El bajo de El Molino, el mítico bar situado en la calle Santa Catalina de A Coruña, se prepara para una nueva vida. Este local fue un punto de encuentro de los jóvenes coruñeses que, cada fin de semana, se daban cita en este histórico bar para descorchar su popular espumoso, un vino gaseoso a un precio más que asequible. Sentados alrededor de las mesas de un local que durante la semana ofrecía una imagen muy diferente, con vecinos tomándose algo mientras jugaban una partida de cartas o dominó; los más jóvenes -que hoy ya superara (y muchos con creces) la barrera de los 30- coincidían en este bar al que en muchas ocasiones resultaba difícil llegar a entrar por toda la gente que se agolpaba en su interior.
Hoy, años después de bajar la persiana de manera definitiva, este mítico bar de la ciudad está más cerca de comenzar a escribir una nueva historia. Riocaldo Inversiones, S.L. avanza en la rehabilitación del edificio y el bajo del antiguo El Molino. La previsión es que las obras estén finalizadas en mayo, tal y como aseguran a Quincemil desde esta promotora, que compró este céntrico inmueble en 2019 y dos años después, en 2021, inició las obras de rehabilitación. Ahora, en 2023, las darán por terminadas.
La nueva imagen de este bajo recordará mucho al antiguo El Molino ya que, por exigencias urbanística -está en zona Pepri-, la promotora ha tenido que conservar su estética. Así, por ejemplo, se mantiene el mismo suelo y se recupera la vitrina acristalada tan identificativa situada en el medio del local. En la parte trasera, según señalan desde Riocaldo Inversiones, se habilitará un jardín vertical, lo que aportará mucha luz al bajo. Y no solo en el bajo, la estética de este edificio que data de los años 50 se guarda en cada uno de sus estancias: desde las zonas comunes hasta las ventanas y cornisas de su fachada.
El uso futuro que tenga este bajo puede ser dispar, pero lo cierto es que retomar el origen abriendo un nuevo local de hostelería es una opción que encajaría a la perfección en este proyecto.
Todavía faltan unos meses para poner fin a su rehabilitación, pero ya podemos hacernos una idea de cómo quedaría un nuevo local de hostelería en este bajo que durante años albergó El Molino a través de las siguientes recreaciones.
Cuatro viviendas de 130 metros cuadrados, en régimen de alquiler
La rehabilitación comprende la totalidad del edificio, por lo que, además de este bajo, se trabaja también en las cuatro viviendas de las que está compuesto este histórico inmueble. En total, una vez finalizadas las obras, el edificio quedará compuesto por cuatro viviendas de 130 metros cuadrados cada una, dividas en 2 habitaciones, salón, cocina y baños. Tanto las viviendas como el bajo estarán disponibles para alquiler.