboración para hacer a menudo, pero está interesante para las personas a las que nos gusta hacer este tipo de cosas en casa".

"La clave está en irlos guardando en un tarro según se vayan utilizando hasta tener una buena cantidad", señala Pablo Suárez. De esta forma, podrás darle una segunda vida a estas pieles en lugar de tirarlas a la basura.

Una vez que hayas acumulado la cantidad suficiente de pieles, el proceso para convertirlas y conseguir el condimento perfecto para tus platos es "súper sencillo", dice Pablo.

El primer paso consiste en lavar bien las pieles con agua y secarlas con papel absorbente. Una vez hecho esto, colócalas en una bandeja de horno bien separadas entre sí para facilitar un secado uniforme.

Después, "secamos a 160ºC durante unos 15 minutos hasta que estén bien deshidratadas". Lo mejor es utilizar calor arriba y abajo sin ventilación.

En este paso, debes tener mucho cuidado con que no se quemen. "Si tras este tiempo sigue habiendo algunas pieles húmedas, puedes retirar las que ya están secas y terminar de deshidratar las demás", recomienda Suárez.

Una vez que todas las pieles están bien deshidratadas se trituran hasta convertirlas en un polvo fino. Llegados a este punto, "guardamos en un tarro y lo tenemos listo".

Además de aportar una mayor intensidad a las comidas, este condimento es una forma de reducir el desperdicio en la cocina, transformando restos en ingredientes para recetas. Sin duda, una práctica muy sencilla y sabrosa que incluir en la cocina.

"¿En qué plato lo utilizarías tú?", termina Pablo, añadiendo que "es ideal para terminar de sazonar fritos o carnes a la plancha".