Las ciudades cambian, se transforman, aunque no todas sus partes lo hacen al mismo ritmo. Incluso las zonas históricas se actualizan sin perder su diseño, elementos y espíritu tradicionales para mejorar sus servicios y su habitabilidad. Pero hay un lugar en A Coruña donde los vecinos llevan mucho tiempo sin advertir cambios, en el que los proyectos anunciados para transformar el entorno y ofertar vivienda siguen sin cuajar, lo que mantiene vallada con metal una zona muy próxima al litoral de la ciudad: A Maestranza.
En esta zona entre la Ciudad Vieja, la Sociedad Deportiva Hípica y el cuartel de Atocha hay tres grandes parcelas sin uso. Dos fueron compradas en 2019 a su antiguo propietario, el Ministerio de Defensa, por una empresa vasca para edificar pisos después de dos subastas desiertas por el conjunto de las tres fincas; la otra sigue perteneciendo al Estado. Suman entre las tres casi 5.300 metros cuadrados.
Antes, durante mucho tiempo, los conductores utilizaron estos terrenos estatales para aparcar sus vehículos sobre tierra y vegetación, hasta que Defensa puso fin a ese descontrol vallando los tres solares e impidiendo su uso. Como también quería desprenderse de ese suelo en la ciudad promovió una puja pública que no suscitó interés en las dos ocasiones en que se convocó.
Han pasado casi diez años desde que se vallaron las parcelas y el metal sigue delimitándolas. En alguna parte la vegetación supera la altura de la valla. Y sigue sin saberse cuándo van a ser urbanizadas para que en ellas se puedan construir viviendas o se les dé otro uso.
Destrozo en una parte de la valla que rodea una de las parcelas de la empresa en A Maestranza, con la Hípica al fondo.
En algún momento desde que en enero de 2016 el Ministerio inició el vallado de los terrenos pareció asomar una salida para su recuperación. La constructora, Lipromo, llegó a presentar dos estudios de detalle para realizar obras en sendas parcelas y levantar 100 pisos en una y 56 en otra: los dos fueron paralizados, pese a que para uno de los proyectos el documento urbanístico fue aprobado en el Pleno a finales de 2023.
Unos meses después la plataforma cívica Defensa do Común, vinculada al BNG y partidaria de que los terrenos sean de titularidad municipal, presentó un recurso judicial contra ese estudio de detalle que había respaldado el Pleno, donde los nacionalistas se habían opuesto al proyecto, por lo que el Gobierno local decidió bloquear el desarrollo de los planes en las dos parcelas de la empresa a la espera de una sentencia. Esta todavía no se ha dictado.
Dos proyectos inmobiliarios y una cesión incierta
Las dos parcelas de Lipromo están en el margen izquierdo de la avenida Metrosidero en dirección a Orillamar. En una, en forma de L (2.133 metros cuadrados), se edificarían un centenar de viviendas; en la otra, en forma de Z (1.352) y pegada a la residencia militar Atocha-Maestranza, 56. Las vallas las rodean en la actualidad, en alguna parte están caídas, rotas o abiertas, y entre ambas fincas los vecinos aparcan sus vehículos en un terreno sin urbanizar.
Parte abierta de una finca vallada de A Maestranza, con vehículos que aparcan a su lado.
El otro terreno, de forma rectangular alargada (1.804 metros cuadrados), está en el otro margen de la avenida en paralelo a las instalaciones de la Hípica. Sigue siendo de Defensa, que en 2021 se negó a cederlo al Concello de A Coruña ante la intención municipal de recalificarla como espacio libre. Dos años después, en cambio, en fechas previas a las elecciones municipales, el Ayuntamiento informó de que el Estado sí cedía esta parcela para poder construir pisos de alquiler social. El solar sigue vallado y las administraciones estatal y municipal no indican en qué fase está este proyecto.
Zona arqueológica
La tramitación urbanística de las parcelas de la empresa Lipromo no ha sido sencilla. La ubicación de las parcelas en la zona de A Maestranza hace que los terrenos se vean afectados por los restos de las antiguas murallas de la Ciudad Vieja en el subsuelo, un factor que pudo haber influido en que las subastas públicas fueran fallidas. Patrimonio de la Xunta, a petición del Concello, obligó por ello a realizar sondeos arqueológicos para analizar los vestigios.
Bloque residencial y la residencia militar junto a una de las fincas valladas de A Maestranza.
La constructora llevó a cabo más de una cata. La última, en 2022, concluyó con la propuesta de trasladar a otro lugar los restos hallados en la finca en forma de L, al considerar que su estado de conservación no es bueno. El Concello y la empresa analizaron en su día una posible permuta para que la sociedad pudiera dejar libre este terreno, que se destinaría a espacios o equipamientos públicos, a cambio de contar con otro para desarrollar su proyecto en otra zona de la ciudad, pero nunca se informó sobre si se llegó a algún acuerdo en este asunto.
En el solar en forma de Z no hay afecciones arqueológicas. Y el rectangular situado junto a la Hípica carece de momento de proyecto, toda vez que nadie ha concretado cómo se tramitó la anunciada cesión al Ayuntamiento. Las vallas en las tres parcelas cumplirán dentro de pocos meses diez años en pie.