Un 28 de junio más, A Coruña se lanzó a la calle para defender los derechos del colectivo LGTBIQ en el Día del Orgullo. Más de mil personas se sumaron a la protesta convocada por ALAS A Coruña, que comenzó con 850 asistentes pero fue sumando gente hasta llegar a las 1.100 personas.
La manifestación coruñesa partió pasadas las 19:45 horas de los jardines de Méndez Núñez frente a la delegación del Gobierno, donde se reunieron cientos de personas, muchas de ellas atraviadas con banderas de arcoíris en representación del colectivo u otras como la bandera trans.
Allí comenzaron los primeros cánticos como "aquí está a resistencia trans" o “as terapias contra a homofobia”.
Minutos antes de que comenzara la marcha, un hombre de mediana edad comenzó a insultar a los manifestantes desde la acera contraria.
“Por isto esta manifestación aínda é necesaria”, se escuchó entonces decir a un grupo de jóvenes de poco más de 20 años formado por Matias, Gael, Alba, Aida, Sofia y Samu. Para algunos y algunas, este es su primer Orgullo en A Coruña.
Orgullo 2025 en A Coruña.
Marchan al inicio, en la zona segura, ya que Matías va en silla de ruedas. “Llevo viniendo desde los 12 años y ahora tengo 20. Es súper necesario este espacio”, comenta.
Este año, el 28 de junio coincide a dos días del 20 aniversario de la Ley de matrimonio igualitario. Aprobado en 2005 el grupo, nacido por esas fechas, coincide en que “foi moi tarde”.
Esta también es la primera vez en el Orgullo para Rosa. A sus 76 años, y acompañada de Diego, de 50, subraya la importancia de esta fecha.
En un contexto internacional en el que países como Hungría han prohibido expresamente este tipo de manifestaciones, Rosa recalca que “hay que apoyarla”.
Esto es lo que le ha llevado a manifestarse por primera vez.
Orgullo 2025 en A Coruña.
“Que se una la gente ante lo que pueda venir”, exclama, añadiendo que seguirá viniendo “las veces que pueda”.
Diego, que reside en Ávila, es habitual en el Orgullo de Madrid. “Estaremos allí la semana que viene”, apunta.
Que se una la gente ante lo que pueda venir
Entre carteles que rezaban “no volveremos al armario” o “maricón de qué” hubo un recuerdo para Samuel Luiz, asesinado en A Coruña en el 2021.
“Non estamos todas. Falta Samuel”, gritaba con fuerza la multitud.
Entre las y los manifestantes se podía ver gente de todas las edades, pero especialmente de las nuevas generaciones. Carlos, Lucas y Laura, habituales en este tipo de protestas, coinciden en señalar que cada año se ve a más gente joven.
“Reivindicamos derechos que a veces damos por hecho y no están tan asentados”, resume Carlos sobre su presencia aquí, mientras que Laura apunta la necesidad de “dar visibilidad”.
A diferencia de lo que veían hace solo algunos años, ahora celebran que se ve cada vez más a “parejas adolescentes cogidas de la mano o familias con niños. Esto ayuda a visibilizar y tener referentes. Es importante que vean a la comunidad. Esto da sentido de pertenencia”.
De camino a María Pita —cuando el largo de la manifestación se acercaba a las galerías de la Marina y la cola seguía en el Obelisco— entre los cánticos se escuchaba “a miña familia tamén é sagrada” y “ser bisexual non é unha fase”.
A Coruña ondeó la bandera LGTBIQ+
Ya en la plaza, frente al Concello, que este año sí colgó la bandera del colectivo en uno de los mástiles y en dos ventanas, las y los manifestantes se congregaron delante de un pequeño escenario.
Banderas LGTBIQ ondeando en A Coruña.
Durante la lectura del manifiesto de ALAS, la bandera ondeando fue objeto de celebración como “un xesto básico de compromiso”. También el 20 aniversario del matrimonio igualitario.
Mientras unas niñas hacían pulseras con los colores del arcoíris bajo María Pita con su brazo alzado, el manifiesto recogía unas palabras para Hungría, Estados Unidos, Ucrania, Congo, Yemen, Sudán o Palestina porque “a loita LGTBIQ+ é inseparable da loita por un mundo sen opresións”.
Orgullo 2025 en A Coruña.
“Sen memoria ou mobilización non pode haber avance. Non podemos permitir que o Orgullo sexa tratado como unha festa cando o noso colectivo segue a sufrir discrminación”, concluyó el manifiesto.
Tras su lectura, la plaza de María Pita se convirtió en el escenario de Sophie Simonds que interpretó varios temas como bronche final a un Orgullo reivindicativo. Y necesario.