Al principio eran solo media docena de amigos bebiendo cuncas de viño ante la escandalizada incomprensión de sus parejas y familiares. Luego la cosa se fue asentando y empezó a asistir más gente. Este sábado, Santa Cunca hace historia y superará por primera vez el centenar de participantes.
Lo que en 2012 empezó con una idea divertida se está empezando a convertir en una tradición que reúne cada año a más personas en torno a una cunca de vino joven, como se hacía antaño en A Coruña. No importa que este fin de semana haya un festival de música en la ciudad o que en centenares de parroquias se celebren las fiestas de Santiago. La cunca de viño tiene sus fieles, y cada año son más.
En 2024 ya batieron todos los récords con 63 participantes, y en el momento de escribir estas líneas son 101 los inscritos para la edición 2025. Santa Cunca se celebra cada año el último sábado de julio y no ha faltado a su cita desde su primera vez en 2012. Ni la pandemia logró impedir que la cunca de viño fuese santificada cada verano. "Somos una revolución silenciosa", dicen.
La clave de este crecimiento han sido los cambios en el formato de la romería, y sobre todo la iniciativa "Conversas nas Catacuncas", que mantiene una continuidad durante todo el año, haciendo que los miembros de Santa Cunca se vean cada tres meses para conocer a un referente cultural en torno a unas tazas de vino. Pintores como Jano Muñoz, directoras de cine como Olga Osorio o cantantes como Gandy han brindado con la organización, e incluso se han sumado a sus filas en alguna edición anual de verano.
La pulpeira Fiuza, llena de los participantes de Santa Cunca 2024
Mantener la identidad de la ciudad
Javier, el presidente de Santa Cunca, lo tiene claro. "Una A Coruña cosmopolita es compatible con una A Coruña enxebre", explica, considerando que la ciudad se ha convertido en un referente mundial en moda y muchos otros ámbitos, pero que debe mantener sus viejas tradiciones.
"En estas tabernas populares reside el alma de esta ciudad", dice en referencia a los bares donde aún se sigue sirviendo el vino a la vieja usanza, recordando que las grandes personalidades de la cultura gallega que se estudian en los colegios bebían vino en taza con sus amigos. Estas iniciativas ayudan a que "se mantenga la identidad", en unos tiempos en los que A Coruña está evolucionando a velocidad vertiginosa.
Santa Cunca no es una festividad reaccionaria, sino un homenaje a lo que hemos sido y nunca deberíamos dejar de ser. "Las exposiciones de Marta Ortega son una maravilla, el festival que hay este fin de semana está genial, pero es importante conocer lo que somos", explica el presidente. También, añade, que las Conversas ayudan a conocer y reivindicar "el talento cercano, el que te cruzas por la calle", refiriéndose a los artistas con domicilio en A Coruña e impacto mundial que han vivido esta experiencia santacunqueira.
En la edición 2024 fueron 63 participantes, el récord hasta ahroa
Más de 1.000 euros para la Cocina Económica
No solo de vino va el asunto. En cada una de sus actividades, Santa Cunca recauda una parte para beneficencia, en este caso para la Cocina Económica. En el año 2024, las actividades de Santa Cunca recaudaron 1.110 euros para esta institución vital en la ciudad. En 2025 será "bastante más", según el presidente, ilusionado ante el Santa Cunca de récord de este sábado.
La ruta será similar a la de los últimos años. El punto de reunión será la taberna O Fiuza de Monte Alto, donde los santacunqueiros degustarán los primeros vinos llenando este emblemático sitio de la avenida de Navarra. Luego, se dividirán en cuatro grupos de 25 para visitar cuatro tabernas de la ciudad: el Sanín de la calle Orzán, el Tarabelo de la Barrera, el Casa Andrés de la misma calle y, novedad este año, la Pulpeira de María Pita.
Los cuatro grupos que hacen el centenar de personas se reunirán después para comer en la Plaza del Humor, en A Cunquiña, donde culminará oficialmente la edición 2025. Los que quieran seguir celebrando la cunca de viño serán libres de hacerlo.
Si este sábado ves una marabunta de todas las edades vestida con camisetas negras por la zona vieja de la ciudad, no se trata de una despedida de soltero. Es el homenaje a las viejas tradiciones de A Coruña.