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Entre enero y noviembre de 2024 en Galicia 53 personas perdieron la vida durante un accidente laboral. Esto significa que 1,2 personas murieron cada semana mientras trabajaban.

El Ministerio de Trabajo y Economía Social del Gobierno de España publicó recientemente la estadística de accidentes de trabajo registrados en España entre enero y noviembre del pasado año. Galicia es la quinta comunidad que más accidentes mortales registró al sumar 53 fallecimientos en apenas once meses. Tan solo le superan Andalucía, Cataluña, Comunitat Valenciana y Madrid. 

Entre enero y noviembre de 2023 en Galicia se registraron 40 fallecimientos durante la jornada laboral. En cuestión de un año las cifras aumentaron un 24,52%

En cuento a los accidentes de trabajo con baja, se registraron 25.052 casos, un 1% menos que en el mismo periodo del 2023. De estos, más del 93% eran asalariados, mientras el 7% restante eran trabajadores por cuenta propia. 

Los sindicatos reclaman más formación en prevención laboral y más inspecciones de trabajo

La Central Intersindical Galega (CIG) asegura que es "escandaloso" que cada semana muera una persona en Galicia en su puesto de trabajo porque "las empresas no invierten en prevención de riesgos laborales" y por la laxitud de Inspección de Trabajo. Ernesto López, secretario comarcal de A Coruña de la CIG, pone el foco en que detrás de las muertes hay "multitud de accidentes graves y muy graves" que son "accidentes morales en potencia" y que no terminaron en tragedia "por casualidad".

González incluso cuestiona la veracidad de las cifras oficiales del Ministerio. Denuncia que hay empresas que no declaran todos los accidentes laborales que se registran. Especialmente las lesiones leves.

Gerardo Méndez, secretario de formación y seguridad laboral de UGT Galicia, insiste también en que detrás de cada accidente está "la precariedad laboral" de miles de empleados. Los golpes de calor, los infartos y los derrames cerebrales están, dice, a la orden del día. 

Los riesgos psicosociales, grandes olvidados

Los representantes sindicales como Méndez también denuncian que las compañías "no tienen en cuenta" los riesgos psicosociales vinculados al trabajo. Las deficiencias en la organización y gestión del trabajo también pasan factura a la salud de los empleados, recuerda.

Un mal ambiente laboral puede desembocar en diagnósticos como estrés, ansiedad y depresión e incluso manifestarse físicamente en forma de enfermedades cardiovasculares. No obstante, Ernesto López considera que las empresas no le dan importancia.

Asimismo, el secretario comarcal acusa a las mutuas colaboradoras con la Seguridad Social de derivar pacientes con problemas psicológicos al Sergas "para que no computen como enfermedades vinculadas al trabajo". "La salud mental en el plano del trabajo es inexistente", dice.