A Coruña presume de tener un nuevo campeón del mundo. Se llama Carlos Martínez y el pasado fin de semana, junto a sus compañeros, colocó la bandera española en lo más alto del podio del baloncesto 3x3. Esta modalidad se asocia con las calles, pero realmente es una disciplina profesional y olímpica desde hace varios años e incluso ha estado en las dos últimas Olimpiadas.
Tras unos días de ajetreo, Carlos atiende a Quincemil para recordar aquellos momentos que tan feliz lo han hecho hace escasos días.
Para este deportista herculino, que fue jugador de Básquet Coruña, fue "una experiencia fantástica, como siempre. Realmente es una experiencia que podía considerar vital, con todo lo que rodea al baloncesto y al deporte siempre son buenísimas y con la selección mucho más.
"Estamos bien cuidados, pero obviamente fue especial porque el resultado nos dio una alegría extra, y te diría que fue totalmente desproporcionado contando con lo que esperábamos, por lo que es triple la alegría", explica sin borrar todavía la sonrisa de la boca.
La final es el momento que más sobresale pero lo importante para Carlos fue el camino: "Realmente cuando la vives en primera persona se ve distinto que cuando lo ves en tercera persona o en otros deportes. La viví tranquilo, estábamos tranquilos desde las eliminatorias de octavos y cuartos. Yo creo que con un pelín de inconsciencia".
La clave para Martínez ha sido "que cogimos una buena racha y la forma de jugar desde octavos. Antes no jugábamos mal pero habíamos tenido dos derrotas y en octavos lo hicimos tan bien y teníamos las cosas tan claras que cualquiera que se nos pusiera delante podíamos ganarle, y así ha sido"
Además, Carlos cree que al ser "un grupo que nos llevamos muy bien, que lo hemos dado todo, ganáramos o perdiéramos nadie nos lo podía quitar", todo ha sido más fácil.
Lo que significa ser campeón
Ser campeón del mundo no es algo de lo que todos los coruñeses puedan presumir. "Es un sentimiento de orgullo y satisfacción tremenda, pero no soy aún demasiado consciente. Creo que cuando lo vives en primera persona lo ves diferente que cuando escuchas a alguien. Antes de este título, cuando alguien me decía que era campeón del mundo o veías una entrevista te abrumaba, sentías admiración y respeto. Y ahora lo digo yo, en primera persona, y sigo siendo yo, con normalidad, pero claro, te abruma ver que eres tú el campeón del mundo. De momento lo digo con poca asimilación".
Ahora, el futuro depara seguir con la competición, que en esta modalidad es hasta diciembre. "Ahora vuelvo con mi equipo y tenemos varios torneos en Polonia, Taiwan y Brasil programados. A intentar hacerlo lo mejor posible como los años anteriores", comenta. En el medio plazo, con la selección "toca seguir disfrutando de medalla y en el medio y largo plazo intentar clasificarnos para los juegos olímpicos de Los Ángeles".