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Mantener una correcta salud y seguir las recomendaciones al volante en caso de contar con alguna dolencia es fundamental para evitar peligros en la carretera. Por ello, es necesario llevar a cabo exámenes psicotécnicos y evitar conducir siempre que los los médicos así lo aconsejen.

La conducción bajo los efectos de ciertos medicamentos está totalmente desaconsejada, pero existen enfermedades comunes que muchos conductores desconocen el riesgo que suponen al volante, como la conjuntivitis. La Dirección General de Tráfico lo explica en su informe Ojos que no ven, riesgo vial.

Los peligros de conducir con conjuntivitis

"Algunos casos de conjuntivitis provocan visión borrosa", informa la propia DGT en su informe. Esta afectación ocular puede ser infecciosa o no infecciosa, y se cataloga como aguda (la más común), crónica o recurrente.

"Sea cual sea su causa, las conjuntivitis generan un cuadro de síntomas que pueden afectar a la conducción: unos característicos ojos rojos e irritados que pican, escuecen, lagrimean, duelen... Algunos casos, incluso, provocan fotosensibilidad y visión borrosa", explican.

Además, añaden el mayor riesgo al que nos exponemos si la conjuntivitis es severa. En este caso, "los párpados están muy hinchados, la movilidad del ojo se reduce, así como el campo visual, lo cual es un riesgo añadido si estamos al volante", detalla el organismo público.

Debido al verdadero peligro que supone, la DGT advierte de la importancia de acudir a un oftalmólogo para que realice el diagnóstico correcto para pactar el correspondiente tratamiento y seguimiento del mismo.

En general, los fármacos recetados suelen ser gotas o pomadas y, en alguna ocasión, aunque es raro, fármacos sistémicos. De ser así, "estos pueden estar contraindicados para la conducción, como es el caso de los antihistamínicos que se recetan en casos graves de conjuntivitis alérgicas cuando el paciente no responde al tratamiento tópico".

Manual de uso de conducción en caso de padecer conjuntivitis

Conducir con conjuntivitis representa un riesgo importante tanto para el conductor como para los demás usuarios de la vía. "Durante la fase aguda de cualquier tipo de conjuntivitis se recomienda no conducir", dice rotundo el informe de la DGT.

Síntomas como la visión borrosa o el picor pueden afectar, y mucho, a la capacidad de reacción al volante. De hecho, "algunas dolencias oculares transitorias pueden cursar con fotosensibilidad, lo que aumenta el riesgo de sufrir un deslumbramiento en la carretera".

Además, si se trata de una queratoconjuntivitis primaveral "no se puede conducir hasta que el tratamiento consiga la ausencia total de síntomas", añaden desde la Dirección General de Tráfico.