Enclavado frente a la espectacular playa de Bastiagueiro, After no se presenta como un local más sino como una declaración de intenciones. Se trata de una forma nueva de entender la hostelería y el ocio, en la que la gastronomía, el deporte, el descanso y la diversión conviven en armonía con el entorno.
Con el Atlántico como escenario y la hospitalidad gallega como hilo conductor, After se ha posicionado como la escapada ideal para cualquier época del año. Allí se va a desayunar y a quedarse. A improvisar una comida con amigos. A brindar por nada y por todo. A enseñar a los más pequeños a amar el mar. A vivir… Pues After es un viaje 360 que no se acaba nunca. ¿Te apetece descubrirlo?
Vistas a la playa de Bastiagueiro desde After.
“Queríamos construir un sitio donde ocurren cosas”, explica Carlos Cordero, gerente del proyecto. Ese objetivo, a juzgar por el ambiente que se respira en cualquier momento del día, está más que conseguido pues desde el desayuno hasta el último brindis After está vivo. Lo recorren familias que vienen a pasar la mañana, surfistas con la tabla aún goteando, grupos de amigos que alargan la sobremesa y parejas que buscan una escapada con vistas y calma.
Es esa mezcla de energía y relax, de propuesta cuidada pero accesible, lo que hace que After se sienta como algo más que un lugar al que ir: es un sitio al que se vuelve.
Cocina exquisita con vistas al mar
El día comienza en After con el mar como telón de fondo y una carta de desayunos pensada para todos los gustos: Tostas artesanales, coloridos bowls de frutas con cereales, bizcochos caseros recién salidos del horno y zumos naturales que despiertan el cuerpo. Ya sea para reponer fuerzas antes de una sesión de surf o simplemente para saborear la brisa marina con calma, el desayuno allí es una invitación a empezar bien el día.
Propuesta de bowl de la carta de desayunos en After.
La propuesta gastronómica de After se completa con una carta que mezcla sabores del mundo con producto local y que tiene por bandera una buena cocina sin complicaciones que propone croquetas de pollo asado y ají amarillo, calamar frito con alioli de hierbas, nasi goreng con panceta Joselito, quesadillas, ensaladillas reinventadas… y también platos más contundentes como la costilla de cerdo de castañas con barbacoa vietnamita, la picaña de vaca madurada o la clásica smash burger. Una carta divertida, pensada para compartir, disfrutar y repetir.
Mucho más que gastronomía: ocio compartido y amor por las olas
Aunque la calidad de su gastronomía es uno de los puntos fuertes de After, lo que realmente atrapa de este lugar es la forma en que se vive. El espacio, diseñado para acompañar todos los ritmos, ofrece terrazas abiertas a la playa perfectas para un vermú al sol, una tarde de desconexión o una noche con cócteles y música suave. Según avanza el día, cambia el ambiente pero no el espíritu, siempre acogedor, vibrante, familiar.
Ambiente en After.
Y es que sí, en After siempre pasan cosas. Desde afterworks con buena música hasta pequeños conciertos, talleres o actividades para todos los públicos. El ocio se entiende aquí como una experiencia compartida, nunca forzada.
Esa oferta de ocio, unida a la gastronomía, se da también la mano con el deporte. En After la esencia de la icónica escuela de surf La Vieja Escuela está más viva que nunca ya que se trata de una de las escuelas de surf con más actividad del norte peninsular. Más de 400 niños y niñas aprenden aquí a deslizarse por las olas a la vez que respetan el entorno y a conviven con el océano.
Por ello, dicha escuela se alza como un gran pilar del complejo, pues permite conectar la experiencia de ocio con una forma de vida saludable y sostenible.
Padre e hijo disfrutando del espíritu surfero de After.
Dormir frente al mar
Pero además de todo lo ya mencionado, After va más allá y ofrece también un pequeño y encantador hotel para todas esas personas a las que les gusta alargar los planes hasta que se pone el sol. Una decena de habitaciones llenas de detalles y con diseños únicos invita a quedarse cuando todos se van, pues es el mejor momento para que uno se deje llevar por el cautivador silencio del mar.
Interior y vistas desde la habitación del hotel.