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Una vez más el lema "el fútbol es para los aficionados" quedó muy lejos de la realidad. El Mirandés, con su estadio en obras, disputa sus encuentros como local en Mendizorroza, un campo de Primera División que ofreció una imagen muy pobre en el choque entre Mirandés y Dépor.

Aficionados blanquiazules se quedaron sin poder acceder al estadio ante la negativa del club a vender entradas a la afición visitante.

Y es que la premisa era clara: vender entradas a los socios de Mirandés o Alavés. El fútbol español sigue castigando a las aficiones al permitir hechos como el de este fin de semana.

La afición deportivista ya mostró su malestar después de que solo fueran enviadas 387 entradas para el conjunto herculino.

La decisión se justificó amparándose en motivos de seguridad. Sin embargo, la semana pasada sin ir más lejos, Riazor acogió sin problemas a aficionados del Sporting que ocuparon diferentes ubicaciones en el estadio blanquiazul.

La gente que finalmente pudo acceder al estadio disfrutó con el gran triunfo de su equipo por un gol a cinco ante el Mirandés.