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El Obelisco de A Coruña es uno de los principales símbolos de la ciudad, un punto de referencia adoptado por generaciones de coruñeses. "Nos vemos en el Obelisco":¿Quién no ha quedado alguna vez allí? Desde jóvenes hasta mayores, todos hemos utilizado los pies de este pilar como punto de encuentro, y de alguna manera hemos caído en su particular encanto.

La estructura lleva más de dos siglos presidiendo el Cantón Grande. Antes de la llegada de los teléfonos móviles, muchos consultaban la hora en sus cuatro esferas. Y sí, son cuatro, aunque no todas marcaban la misma hora. Para comprender el porqué, es necesario remontarse a la sociedad española de principios del siglo XX. La guía turística Aurora Paz explica que dos de las esferas daban la hora de A Coruña y las otras dos, la de Madrid. "Porque hasta principios del siglo XX había 20 minutos de diferencia", recuerda.

Importancia de la meteorología

Además, su estructura cuenta con muchos elementos meteorológicos, como una veleta de metal que indica la dirección del viento. "Querían que hiciera un servicio a la ciudad, en un momento en el que las ciencias naturales estaban en auge", cuenta Aurora.

Además, la guía señala que, curiosamente, el día de su inauguración los medios de la época documentaron un temporal enorme en A Coruña. En su estructura, el Obelisco cuenta con una inscripción en su base que indica la temperatura máxima alcanzada hasta la fecha de inauguración: 36ºC.

El guía turístico Suso Martínez, de A Coruña, nos menciona otro dato de interés sobre esta inscripción en bronce a los pies del Obelisco: "Hay atributos al dios Mercurio, relacionados con las ciencias, las artes, el comercio...".

El Obelisco fue construido por Narciso Obanza y Ricardo Caruncho en homenaje a Linares Rivas. Ellos lo concibieron para dotar a la ciudad de un monumento similar al que en el año 1893 transportaba un barco desde Egipto a Francia, donde se instaló en la tan conocida Plaza de la Concordia.

El 3 de mayo de 1894 se inicia la construcción del Obelisco, que sería inaugurado meses más tarde, el 10 de febrero de 1895. La columna no era tal cual la conocemos en la actualidad, puesto que en 1951 sufrió una ligera modificación al aumentar su altura por motivo de la construcción del Banco Hispano Americano.

Su altura y la de otros muchos edificios que se fueron construyendo con posterioridad en las inmediaciones, obligó al alcalde Alfonso Molina a dar más altura a la estructura para que no quedase más baja que la propia altura del edificio de la entidad bancaria.

Hoy, años después de su construcción, el Obelisco sigue siendo un punto de encuentro y símbolo de la ciudad, recordando a coruñeses y turistas su historia y su encanto inmutable.