La revolución industrial del presente es la Inteligencia Artificial (IA), una construcción colectiva que, también desde el punto de vista social, económico y tecnológico, transforma y "facilita" la vida de las personas. "Nuestra forma de trabajar va a cambiar con la IA. Pero la IA es una herramienta de trabajo, no nos va a reemplazar".
Esta fue una de las conclusiones más elocuentes manifestadas este jueves en el Foro CTV: Ciencia y Tecnología de Vanguardia, organizado por Quincemil y el Centro Tecnológico ITG en A Coruña.
La mesa redonda Inteligencia Artificial responsable puso de manifiesto el alcance, los retos y los riesgos de la IA en la comunidad tecnológica a través de las intervenciones de Rafael Vergara, manager de Soluciones de Digitalización y Tecnología de Aenor, y de Emilio Álvarez-Miranda, director del Área de Medio Ambiente, Fondos Europeos y Digitalización de A Coruña. La charla la moderó José Manuel Martínez, CEO de Mobify y decano del Colegio de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación.
"La IA es algo que se construye entre todos, y estamos empezando. Puede hacer la vida más fácil, pero requiere precauciones en su desarrollo y aplicación. Es una herramienta de trabajo”, comentó Álvarez-Miranda.
"Es una revolución industrial, como fue la revolución industrial en el siglo XVIII. Un cambio muy grande", compara Vergara. "Ahora quizá no vemos lo que dentro de 10 años será algo natural para nosotros. Hay cierto miedo a que con la IA perdamos el trabajo; no, con la IA dejaremos de hacer cosas tediosas que están automatizadas en fábricas".
"Usos provechosos"
En el transcurso de la mesa se apuntaron aspectos clave en la aplicación cotidiana de la IA, como la necesidad de que se haga un "buen uso de los datos" en los servicios públicos para que tenga consecuencias "provechosas" en ámbitos como la movilidad, los residuos y la atención al ciudadano.
Álvarez-Miranda advirtió de que el acceso de las empresas, en especial las pymes, y las administraciones a la IA "es complejo", por lo que cree que hace falta avances en "formación" y "sostenibilidad".
Vergara hizo alusión al "compromiso responsable por la IA", un posicionamiento en el que se evalúan requisitos de seguridad, la sostenibilidad y transparencia de esta tecnología. "Una construcción de sistemas de IA que se vayan regulando y cumplan con garantías", dijo.
A la "veracidad" de los datos en el ámbito municipal se refirió también Álvarez-Miranda, que mencionó la "anonimización de datos" y las "certificaciones de seguridad", entre otras medidas.
El papel de la ética
"Ahora que todo es IA, ¿dónde quedan las personas, dónde queda la ética?", preguntó José Manuel Martínez en su función de moderador.
Desde el ámbito de la administración pública, Álvarez-Miranda concede a la ética un papel "fundamental". "Todo lo que sea un sesgo que haga que a un ciudadano no se le trate con igualdad no es ético. En la generación de algoritmos y modelos tenemos que trabajar la ética, pese a que no haya normas éticas. Muchas veces creemos que actuamos con sentido común, pero podemos haber generado un modelo que provoque alguna injusticia", advirtió.
"Esto tiene que revisarse, es uno de los grandes retos de la Inteligencia Artificial. Con la IA hay que subirse al tren, pero con control para unificar el progreso e ir todos de la mano. La ética dará mucho que hablar", augura Vergara.
