El Gobierno ha pinchado su propio globo sonda relativo a la hipotética creación de una empresa de energía pública que abarate los precios de la tarifa eléctrica. Una iniciativa de Podemos que el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha relegado al "medio o largo plazo" y que no podría hacerse realidad antes de 2070.

La sensación es que el PSOE ha vuelto a torear la propuesta de Podemos dando una de cal (las declaraciones de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera en las que parecía abrirse a la posibilidad de la creación de una empresa de este tipo) y una de arena (la mencionada patada adelante de Bolaños). 

La misma Teresa Ribera, después de satirizar sobre las movilizaciones que pudiera convocar Podemos para protestar contra el precio de la luz, ha acusado a los morados de hacer "demagogia barata". "Mañana no se puede bajar la luz con un decreto ley" ha dicho la ministra, apagando así uno de los nuevos fuegos populistas que su socio de gobierno enciende periódicamente para demostrarle a los suyos que sigue vivo. 

La polémica llega coincidiendo con la mayor subida de precios de la luz jamás vista en España. Como explica EL ESPAÑOL, la segunda semana de agosto ha marcado cinco récords consecutivos con las horas de mayor precio. Algo que hace prever que durante los próximos meses se sigan batiendo récords en el precio de la luz.

Seguridad jurídica

El más explícito en el Gobierno ha sido Bolaños. El ministro de la Presidencia ha recordado que esa hipotética empresa energética pública sólo podría hacerse realidad cuando terminen las actuales concesiones porque la alternativa sería una nacionalización que aplastara la seguridad jurídica y que, muy probablemente, fuera anulada por los tribunales. Y de ahí su referencia al medio y largo plazo. 

Bolaño ha dejado también claro que ninguna medida que pudiera adoptar el Gobierno afectaría a las concesiones existentes o a ningún derecho adquirido y vigente en la actualidad. 

En la práctica, la respuesta del PSOE implica un rotundo "no" a las pretensiones de Podemos, sólo que disfrazada de posibilismo a largo plazo. Un concepto absurdo en política: si ya resulta difícil vaticinar con un mínimo de rigor quién gobernará España en 2024, ¿quién se atreve a aventurar quién lo hará en 2050 o 2070, cuál será su política energética y cuál el estado del mercado de la energía por aquel entonces?

Fantasías estatalistas

Como explica hoy EL ESPAÑOL, el entusiasmo por esa empresa de energía pública de la líder morada y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, del portavoz parlamentario del partido, Pablo Echenique, y del número dos de la ministra y gurú económico de la formación, Nacho Álvarez, no ha hecho mella alguna en el Gobierno. 

Fuentes gubernamentales han confirmado a este diario que "nacionalizar la energía para controlar o abaratar el precio no es la solución". De las tres opciones existentes (la creación de una compañía pública, una expropiación o la gestión pública cuando finalicen las actuales concesiones) la primera es imposible, la segunda aberrante y la tercera, la única con visos de poder llevarse a cabo, un brindis al sol. 

La solución al problema de los altos precios de la factura eléctrica en España no es, en fin, la de las propuestas estatalistas verticales de Podemos. Algo a lo que nunca se ha prestado el PSOE: "No estamos diciendo que vamos a hacer una empresa pública energética. Estamos diciendo que vamos a analizar en el caso de las explotaciones hidrológicas cuál es la mejor respuesta" ha dicho la secretaria de Estado Sara Aagesen.

La matización es pertinente y supone, de nuevo, un jarro de agua fría para las aspiraciones de Podemos. Un partido que suele responder a todos los problemas con la solución más simplista y más populista posible, despertando esperanzas vanas en aquellos ciudadanos que todavía siguen creyendo en las fantasías de los morados.