Hace exactamente siglo y medio, A Coruña escuchó por primera vez el silbido de su primer tren entrando por la estación. Era el 10 de octubre de 1875, fecha oficial de la inauguración de la línea Palencia-A Coruña, una infraestructura llamada a transformar para siempre las comunicaciones y el desarrollo económico de la región.
En una época en la que la gente se desplazaba en carretas, el ferrocarril llegó para revolucionarlo todo. "Las semanas se convirtieron en días y los días en horas", explica Xosé Carlos Fernández, que aunque no pudo vivirlo de primera mano, ha dedicado muchos años de su vida a estudiar la historia de este gran medio de transporte.
Por ahí, a finales del siglo XIX, muchos coruñeses no habían salido de Galicia e incluso de su localidad. "Piensa que las carretas alcanzaban un máximo de 15 km/h, mientras que el tren llegaban a los 40 km/h. Triplicaba la velocidad", cuenta Fernández, ingeniero de obras públicas y autor del libro El Ferrocarril en Galicia.
Sin embargo, aunque el 10 de octubre se recuerda como el día que el tren llegó a la ciudad herculina, hubo un viaje previo, casi olvidado, que marcó el verdadero primer trayecto entre Lugo y A Coruña.
"Era la forma de conectar los pueblos con el mundo"
"Todo el mundo habla del día 10 como la fecha inaugural, pero en realidad el primer tren circuló el 5 de octubre", aclara Fernández. "Fue un tren de prueba, un viaje especial para que los coruñeses pudieran desplazarse a las fiestas de San Froilán en Lugo. No era un servicio regular, lo que hoy llamaríamos un tren charter".
Aquel tren, más experimental que ceremonial, partió con curiosos y viajeros ansiosos por probar el nuevo medio de transporte. Solo cinco días después, el 10 de octubre, se celebró la inauguración oficial con la presencia de autoridades, personalidades de la época y los primeros viajeros del servicio regular.
Este hito marcó un antes y un después para los coruñeses y para la comunidad. "Era la forma de conectar los pueblos con el mundo", recuerda.
Un viaje histórico y un cambio de era
La línea, como recuerda Fernández, no nació solo para unir A Coruña con Lugo, sino como parte de un ambicioso proyecto que conectaba Palencia con el Atlántico gallego, enlazando así Galicia con la red ferroviaria española.
"No fue una concesión local", explica el experto. "Era una línea nacional, un corredor que partía de Palencia, donde pasaba la línea del Norte, y que se extendía hasta A Coruña. Era la puerta de entrada del ferrocarril a Galicia".
En una época en la que los desplazamientos por carretera podían durar dos o tres días, el tren redujo el trayecto entre A Coruña y Lugo a poco más de tres horas y media: "Antes de la llegada del tren la producción de Galicia estaba limitada a su entorno. De esta manera, la mercancía podía llegar ese mismo día a otras zonas de Lugo".
De la euforia al declive y el renacer
El auge del ferrocarril duró varias décadas, hasta que la llegada del automóvil y la mejora de las carreteras, a partir de 1910, comenzaron a restarle protagonismo. "El tren fue perdiendo rentabilidad. Muchas compañías quebraron", explica Fernández. "La Guerra Civil agravó la crisis y, finalmente, en 1941 el Estado decidió nacionalizar el sistema y crear Renfe, uniendo todas las redes existentes".
Estación de tren de A Coruña en una imagen de archivo
Hoy, 150 años después, la llegada de aquel primer tren a A Coruña se celebra como un hito histórico, una de esas fechas que marcaron el pulso del progreso gallego.
"El ferrocarril fue mucho más que un medio de transporte", concluye Fernández. "Fue la primera gran conexión física entre Galicia y el resto de España. Y, en muchos sentidos, el inicio de la modernidad".
