El Concello de Oleiros ha lanzado un ultimátum claro sobre los dos bloques de viviendas inacabadas en O Seixal: si no se reactivan para convertirse en vivienda protegida, podrían ser derribados.
La advertencia llega tras años de abandono de las obras, que dejaron a medio construir 53 viviendas junto a la N-VI y el inicio de Salvador Allende.
La situación de degradación de la urbanización ha ido en aumento, pero se estima que tanto la estructura como los trabajos ya ejecutados son todavía aprovechables.
Por ello, el alcalde Ángel García Seoane pedirá una reunión urgente con representantes de la Sareb para intentar recuperar el proyecto y destinarlo a vivienda pública o de alquiler social, en línea con el reciente anuncio del Gobierno central de impulsar el acceso a la vivienda para personas con menos recursos.
Sin embargo, el Concello no esperará indefinidamente. Si no se recibe una respuesta positiva, activará el procedimiento para declarar la caducidad de la licencia urbanística y plantea seriamente proceder al derribo de la construcción.