Que a día de hoy siga sin saberse el paradero de Carlos Llorca, en busca y captura desde 2005, habla muy poco en favor de la cooperación de las fuerzas de seguridad a nivel internacional. Al responsable de la estafa de Fórum Filátelico, un hombre asociado a casos de narcotráfico y de corrupción a gran escala como Malaya, se le perdió la pista en Venezuela.

Llorca ha escapado en varias ocasiones de la Justicia haciendo uso de diversos cambios de identidad y millonarios sobornos a las autoridades. Su captura debería convertirse en una prioridad. Hay que acabar con la sensación de impunidad de este tipo de criminales y hay que lograr que sea eficaz la colaboración policial. Entre otras cosas para demostrar que no hay rincón del planeta en el que pueda esconderse un delincuente.

El Comité Olímpico Internacional ha decidido finalmente no expulsar a la delegación rusa de los Juegos de Río pese a tener constancia de que ha habido un "dopaje de Estado" y dejará la decisión en manos de sus federaciones. Así pues, sólo han sido excluidos de la competición los deportistas que han dado positivo.

Estamos ante un giro de la posición inicial del COI, que anunció medidas drásticas tras conocerse las abrumadoras pruebas de dopaje recogidas en el informe Mc Laren. La rectificación viene a demostrar la naturaleza política de este organismo. Todo indica que su repentina tibieza se debe a presiones extradeportivas del Ejecutivo de Putin.

Incluso en deportes como el atletismo, en el que Rusia cuenta con numerosos casos de dopaje, es posible que ahora sus representantes acaben disputando las pruebas. Estamos ante una situación que causa bochorno y que daña muchísimo la credibilidad del deporte olímpico. Qué poco queda del cacareado compromiso del COI contra el dopaje.