Así es la ermita de Galicia a la que sólo puedes acceder cuando la marea está baja
Galicia esconde rincones capaces de quitarle el hipo a cualquiera: desde espectaculares cascadas hasta una de las playas más bonitas del mundo. El extenso litoral gallego y los idílicos paisajes verdes son el combo perfecto para desconectar y apreciar la belleza de la naturaleza que nos rodea.
Santiago de Compostela y su Catedral, las Islas Cíes y la playa de Rodas, Lugo y su muralla romana, y A Coruña y la Torre de Hércules son algunos de los puntos de referencia para los miles de turistas que se desplazan la Comunidad cada año, si bien existen otros destinos menos conocidos que también merecen la pena visitar.
Aunque a priori parezca algo extraño, todavía quedan lugares poco concurridos en Galicia. Si estás de paso por Viveiro (Lugo) no puedes perderte la Cova da Doncela, una joya natural única en forma de cavidad infinita cuyo tramo final ofrece unas espectaculares vistas del océano, aunque si tu visita se centra en la comarca de Ferrolterra un paraíso secreto que debes visitar es la Ferveza de Belelle, uno de los saltos de agua más grandes y mágicos de Galicia.
Precisamente, en la comarca de Ferrol también localizamos una pequeña ermita a la que sólo podrás acceder cuando la marea esté baja. Se trata de la Ermida da Virxen do Porto, también conocida como Nosa Señora do Mar, una pequeña capilla construida en época reciente y ubicada en un islote próximo a la playa de A Frouxeira, en Valdoviño (A Coruña).
Los fuertes temporales de oleaje en los meses de invierno complican la visita a la Ermida da Virxen do Porto, pero cuando la marea baja puedes contemplar desde esta pequeña capilla un paisaje único a pie de mar con vistas al faro de Punta Frouxeira, uno de los más modernos y singulares de Galicia. De hecho, los atardeceres desde este punto son únicos.
En el entorno de esta pequeña capilla también podrás conocer los antiguos túneles militares con vistas directas al océano Atlántico, un valioso legado histórico y militar que hunde sus raíces en los años 20 del siglo XX. Se trata de una de las ruinas de una antigua instalación militar construida para la defensa gallega durante una de las épocas más convulsas de la historia reciente.
