Los barrios más jóvenes de A Coruña crecen en la periferia. Como Novo Mesoiro en su día, como Xuxán hoy. Junto a este nuevo barrio en el que las administraciones públicas siguen promoviendo vivienda, Matogrande, que también fue joven cuando nació, mantiene una actividad comercial, hostelera y de servicios bien cubierta a la que quizá en el futuro aspire Xuxán, cuando gane más población; y, además, sigue creciendo.
Orlando Rodríguez y Cindy Porras acaban de abrir un pequeño negocio hostelero en los soportales de la rotonda interior del barrio, la panadería-pastelería Flor de Azúcar. En la calle Juan Díaz Porlier se anuncia la próxima apertura de un local de comida turca y en Luis Quintas Goyanes está a punto de abrir una cafetería, Vaca Vieja, donde antes había otra.
Estos establecimientos se suman a los más de 30 locales de hostelería (alguno abierto hace pocos meses, como Reply 1988) que Matogrande tiene en los bajos de sus 14 manzanas, la mayoría en las ocho cuadrangulares alrededor de la rotonda y el colegio Liceo La Paz.
"Aquí la hostelería dura años. El que menos, aguanta dos", dice Esteban Velasco, vecino y anterior presidente vecinal. "Es variada y estable porque es muy buena", califica su sucesora en la representación de los vecinos, María Salgado.
Locales de hostelería frente al colegio Liceo en Matogrande.
La oferta de comercio y servicios la completan, entre otros, dos farmacias, una joyería, una clínica veterinaria, una mercería, una tintorería, una floristería, tres oficinas bancarias, oficinas de seguros, negocios de alimentación, varias peluquerías y centros de belleza, agencias de viajes y dos supermercados, uno de ellos, Día, que también acaba de abrir. El contraste lo ponen ocho bajos vacíos.
Veteranos y noveles
Un bar, Aquitania, acaba de cumplir 25 años, casi tantos como los que tiene el barrio. Yates’s es otro de los veteranos. Muy cerca en la rotonda dan sus primeros pasos el matrimonio que forman Orlando y Cindy, que de trabajar en hostelería han pasado a ser propietarios.
"Yo crecí en una panadería, mi padre me enseñó a hacer pan y postres", explica ella. Llegaron a España de Venezuela hace casi cuatro años, viven cerca y su hijo está escolarizado en el Liceo. "Encontramos un bajo para emprender e hicimos una reforma completa que fue algo lenta, entre proyecto y licencias", cuenta él.
Casi todo es artesanal en Flor de Azúcar, con el pan andino como especialidad para desayunar o merendar acompañado de un café. "En las dos primeras semanas han venido clientes de todo tipo, niños, mayores, latinos porque conocen los productos".
"A la hora de comer hay menús del día donde elegir, y al acabar, distinta oferta para el tardeo. El Liceo es otro factor de movilidad en el barrio, con gente que deja y recoge a sus hijos por la mañana, al mediodía y por la tarde, que después de clase juegan en el parque o meriendan en la zona"
Los vecinos de Xuxán, el barrio más próximo, aún no tienen hostelería en los bloques residenciales, así que de momento tendrán que conformarse con la oferta de Matogrande, al que acceden desde lo alto de Juan Díaz Porlier.
Los hoteles AC y Attica 21, el Instituto Nacional de la Seguridad Social y el complejo de Coruña Sport Center con gimnasio, clínicas, empresas, oficinas y áreas de trabajo "dan mucha vida" al barrio, cree Velasco.
"A la hora de comer hay menús del día donde elegir, y al acabar, distinta oferta para el tardeo. El Liceo es otro factor de movilidad en el barrio, con gente que deja y recoge a sus hijos por la mañana, al mediodía y por la tarde, que después de clase juegan en el parque o meriendan en la zona", repasa.
Velasco y Salgado rondaban los 30 años cuando se convirtieron en vecinos de Matogrande. Hoy llegan a los 60, que la sitúan como "la edad media del barrio, aún joven", defiende la representante vecinal.
La vivienda y el tráfico
Coinciden los dos vecinos en resaltar otros dos aspectos: la vivienda está toda ocupada, "y si queda libre un piso, enseguida la gente se entera y hay relevo, sin necesidad de pasar por inmobiliaria", explica Salgado.
Vehículos mal aparcados en un cruce de Matogrande, en A Coruña.
El tráfico, en cambio, es un "gran problema". Las obras en el entorno de Alfonso Molina para ampliar el principal vial de acceso a la ciudad han ocasionado recientes cortes en la circulación con largas filas de vehículos desde Agrela y congestionado la rotonda exterior de entrada a Matogrande.
Y entre las manzanas, encontrar una plaza libre de aparcamiento es una tarea que en las horas punta del día requiere tiempo y paciencia; quien no la tiene no duda en estacionar irregularmente en los cruces de calles. "Se puede dejar el coche en el párking del Eroski, pero la gente no quiere pagar", dice Velasco.
