"Trapicheos de droga a plena luz del día y casos de ocupación ilegal", es lo que viven los vecinos de la calle San Andrés casi a diario. Desde sus ventanas, pueden ver cómo la iglesia Castrense se convierte en la sala de reuniones de toxicómanos que ocupan los bancos de la plaza y pasan allí la tarde aprovechando los días de sol.

Desde hace años, personas sin techo han hecho uso de la plaza de San Andrés, donde se sientan a beber y charlar. El problema no es ese, el problema es cuando las charlas se convierten en gritos, y los gritos en puñetazos.

"En los últimos meses, hemos experimentado un preocupante aumento de robos, presencia constante de toxicómanos en las calles, trapicheo de drogas a plena luz del día y un problema cada vez más grave de ocupación ilegal", confiesa una vecina que dice sentir "miedo" y "preocupación". 

Asomarse a la ventana en la calle San Andrés se ha convertido en todo un espectáculo, como le ocurrió a Rocío, una propietaria que vive a escasos metros de la iglesia y que hace un par de días fue testigo de una pelea a plena luz del día en mitad de la carretera.

"No se trata solo de personas sin hogar, cuya situación humana comprendemos, sino de auténticas mafias de ocupación que están forzando portales, accediendo a edificios y generando un ambiente de inseguridad y suciedad insoportable", explica Rocío.

Camas improvisadas

Sin ir más lejos, la pasada madrugada, los vecinos del edificio situado enfrente de la iglesia Castrense denunciaron que alguien había accedido al edificio forzando la cerradura e hizo uso de una de las zonas comunes: "Dejaron todo perdido".

"Por las noches, los portales se han convertido en improvisados lugares para dormir, quedando hechos una auténtica porquería: orines, basura e incluso comportamientos agresivos hacia los vecinos que simplemente intentan entrar a sus casas", cuenta.

Desde la comunidad de vecinos comentan que han intentado en varias ocasiones comunicarle lo sucedido a la policía, "pero en la mayoría de los casos no obtenemos respuesta".