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La Semana Santa ferrolana se ha consolidado como la festividad más característica de la ciudad, atrayendo a miles de visitantes cada año. Todo ferrolano espera pacientemente esos ocho días en los que el Barrio de la Magdalena se funde entre los más de tres mil penitentes y las veinticinco procesiones que recorren sus calles, desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección.

Este año se espera que la Semana Santa de Ferrol, declarada de Interés Turístico Internacional, reciba a más de 300.000 visitantes. Esta avalancha turística no solamente impulsará el sector de la hostelería, el gran ganador, sino que ofrecerá a la ciudad la oportunidad de mostrar al mundo su riqueza cultural, su gastronomía y sus impresionantes paisajes costeros.

Para el comercio, y en particular el sector textil, la Semana Santa representa un punto de inflexión. Marca el fin de la temporada de rebajas de invierno y da paso a la consolidación de la nueva temporada de primavera-verano. "Los visitantes son buenos clientes, porque el cliente de aquí si no compra un día, compra otro, pero el que viene a la ciudad sabe que tiene ese momento para comprar y aprovecha", explica Olegario Álvarez, el presidente de la Asociación del comercio en Ferrol.

El aumento de visitantes también modifica los hábitos de consumo. La gente está de vacaciones, pasea más por la ciudad y tiene mayores necesidades de compra, desde moda hasta artículos inesperados, como una cazadora para el frío en caso de que el clima no sea favorable. Esto convierte a la Semana Santa en un respiro financiero para los comercios, que aprovechan para abrir el jueves y viernes festivo y poder revertir, en la medida de lo posible, los meses de baja facturación, como febrero y marzo.

"Durante estos días, los restaurantes y bares están a tope. Los puntos álgidos coinciden con las grandes procesiones, como las del Martes, Jueves y Viernes Santo"

Emilio Vázquez, presidente de la Asociación de Hostelería de Ferrol

"Pepitas, Semana Santa, los cruceros en el puerto... todo eso está dinamizando Ferrol y haciendo que la gente vea el barrio de la Magdalena como un sitio al que venir a pasear, a comprar... y eso está mejorando muchísimo el comercio", cuenta Olegario, que añade: "Además, cuando hay mucha gente en una ciudad, cuando las cosas van bien... van bien para todos".

Una opinión que coincide con la de Emilio Vázquez, presidente de la Asociación de Hostelería de Ferrol, quien insiste en aprovechar este repunte de visitantes para "que sepan que estamos aquí todo el año: tenemos las playas, la gastronomía, la cultura... debemos de vender la ciudad como un paquete completo con la Semana Santa, Las Pepitas, las fiestas patronales...".

Si bien el comercio experimenta un repunte, la hostelería es la gran beneficiada de la Semana Santa. "Durante estos días, los restaurantes y bares están a tope. Los puntos álgidos coinciden con las grandes procesiones, como las del Martes, Jueves y Viernes Santo", afirma Emilio Vázquez.

Falta de personal y un clima impredecible: los principales retos

Las previsiones para este año son optimistas, generando un movimiento económico estimado entre 40 y 50 millones de euros. "La hostelería vive de esos buenos momentos donde, realmente, duplicas la facturación", comenta Emilio. Sin embargo, el sector enfrenta un desafío importante: la falta de personal cualificado. Las escuelas no tienen promociones de alumnos suficientes para llenar el mercado. "Hay muchos cocineros y muy pocos camareros, la vocación en hostelería ha disminuido", explican desde la Asociación.

"Nos da miedo enfrentarnos a Semana Santa, son momentos de mucho trabajo y falta personal, tenemos que tirar con la plantilla que tenemos", destaca Emilio Vázquez.

A esto se le suma otro factor determinante: el clima. Si bien las predicciones son buenas, con más horas de luz gracias al cambio de hora y con la primavera a mediados de abril más instalada, todavía las previsiones no son muy claras.

"Dependemos demasiado del tiempo porque se puede suspender alguna procesión y ahí corres el riesgo de cancelación de reserva. Con previsiones de lluvia la gente cancela sus reservas de hotel y restaurante, al igual que si hace sol, hay éxito asegurado y hasta la última hora hay reservas", explica Vázquez.

Por ahora, si el tiempo acompaña, las expectativas apuntan a una ocupación hotelera al 100%, con bares y restaurantes funcionando a todo rendimiento. Aún así, pase lo que pase, la Semana Santa no dejará de ser el momento más esperado y especial del año para ferrolanos y ferrolanas, con más de tres mil personas volcadas en la organización de estos ocho días y todos los comercios, restaurantes y bares con sus puertas abiertas para recibir a todo aquel que- entre procesión y procesión- vaya a disfrutar a sus establecimientos a lo largo de esta semana de pasión.