El juzgado de violencia sobre la mujer ha dictaminado prisión provisional y sin fianza para el hombre acusado de asesinar el pasado domingo a su pareja en el barrio de Sagrada Familia, en A Coruña.
El acusado, un varón de origen peruano y nacionalidad española de 61 años, se acogió a su derecho a no prestar declaración y está investigado por asesinato y quebrantamiento. Fue detenido el mismo domingo en el domicilio donde cometió el crimen.
La víctima, una mujer de origen peruano, sufrió un episodio de violencia de género el pasado mes de septiembre a manos de su ahora presunto asesino. Este hecho fue sentenciado el 27 de mayo, una resolución que incluía una orden de alejamiento que estaba "en fase de ejecución" y, por tanto, aún no tenía vigencia.
Ha permanecido custodiado en los calabozos de la comisaría de Lonzas hasta primera hora de esta mañana, cuando fue conducido al juzgado. La jueza ha determinado esta situación procesal tras realizar los trámites correspondientes, que se extendieron durante toda la jornada de hoy.
A primera hora de la mañana fue conducido al juzgado de Plaza de Monforte en un coche de la Policía Nacional y permaneció en los calabozos de estas dependencias hasta poco antes de las 14:00, cuando fue trasladado de nuevo al juzgado sobre la Violencia de la Mujer, que tiene su sede en la Audiencia Provincial, en la antigua Fábrica de Tabacos.
El acusado, tras asestar "decenas de puñaladas" a la víctima, con la que mantenía una relación sentimental y se había casado el mes pasado, llamó a su expareja y madre de dos hijos en común para contarle lo que había hecho.
Esta tercera persona inmediatamente puso el suceso en conocimiento del 112, que movilizó al 091 propiciando una rápida intervención.
Quebrantamiento
La mujer fallecida antes de ser asesinada, en septiembre de 2024 vivió otro episodio de violencia de género a manos del que era su pareja, ahora en prisión. La sentencia es del 27 de mayo y la resolución incluía una orden de alejamiento.
Fuentes juidiciales han confirmado que existe delito de quebrantamiento por parte del asesino porque la sentencia le había sido notificada, por lo que sabía de la prohibición.