En 1946, el balón rodó por primera vez en el estadio de Riazor en un torneo símbolo deportivo de A Coruña y uno de los torneos más antiguos del mundo. En aquel momento pocos sabían que aquel trofeo escondía una historia mucho más antigua que el fútbol, porque rendía homenaje a una mujer que había muerto siglo y medio antes sin imaginar que su nombre llenaría estadios. Esta gallega no era deportista ni aristócrata, sino una dama que cambió la historia social de Galicia con un gesto de compasión. En pleno siglo XVIII, cuando la beneficencia era un tema de conventos y órdenes religiosas, decidió crear un hospital civil, abierto a todos los pobres, enfermos y desamparados, solo con su dinero y su voluntad. En una época en la que el destino de las mujeres se reducía al matrimonio o el servicio a Dios, ella eligió el camino más insólito, ayudar al prójimo gracias al primer hospital civil y benéfico de Galicia, una institución adelantada a su tiempo que marcaría el inicio de la asistencia pública moderna. Como ya te imaginarás, su nombre era Teresa Herrera.
Trofeo Teresa Herrera 2025. https://www.rcdeportivo.es
Teresa Margarita Herrera y Pedrosa nació en A Coruña en 1712, en el seno de una familia de comerciantes. Los registros municipales la describen como una mujer instruida, devota y que no llegó a tener descendencia.
A Coruña era una ciudad portuaria modesta, pero activa, donde las galeras reales compartían muelle con los barcos mercantes que traían cacao, café o telas de ultramar. Teresa Vivía en un tiempo en que las ideas ilustradas empezaban a extenderse por Galicia, entre ellas, el deber moral de la beneficencia, la educación y la ayuda a los más necesitados.
Plano de las rías de Ferrol, A Coruña y Betanzos del siglo XVIII. https://es.wikipedia.org
De su juventud se sabe poco, pero los padrones del siglo XVIII la sitúan en la calle Cordonería, junto a la iglesia de San Nicolás, en una casa familiar de tres plantas. Allí pasó la mayor parte de su vida, sin casarse ni ingresar en un convento, algo poco común para una mujer de su posición.
Al morir su madre, heredó una parte importante del patrimonio familiar y asumió la administración de varias propiedades urbanas, rentas y alquileres. En una sociedad en la que las mujeres apenas podían intervenir en asuntos legales, Teresa demostró una habilidad poco habitual para gestionar sus bienes, como se puede leer en los registros del Archivo Municipal, que mencionan su nombre en operaciones de compraventa, cesión de terrenos y donaciones.
Actual iglesia de San Nicolás. https://es.wikipedia.org
La tradición local cuenta que era una mujer piadosa y reservada que vestía con sencillez, que visitaba con frecuencia los hospitales y hospicios de la ciudad y que acompañaba a las cofradías en la atención a los enfermos del puerto y en la recogida de limosnas para viudas y huérfanos.
Pero también, según las crónicas, nunca buscó notoriedad, sino que prefería actuar en silencio, dejando que sus obras hablaran por ella.
Sería en las últimas décadas de su vida cuando Teresa empezó a concebir su proyecto más ambicioso. Observaba que los enfermos pobres quedaban fuera de los hospitales religiosos y que los marineros sin familia morían en las calles o en barracones insalubres, algo que le parecía inconcebible. Así fue como nació la idea del Hospital de la Caridad, un espacio que no dependiera de ninguna orden ni de favores eclesiásticos o políticos, sino de la voluntad ciudadana y de la generosidad.
Detalle del convento de Santa Bárbara de A Coruña. https://es.wikipedia.org
De esta manera, alrededor de 1789, cuando contaba con 77 años, Teresa Herrera tomó una decisión poco común: donar la mayor parte de sus bienes para la fundación de ese hospital para pobres en su ciudad natal.
El proyecto fue presentado ante el Cabildo y recibió apoyo institucional. Los documentos conservados nos cuentan que la iniciativa contó con la aprobación real en 1790 y que la obra comenzó poco después en el barrio de Zalaeta, en la manzana formada por las actuales calle Hospital, avenida de Zalaeta, calle Tren y calle Disciplina Campo da Estrada, junto al convento de San Francisco.
Hospital de la Caridad de A Coruña. https://balmis.org
El edificio fue bautizado como Hospital de la Caridad de A Coruña, y fue uno de los primeros centros benéficos civiles de Galicia. Su propósito era el de acoger a enfermos sin recursos, marineros y mujeres necesitadas sin distinción de credo ni procedencia, algo revolucionario para la época, porque a diferencia de los hospitales gestionados por religiosos o los situados en conventos, su gestión dependía de la comunidad civil y se financiaba con rentas particulares.
Además de aportar su dinero, Teresa Herrera también redactó sus normas básicas de funcionamiento y estableció la obligación de destinar los beneficios futuros de su patrimonio al sostenimiento de esta institución.
Iglesia de Santiago de A Coruña. https://es.wikipedia.org
Los cronistas locales destacan que su obra se distinguía por la limpieza, la atención continuada y el trato digno a los pacientes e incluso se sabe de su implicación personal en la gestión y en la selección del personal, algo insólito en una época en la que las mujeres no tenían acceso formal a cargos públicos.
El hospital comenzó a funcionar poco después de su muerte, en 1791, según los registros del Archivo Municipal. Se sabe que dejó detallado en su testamento el destino de sus bienes, casas, terrenos y rentas. Todos se dedicarían a financiar médicos, enfermeros y camas de su proyecto hospitalario. Además, en el documento se incluía una cláusula singular, ya que se obligaba a que la institución mantuviera su carácter “de caridad pública”, sin fines lucrativos, durante toda su existencia.
Un rincón de la Ciudad Vieja de A Coruña. https://es.wikipedia.org
La trascendencia de ese gesto fue excepcional, porque en una Galicia carente de infraestructuras sanitarias estables, el hospital de Teresa Herrera supuso un precedente de asistencia organizada. Además, su iniciativa anticipó en varias décadas la beneficencia del siglo XIX, que más adelante asumirían los ayuntamientos y diputaciones.
Teresa Herrera murió en A Coruña en 1791 y sus restos reposan hoy en la Capilla de los Dolores, en la iglesia de San Nicolás, sede de la Real Congregación del Divino Espíritu Santo y María Santísima de los Dolores, institución a la que legó sus bienes para fundar el Hospital de la Caridad. Al sepelio acudió gran cantidad de vecinos, miembros de las cofradías y beneficiarios del hospital, que se reunieron para acompañar su cuerpo en un signo de agradecimiento colectivo.
Detalle de la fachada de la iglesia de San Nicolás de A Coruña. https://www.turismo.gal
En los años siguientes, su ejemplo inspiró otras iniciativas benéficas en Galicia, y su nombre comenzó a figurar en documentos de beneficencia como referencia moral.
El Hospital de la Caridad mantuvo su actividad durante el siglo XIX, adaptándose a los cambios políticos y urbanos y, aunque su localización original desapareció con el crecimiento de la ciudad, su espíritu sobrevivió en los nuevos centros sanitarios. Hoy, el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) y el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera representan su continuidad histórica, aquel impulso inicial hacia una atención médica pública y humanitaria.
Durante buena parte del siglo XIX y principios del XX, la figura de Teresa Herrera cayó en un silencio casi total, hasta que a mediados del siglo pasado su nombre volvió al primer plano gracias al periodista Pedro Braña, que en 1946 propuso bautizar con su nombre un nuevo trofeo de fútbol benéfico: la Copa Teresa Herrera.
Hospital Materno Infantil Teresa Herrera. https://es.wikipedia.org
El torneo, nacido con fines solidarios, acabaría convirtiéndose en uno de los más prestigiosos y antiguos del mundo. Y aunque muchos asocien a Teresa Herrera con el fútbol, pocos recuerdan que detrás del trofeo hay una historia de caridad, no de competición, que recuerda que A Coruña debe parte de su identidad moderna a una mujer que supo actuar cuando el Estado todavía no existía.
Hoy, su legado se reconoce oficialmente. El Ayuntamiento le dedicó una calle y un busto en el centro de la ciudad, además del Premio Teresa Herrera, otorgado a iniciativas solidarias, y el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera. Su figura es estudiada por historiadores como ejemplo temprano de liderazgo femenino en Galicia y es reivindicada como una de las primeras filántropas laicas de España.
Medalla conmemorativa del Trofeo Teresa Herrera de 1992. Iván Fernández Amil
Iván Fernández Amil escribe cada semana Historias de la Historia en Quincemil. Consigue sus libros en https://www.ivanfernandezamil.com/libros
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Referencias:
es.wikipedia.org
elespanol.com/quincemil
lavozdegalicia.es
farodevigo.es
turismo.gal
elpais.com
coruna.gal
culturagalega.gal
historiadegalicia.gal
dialnet.unirioja.es
elidealgallego.com
cronicascorunesas.es
granenciclopediagallega.gal
historia-hispanica.rah.es
