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Los portales inmobiliarios ofrecen todo tipo de viviendas en A Coruña ciudad y provincia pero especialmente llaman la atención aquellas que están en venta y la vez en ellas viven okupas.

No es lo más habitual, pero actualmente en la comarca de A Coruña hay siete casas okupadas que están en venta y 17 en la provincia. Que estas viviendas en venta tienen esta condición no es privado, sino que en el propio anuncio se advierte al potencial comprador con el mensaje "ocupada ilegalmente".

La mayoría de este tipo de viviendas en venta son casas o chalets, algunas de ellas con grandes superficies de jardín, otras en entornos residenciales y algunas para reformar o de segunda mano.

Los precios varían en función de las características y dimensiones pero oscilan desde los más bajos de 30.000 o 95.000 euros, pasando por precios intermedios de 105.000 o 140.000 hasta los más altos que alcanzan los 254.000 o 288.000 euros.

Portales inmobiliarios como Idealista marcan con la etiqueta de "ocupada ilegalmente" las viviendas en las que entienden que alguien vive sin contrato vigente ni permiso del propietario del inmueble. El fenómeno conocido como okupación no está recogido de forma explícita en su marco legal pero sí recoge conceptos como usurpación y allanamiento de morada.

El primero de ellos lo contemplan como un delito que se produce cuando una o más personas entran en una vivienda deshabitada y se establecen en ella sin el consentimiento o en contra de la voluntad de sus propietarios. En el segundo caso, el allanamiento lo contemplan como la acción de una persona de ocupar una vivienda habitada y establecerse en ella sin el permiso de sus dueños.

Ambas opciones contemplan penas de prisión, tanto en el caso de que los delincuentes empleen violencia o intimidación o que vulneren la intimidad de los propietarios.

En idealista las casas en esta situación aparecen explícitamente rotuladas como "ocupada ilegalmente"

Sin visitas y sin financiación hipotecaria

Patricia Vérez, presidenta del Colegio de Propiedad Inmobiliaria, asegura que no han notado un auge de ventas de viviendas okupadas y concretan que en los portales inmobiliarios no hay mucha oferta de este tipo de compraventas.

Argumentan que "las personas o empresas que compran ese tipo de inmuebles no necesitan el inmueble inmediatamente o a medio plazo y que lo compran sin poder visitarlo y sin financiación hipotecaria". "Asumen un gran riesgo a cambio de un precio inferior al del mercado", opinan.

Según los datos del Ministerio del Interior, apuntan que el año pasado hubo 104 casos de este tipo en Galicia, 10 más que en 2020. Afirman que se incluyen diferentes tipos de delitos del Código Penal, como el allanamiento de morada y la usurpación de inmuebles, con y sin violencia, y sean residenciales o no.

"No todas las okupaciones están judicializadas y se estima que hay muchísimos casos sin denunciar procedentes de entidades bancarias y de particulares", dicen, sobre lo que matizan que "lo que es evidente es que las okupaciones provocan una gran alarma social entre los vecinos que padecen las consecuencias de este fenómeno".

A su juicio, "la okupación vulnera el derecho a la propiedad privada, y además genera inseguridad jurídica que tiene un efecto disuasorio sobre la inversión y empeora el acceso a la vivienda, especialmente para los colectivos más vulnerables".

"Cada vez hay más inversores dispuestos a comprar este tipo de inmuebles"

Emma Martínez, gerente de S2M, inmobiliaria y presidenta de Agalin, Asociación Galega de inmobiliarias, expone que y que muchas de ellas han sido ocupadas ilegalmente y los propietarios las ponen en venta en esa situación",

Otras apunta que "son viviendas en las que el que está todavía dentro de la casa es un deudor hipotecario y el banco o la empresa que tiene es propietaria de esa deuda y pone en venta la casa", en este caso añade que "esta persona tampoco tiene la posesión porque el anterior propietario sigue dentro".

En cuanto a la venta de casas okupadas, considera que "es un tipo de compraventa en el que suelen entrar solo inversores que entienden que van a asumir un riesgo, a cambio de conseguir una rebaja del precio".

Argumenta que sobre todo se trata de viviendas que no pueden ser hipotecadas y que no se puede entrar en ellas, por lo que se debe iniciar un proceso de desahucio: "esos compradores no saben cuándo van a recuperar la posesión del inmueble, por eso los compradores potenciales son inversores que estén dispuestos a asumir un riesgo".

Sin embargo, asegura que "cada vez hay más inversores que están dispuestos a comprar este tipo de inmuebles, porque saben que con el tiempo siempre acaban recuperando la posesión". Bajo su punto de vista, "este tipo de compraventas en las que no se entrega la posesión no perjudican al mercado inmobiliario de la vivienda habitual, pues entran unos actores diferentes en ellas".

Concreta que "los vendedores suelen ser fondos de inversión, bancos o particulares a los que les han ocupado la vivienda y los compradores suelen ser inversores". Tras esta reflexión, concluye que "el mercado de la vivienda habitual no creo que se vea afectado por este tipo de compraventas".