¿Pensando en hacer el Camino de Santiago este año? No lo pienses más. Hemos recopilado toda la información que necesitas sobre las distintas rutas jacobeas. Ahora, solo queda que elijas la que más te apetezca. Las hay clásicas, como la francesa; pegadas al mar, como la portuguesa; o más minoritarias, como la de la Vía de la Plata. En este primer artículo de la serie Todos los Caminos conducen a Santiago os traemos toda la información de utilidad sobre el Camino francés.

Es la ruta por excelencia del Camino de Santiago. En el 2004 recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, por ser un "exponente para la convivencia de personas y culturas". A lo largo de sus 760 kilómetros encontraremos la mejor red de albergues de las rutas jacobeas y una señalización clara del recorrido. El Camino francés es el más aconsejable para las personas que se inician en este tipo de experiencias y se puede empezar desde distintos puntos.

El recorrido

Su recorrido de 760 kilometros atraviesa todo el norte peninsular durante 31 etapas. Comienza en Saint Jean Pied de Port, pero lo habitual es arrancar desde Roncesvalles, y así evitar cruzar la frontera con Francia y la dura etapa inicial. Durante la primera mitad del recorrido atravesaremos pequeñas localidades de la Meseta. Serán etapas de poca dificultad, pero que no se pueden comparar en cuanto a belleza paisajística con las del trecho gallego. Eso sí, descubriremos lugares con mucho encanto.

La dificultad irá en aumento hasta llegar a Pedrafita do Cebreiro. La subida a este puerto es complicada y bella a partes iguales. Una buena toma de contacto para entrar en Galicia y contemplar todo su esplendor desde los Ancares lucenses. Es recomendable, por tanto, comenzar el camino, al menos, en Ponferrada si queréis hacer la subida a O Cebreiro. De esta forma tendremos algo de rodaje previo y no sufriremos tanto.

La opción más asequible y válida para obtener nuestra Compostela es partir desde Sarria. Así cumpliremos el mínimo de 100 kilómetros para conseguir el distintivo al llegar a Santiago. En las etapas gallegas el paisaje muda totalmente con el visto durante el trazado castellano. Bosques verdes, puentes medievales, pequeños núcleos rurales y, al final, Santiago y su mágica Catedral.

• Todas las localidades que atraviesa (31 etapas): Saint Jean Pied de Port, Roncesvalles, Zubiri, Pamplona, Puente la Reina, Estella, Los Arcos, Logroño, Nájera, Santo Domingo de la Calzada, Belorado, Agés, Burgos, Hontanas, Frómista, Carrión de los Condes, Terradillos de los Templarios, El Burgo Ranero, León, San Martín del Camino, Astorga, Foncebadón, Ponferrada, Villafranca del Bierzo, O Cebreiro, Triacastela, Sarria, Portomarín, Palas, Arzúa, Pedrouzo y Santiago.

Su historia

Se trata de la mayor ruta de peregrinación a Compostela de la Europa medieval desde que se descubrió que los restos del apóstol Santiago descansaban en Galicia. Hoy en día es la ruta más relevante y reconocida mundialmente, adquiriendo un importante papel a nivel económico y social.

El Códice Calixtino contiene escritos sobre esta ruta jacobea desde el siglo XII. Estos textos ya elogiaban la gran riqueza cultural, religiosa e incluso turística de este Camino. Pese a su gran éxito durante siglos, un punto de inflexión de la ruta francesa moderna se produjo en el año 1992, cuando este trayecto obtiene la distinción de Primer Itinerario Europeo de Interés Cultural por el Consejo de Europa y de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Consejos útiles

El Camino francés es el más popular de todos los que conducen a Santiago. Eso significa que también es el más masificado. Durante los meses de verano es muy habitual que los albergues de la ruta se llenen en cuestión de horas. Por esto, es importante organizar las jornadas para comenzar a andar desde horas muy tempranas.

Lo ideal sería arrancar sobre las 6 de la mañana. A esa hora ya encontraremos abiertas muchas cafeterías de la localidad donde estemos, pues estos establecimientos son conocedores de los hábitos de los peregrinos. Saliendo a esas horas podremos hacer varias paradas para descansar y contemplar los hermosos paisajes por los que transcurre la ruta.

Otro consejo importante es ir ligero. Antes de comenzar nuestro Camino, deberemos estudiar cuáles son las etapas más complicadas y, así, plantearnos dejar nuestra mochila a cargo de alguna de las empresas de transporte que la llevarán a nuestro destino. El precio ronda los 3 euros por etapa y se puede contratar en el día, sin necesidad de reserva previa.

La gastronomía en el Camino

Al ser el Camino francés una ruta que recorre todo el norte peninsular también es una de los más ricas gastronómicamente hablando. A lo largo de todo nuestro periplo hasta Compostela podremos degustar una larga lista de platos tradicionales de las distintas comunidades, como La Rioja o Castilla y León.

Por ejemplo, un plato típico para reponer fuerzas y entrar en calor tras las jornadas con lluvia y frío podría ser unas sopas de ajo. Este caldo es tradicional de Castilla y León y se hace a base de agua, ajo, pan y pimentón. Se suele tomar como entrante. También podremos degustar unas patatas riojanas, aunque es un plato muy potente. Se trata de patatas cocidas con ajo, cebolla, chorizo y pimientos.

La actividad física continuada exige reponer proteínas. Una buena opción es el lechazo asado, típico de Castilla y León. Si buscamos un plato más completo, otra recomendación es el cocido maragato. Su peculiaridad y diferencia con el cocido gallego es que se sirve al revés: primero la carne, luego los garbanzos y para terminar, la sopa.

Pero el verdadero culmen gastronómico está en Galicia. En el último tramo del Camino francés podréis degustar los típicos platos de la comunidad, como el caldo, el cocido, las carnes de vaca gallegas o el pulpo. Muy recomendable este último en Melide, que queda de camino a Santiago. Los quesos también estarán presentes en nuestro Camino. Uno de ellos es el de O Cebreiro, que se suele comer con membrillo. Otro, el de Arzúa, es el que más fama tiene en Galicia.