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Esta mañana han comenzado los trabajos para plantar los nuevos árboles en el Jardín de San Carlos. Los nuevos ejemplares, que habían llegado a la ciudad hace tres semanas, aguardaban el permiso de Patrimonio para su plantación definitiva, autorización que se concedió la semana pasada.

Los árboles, procedentes del vivero especializado Van der Berk, en los Países Bajos, son olmos seleccionados específicamente por su resistencia a la grafiosis, el hongo que devastó los anteriores ejemplares del jardín coruñés. Con una altura de hasta ocho metros y un calibre de entre 30 y 35 centímetros, se trata de árboles de gran porte que permitirán recuperar el paisaje arbolado característico del jardín.

Además, su plantación llega en un momento clave del año: las lluvias de mayo permitirán que los nuevos olmos se nutran adecuadamente y arraiguen con fuerza en su nuevo emplazamiento. El objetivo es que, con el tiempo, recuperen la majestuosidad y la sombra que ofrecían sus predecesores.