La hostelería coruñesa considera una amenaza el anteproyecto de ley sobre el alcohol, que podría modificar profundamente las terrazas, bares, restaurantes y discotecas debido a las nuevas restricciones. La Asociación de Hosteleros de A Coruña teme que esto represente un problema para los empresarios, que se podría ver reflejado en la tabla de precios para los clientes.
Las marcas de cerveza tienen los días contados en las terrazas. Una de las medidas que ha generado mayor controversia en el anteproyecto de ley es la prohibición del patrocinio de bebidas alcohólicas en terrazas y otros espacios públicos. Esta propuesta tiene como objetivo reducir la visibilidad y la normalización del consumo de alcohol en ambientes sociales, especialmente en lugares que atraen a un público joven o vulnerable.
"Las marcas nos facilitaban el mobiliario y su montaje, lo que nos ahorraba costes como empresarios. Sin embargo, con la nueva ley tendríamos que asumir esos gastos", explica Héctor Cañete, presidente de la Asociación de Hosteleros de A Coruña. Marcas como Estrella Galicia empleaban esta estrategia de marketing, que beneficiaba a ambas partes: los bares recibían mobiliario gratuito, mientras que las marcas obtenían visibilidad publicitaria.
No obstante, con el nuevo anteproyecto de ley, muchas terrazas de bares de A Coruña podrían desaparecer. Según ha declarado el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, "está listo" y confía en que "en unos días vea la luz en el Consejo de Ministros".
En este caso, los bares tendrían que deshacerse de todo el mobiliario que contenga el nombre de marcas alcohólicas, con el objetivo de reducir la exposición al alcohol, especialmente entre los jóvenes, quienes podrían ver estas marcas como parte de su vida cotidiana.
Este tipo de regulación se suma a una tendencia creciente en varios países de limitar la publicidad y el patrocinio de productos alcohólicos en espacios públicos, algo que ya ocurre en otros ámbitos, como el deporte. La intención es crear un entorno más responsable en relación con el consumo de alcohol y mitigar los efectos negativos de su promoción excesiva.
Sin embargo, para la hostelería, esta medida podría suponer un desafío económico. Las terrazas y bares que dependen del patrocinio de marcas de alcohol perderían una fuente significativa de ingresos y apoyo publicitario. "Así como los precios suben cuando aumentan los costes de los productos, lo mismo ocurriría en este caso. Esto también afectaría al cliente final", concluye Cañete.