Entrar en la nueva exposición de la Fundación Marta Ortega es encontrarse con Annie Leibovitz en cuerpo y alma. Un recorrido por su trayectoria en el mundo de la fotografía, desde que se adentró en la gira de los Rolling Stones en 1975, pasando por el fotoperiodismo de la mano de Truman Capote —entre otros—, en sus inicios en el mundo de la moda, hasta la fotografía de celebridades como Penélope Cruz, Rihanna, Melania Trump, o incluso a los Reyes de España.
En A Coruña, la artista abre su archivo como quien abre un diario, invitando al visitante a recorrer cinco décadas de imágenes que dialogan entre sí y revelan mucho más que un estilo.
La de Leibovitz es, además, la primera exposición de la Fundación que se inaugura con la presencia de la propia autora guiando a sus invitados. Hasta el puerto herculino llegaron hoy periodistas de distintos países para escuchar de primera mano cómo se articula esta muestra única, construida como un viaje que permite conocer tanto a la fotógrafa como a su obra.
"Quise hacer una exposición aquí, un lugar en el que es maravilloso para poder "jugar"". La muestra, titulada Wonderland, reúne piezas que jamás habían convivido juntas y que ordenan, por primera vez, el universo creativo de una autora que se resiste a ser etiquetada.
Una joven con la "energía intacta"
El recorrido arranca con sus comienzos dentro de la gira de los Rolling Stones de 1975, ese encargo que, sin que ella lo supiera entonces, cambiaría su vida. "Vosotros veis fotos de los Rolling, pero yo veo encuadres", confiesa. "No sabía en lo que me metía aquel día".
En concreto, quiso dirigirse a los jóvenes, al verse reflejada en ellos aquel día en el que se lanzó a la aventura con "una energía intacta". Ella, que venía de estudiar pintura y tomar clases de fotografía por las tardes.
Así es la exposición de Annie Leibovitz en la Fundación MOP de A Coruña
Aquel verano fotografió a la banda en moteles, aviones, pasillos y camerinos, acumulando cientos de carretes que hoy se exhiben en una instalación y le dan ese toque "rockero" que caracteriza a la artista.
Robert Frank —"uno de mis héroes"— aparece de fondo en esta etapa. Fue entonces cuando se dio cuenta de la importancia del fotoperiodismo en la sociedad. En su opinión, se trata de la fotografía más extraordinaria: la que cuenta historias, y que confiesa que muchas veces la hacen llorar.
Una foto a "mi camello"
Las siguientes salas —Early Years y Stream of Consciousness— muestran a una Leibovitz en plena transformación. Son fotografías de escritores, intérpretes, artistas; planos abiertos de carreteras; interiores silenciosos; escenas captadas desde un coche mientras acompañaba a periodistas como Truman Capote. "Les hacía fotos en el coche cuando me montaba con ellos", recuerda entre risas.
Leibovitz aprovechó el momento para contar experiencias de vida detrás de la lente. Como cuando trabajaba en Los Ángeles y recibía multas de tráfico constantes, yendo de un lado a otro por la carretera. O incluso desvela la imagen de "mi camello, el que me vendía droga", relataba esta mañana ante el centenar de periodistas que la escuchaban, sin el más mínimo recato. Tal y como es ella: auténtica.
La importancia de una mirada llena de seguridad en una misma
La última gran sección, Wonderland, recoge más de un centenar de impresiones —muchas inéditas— y videoinstalaciones dedicadas a su trabajo para la moda. Pero Leibovitz insiste, sin pausa, en sacudir cualquier idea preconcebida: "No me tomaba la fotografía de moda muy en serio al principio". Asegura que su inspiración inicial venía de los cuentos infantiles —Alicia en el país de las maravillas, El mago de Oz— y que fue Grace Coddington quien la empujó a explorar esa narrativa visual.
Habla también de los diseñadores como "grandes artistas", de la importancia de ver la moda para poder fotografiarla, y de cómo, con el tiempo, "la moda se convirtió en lo que dictaba la fotografía". Una sala en la que desfilan nombres como Penélope Cruz: "Una imagen bonita, sí, pero lo importante es la sensación de seguridad que desprende".
Así es la exposición de Annie Leibovitz en la Fundación MOP de A Coruña
La artista daba igual importancia al escenario de la fotografía que al personaje. En sus comienzos, se basaba mucho en los cuentos de niños. De ahí que se puedan ver escenas interpretando historias como Alicia en el País de las Maravillas o El Mago de Oz.
Admiración hacia Rihanna
Todo ello en una sala en la que trataba y relatos íntimos, como su estrecha colaboración con Rihanna, a quien define como "una mujer impresionante", capaz de anunciar un embarazo en la Super Bowl y otro en la Met Gala sin perder un ápice de control sobre su narrativa pública.
Rihanna en una fotografía de Annie Leibovitz
Y hablando de embarazos, en esta propia sala se pueden ver otros muchos como la impresionante imagen de Melania Trump bajando de un jet privado, posando en bikini y embarazada.
Pero donde brilla el lujo, Leibovitz también es capaz de captar la realidad de la sociedad. En concreto hay una imagen que es de las favoritas de la artista. Aquella en la que se puede ver a gente paseando por delante de un escaparate. La vida cotidiana desdibujando el artificio del lujo: "Los dos mundos de la moda"
Cuando fotografió a los Reyes de España
Al llegar a la última sala, un enorme retrato del Rey Felipe VI y la Reina Letizia nos da la bienvenida. "El rey estaba más relajado y la reina más nerviosa", apunta. Sin embargo, la fotógrafa empatizó con su majestad: "Entiendo que la gente sienta respeto hacia la lente, por lo que busco que se sientan cómodos". La propia Reina seleccionó el vestido que llevaría para la sesión: un Balenciaga.
Leibovitz habla de retratos que adquieren nuevas capas con el tiempo. Como el de la señora Obama, la madre del expresidente de EE.UU, fotografiada con 93 años, cuya imagen terminó colgada al lado de un Picasso.
Aunque confiesa, sin embargo, que las fotos individuales nunca han sido su género favorito: "No me gustan las fotos sueltas, sino lo que crean juntas". Y es precisamente esa lectura coral, casi cinematográfica, la que estructura la exposición.
"No hay nadie a quien no le guste Coruña"
¿Y por qué en A Coruña? Le preguntaron los periodistas. La fotógrafa no se cortó un pelo al decir que le parecía "una pregunta tonta". "¿Y por qué no?, respondió: "No hay nadie a quien no le guste Coruña".
Un cierre cinematográfico
Como es costumbre en los proyectos de la Fundación, la muestra se complementa con una película y una publicación creadas expresamente para la ocasión. En ellas hablan colaboradores y amigos de la artista como Bruce Springsteen, Patti Smith, Gloria Steinem, Karen Elson, Tina Brown, Mary Howard o Phyllis Posnick, componiendo el retrato coral de una fotógrafa que ha atravesado cinco décadas sin perder la curiosidad.
