Al norte de Galicia, en la provincia de A Coruña y entre las rías de Cedeira y Ortigueira se extiende la conocida como Serra da Capelada, un entorno natural espectacular donde se enmarcan los acantilados más altos de toda Europa Continental. Un paisaje mágico que nada tiene que envidiar a los tan emblemáticos barrancos del norte de Escocia. De hecho, el cabo de Wrath podría presentarse como la analogía perfecta entre la cima de Vixía Herbeira y este rincón tan reconocido a nivel mundial.
En la versión gallega de este paisaje escocés de película, la caída libre de los acantilados dirige la vista de sus espectadores hasta la mismísima Costa Ártabra, con unas laderas muy empinadas y repletas de vegetación cuyo telón de fondo lo conforma el propio océano ejerciendo toda su fuerza contra las rocas más cercanas a la tierra. Además, muy cerca de estos acantilados se localiza el Cabo Ortegal, lugar en el que se esconde otro gran hito gallego: el de las rocas más antiguas de la Península Ibérica y las cuartas de todo el mundo. Lo que está claro es que no hace falta viajar a Escocia para descubrir en primera persona unos acantilados y un paisaje de récord.
Así son los acantilados más altos de Europa
La recóndita Serra da Capelada esconde entre sus límites los acantilados más altos de Europa: el entorno del pico de Vixía Herbeira se alza hasta los imponentes 620 metros de altura en sus precipios. No es de extrañar entonces que en este rincón al borde del abismo gallego encontremos un elemento tan típico de la vigilancia costera y marítima del litoral de Galicia como es la garita de Herbeira. Esta antigua construcción de piedra, de techo abovedado de unos 15 metros cuadrados, hunde sus raíces en el siglo XVIII, si bien la actual estructura data del año 1805. En cualquier caso, la garita de Herbeira es la prueba arquitectónica de las increíbles panorámicas al mar abierto que se obtienen desde este punto.
Además, muy cerca de estos acantilados de semblante escocés se localizan otros lugares tan emblemáticos y visitados de la geografía gallega como el pueblo de leyenda de San Andrés de Teixido ―"vai de morto quen non foi de vivo"―, los faros de Punta Candieira o Cabo Ortegal, así como también la curiosa playa de arena negra de origen no volcánico de Teixidelo o la espectacular Senda do Santo, la primera vía ferrata de toda Galicia. De hecho, este rincón de escalada en Cedeira ofrece unas vistas únicas de la Serra da Capelada y los acantilados de Herbeira.
Más allá de Galicia: el paisaje escocés de Cape Wrath
Galicia alberga entre sus kilómetros de costa el considerado como "fin del mundo", pero ese título de cálado internacional también podría haber recaído en el cabo escocés de Wrath, ubicado en Sutherland, en las tierras altas del norte de Escocia. Lo cierto es que este rincón extranjero situado más allá del cantábrico y con vistas al Mar del Norte también atesora entre sus límites unos paisajes de película. El paseo por los alrededores del faro de Cape Wrath, construido en 1828, ofrece una de las panorámicas más buscadas de toda Escocia: los acantilados de Clo Mor, considerados los más altos de Gran Bretaña.
Como dato curioso cabe destacar que el nombre del cabo "Wrath" deriva de una palabra utilizada en el nórdico antiguo para enunciar un "punto de giro". El vocablo en cuestión era empleado antaño dado que los vikingos tenían por costumbre girar en este cabo para regresar a sus hogares. Además, este es el único cabo o promontorio, junto al cabo de Cornualles, que va antecedido de la palabra "Cape" (Cabo en inglés) en Gran Bretaña.
Este cabo escocés es únicamente accesible a pie desde la zona sur o bien a través de un transbordador de pasajeros con salida desde el puerto de Keoldale y que cruza el estrecho de Durness. El resto del trayecto desde allí puede hacerse a pie, en bicicleta o en microbús. Este recorrido hasta el faro de Cape Wrath se extiende a lo largo de 17 kilómetros por unas tierras prácticamente deshabitadas y vacías. De hecho, se trata de una región que incluso es utilizada por la Real Fuerza Aérea Británica para efectuar maniobras y prácticas de bombardeo, por lo que es normal encontrar en ciertas épocas del año la entrada al lugar totalmente restringida.