Varias personas retiran el lodo acumulado en una calle de la localidad valenciana de Paiporta.

Varias personas retiran el lodo acumulado en una calle de la localidad valenciana de Paiporta. EFE/ Biel Alino

Tecnología

Adoquines, bancos y jardineras: el proyecto del CSIC que convierte el lodo de la dana de Valencia en mobiliario urbano

Investigadores españoles trabajan en convertir el barro en elementos útiles para la reconstrucción de las zonas afectadas por las inundaciones.

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El pasado 29 de octubre se cumplió un año de la dana que azotó con especial dureza la Comunidad Valenciana y buena parte del litoral mediterráneo. Aquel episodio dejó 237 muertos y dos personas aún desaparecidas. Las lluvias torrenciales desbordaron ríos y barrancos, llenando las calles de vehículos apilados, restos de viviendas y barro. Un lodo que ahora se está usando para fabricar mobiliario.

Un año después, los sedimentos y el lodo que dejó la dana en Valencia siguen almacenados en campos y vertederos. Con la vista puesta en su reaprovechamiento, un equipo de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha desarrollado una innovadora solución: transformar esos residuos en mobiliario urbano —adoquines, bancos y jardineras— para la reconstrucción de las zonas afectadas.

Detrás de la iniciativa está el proyecto 'ESTADANA', impulsado por el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas (CENIM-CSIC) y el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC), que está enfocado en estabilizar y solidificar los residuos —lodo y polvo— generados en la dana para convertirlos en materiales aptos para la reconstrucción urbana.​

El grupo de científicos del CSIC viajó hace un año a los pueblos afectados por las inundaciones, como el Puerto de Catarroja, en Valencia, y ahora ha patentado una solución para retirar y transformar miles de metros cúbicos de lodos tóxicos en diferentes tipos de mobiliario urbano y adoquines.

"Comenzamos en noviembre del año pasado y hemos demostrado que es posible, científica y técnicamente viable", explica Félix López, investigador al frente del proyecto y científico del centro adscrito al CSIC, a EL ESPAÑOL - Omicrono.

Mobiliario hecho con lodo

La investigación principal proponía intentar, a partir de los lodos de la dana, fabricar materiales para la reconstrucción. Para ello se llevó a cabo una primera fase de desarrollo de materiales a nivel de laboratorio, donde "estudiamos mezclas, formulaciones y, sobre todo, los aspectos conceptuales del proceso".

López, que ha trabajado junto con Ana Guerrero, Eloy Asensio e Israel Montero, del Instituto Eduardo Torroja del CSIC, señala que en esta fase buscaron "cómo utilizar el lodo en un material de base cemento, porque los materiales de reconstrucción tienen que tener determinadas propiedades mecánicas y de resistencia".

Pruebas de laboratorio con el lodo.

Pruebas de laboratorio con el lodo. CSIC Omicrono

Fue un proceso que les llevó "mucho tiempo" hasta dar con uno que "fuera capaz de tener utilidad", y con un lodo que procedía de los garajes de las zonas afectadas por la dana. Para la fase dos, que es una prueba a nivel industrial de la construcción del mobiliario, se han utilizado "lodos que se extrajeron en el mes de julio del Puerto de Catarroja".

El investigador del CSIC aclara que, en muchas ciudades, el mobiliario urbano basado en prefabricados de cemento es muy habitual: "Hay bancos, fuentes, jardineras, papeleras... no es algo que hayamos inventado. En este caso, adoptamos este concepto porque nos parecía una buena idea para devolver a la sociedad esos lodos que tanta miseria y terror habían causado".

Los investigadores pensaron en crear mobiliario urbano, desde adoquines hasta bancos y jardineras, porque "es algo muy apegado a la gente. Los van a usar, se van a sentar y van a recordar que ese banco en el que está sentado tiene esos lodos que produjeron la catástrofe".

Para crear estas piezas, el equipo de científicos utilizó el lodo como un aditivo. "Hemos sustituido uno de los componentes tradicionales por el lodo en unas proporciones determinadas para que el material final tenga unas prestaciones adecuadas", explica Félix López.

Primeros prototipos

El resultado presenta una única diferencia con respecto a los tradicionales. Mientras un banco convencional tiene habitualmente el color grisáceo del cemento, "este es un poquito más oscuro", señala López. "Es decir, hay un pequeño cambio de color".

Salvo este detalle, el científico señala que "no hay ninguna diferencia". También destaca que "en las pruebas industriales se comprobó que tenía un buen comportamiento, que moldeaba bien, secaba bien, endurecía bien, etcétera. Hemos abierto una vía para su reutilización".

Pruebas de laboratorio con el lodo.

Pruebas de laboratorio con el lodo. CSIC Omicrono

López señala que también han fabricado adoquines, "otro material que en la reconstrucción puede tener un ámbito de aplicación muy importante". En la prueba industrial realizada han logrado crear "del orden de 60 metros cuadrados de adoquines".

Este mismo mes de noviembre se realizará un acto, en una fecha aún por confirmar, en el que se entregarán dos bancos, una jardinera y esos 60 m² de adoquines fabricados con lodo. "Hemos hecho un demostrador industrial que ha permitido ver que esto es viable, de momento no es una producción en serie", comenta Félix López.

Adoquines hechos con lodo.

Adoquines hechos con lodo. CSIC Omicrono

El científico señala que en laboratorio han usado 3.000 kilogramos de lodo almacenados en el Puerto de Catarroja y espera que este demostrador "permita ahora a la iniciativa privada, empresas que hagan prefabricados en la zona, tomar el relevo".

"Hemos desarrollado la idea, los materiales, las formulaciones y hemos demostrado que se puede hacer. El CSIC, como centro público de investigación, ya no puede ir más allá. Para nosotros sería un logro importante que una enorme cantidad de lodo pudiera ser aprovechada. Era nuestro objetivo", indica el científico.

Un espesante innovador

La otra pata del proyecto ha consistido en el desarrollo de materiales de espesamiento de los lodos. López explica que hubo un gran problema durante la dana por el barro que estaba alojado en garajes y que no se podía eliminar con los métodos tradicionales.

En primer lugar, porque la prioridad era arreglar toda la red de saneamiento que estaba totalmente colapsada. Además, no había maquinaria para extraer el barro, ya que todavía había mucha agua. La prioridad era sacar más de 50.000 metros cúbicos de lodo alojado en bajos y garajes.

Ensayos con el espesante en laboratorio (izqda) y en garajes (dcha).

Ensayos con el espesante en laboratorio (izqda) y en garajes (dcha). CSIC Omicrono

Para ello, el equipo de científicos desarrolló en laboratorio "una sustancia que permite solidificar el fango. Una mezcla de una arcilla y un material superabsorbente que permite convertir una cosa líquida en algo muy pastoso y fácil de extraer con medios mecánicos".

Los investigadores usaron este espesante en los garajes, "sacando 20.000 metros cúbicos, casi la mitad" y su utilización permitió el paso de maquinaria al subsuelo para acelerar la limpieza. Un elemento cuya idea es que "si suceden otras inundaciones, se pueda utilizar. Es importante que se sepa que este material puede ayudar en determinadas fases de emergencia", concluye.