A caballo, en tricornio, en una patada para arriba. Por coyunda o por afinidades electivas, por persistencia o por cuota. Hay muchas formas de entrar en el Congreso y el Congreso se nos presenta variado, chufla, con lo que nos rondará Sánchez. Quizá lo de menos sea que Meritxell Batet esté ahí, como comisionada pesecera para los lazos y las performances. La soberanía nacional reside en el lazo, y así se escribe la legislatura número 13.

Lo que vimos el martes con los golpistas vendiendo al mundo no sé qué relato es una variable, una más, del año en que las Cortes acabaron degenerando. A un preso no se le puede pedir cortesía, si acaso que no le quite la grapadora y la quiniela al ordenanza. La España que le ríe las gracias a Iglesias y le arrienda las ganancias a Sánchez está bien representada en el Congreso, y de aquí a la gloria.

Decíamos que hay muchas formas de entrar en el Congreso, que el podemismo así, en amplio concepto, nos ha ilustrado cómo llegar a diputado sin excesivo currículo en la cosa pública; pero de ahí a Pisarello en la Mesa del Congreso media un abismo. Esa herida sangrante por la que hemos regalado el Estado a sus enemigos y lo celebramos con las tetas fuera y en una plaza con titiriteros.

De Gerardo Pisarello sabemos que ha escrito sobre procesos constituyentes, que es algo en lo que este tucumano se ha dejado media vida y las meninges. El tipo, obvio, no va a desentonar en ese Congreso donde sólo falta el bombero torero quejándose de mobbing y de micromachismos varios.

A Pisarello no le votó ni la laboriosa gente del cinturón rojo de Madrid ni aquellos prejubilados de los Altos Hornos o de Naval Gijón. A Pisarello lo tenemos aquí por un desecho de de tienta de la Colau y por la magia de las confluencias, que es por donde entró la bicha.

Cuando la peña mira a los separatistas, yo veo a Pisarello, que es el separatista ilustrado y transoceánico, prodigio de una jurisprudencia especialista -y especialita- de los procesos constituyentes y la metáfora arrancabanderas de lo que está por venir. Con Pisarello comprendemos lo generosa que es la Madre Patria con sus hijos más ilustres y lejanos. 

La 13ª legislatura está ya aquí. La de Pisarello, un montonero indepe a costa del contribuyente. Viva España en lo que le quede.