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Tecnología

La carrera por la IA 'quema' a los desarrolladores: jornadas de 100 horas a la semana propias de una 'guerra' tecnológica

Salarios desorbitados, pero excesivas cargas de trabajo: es la nueva realidad de los perfiles más demandados para desarrollar la IA de hoy y mañana.

Más información: La burbuja de la IA no es solo financiera: "Su avance puede haberse topado con sus propios límites tecnológicos"

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El éxito siempre es atractivo hasta que se consigue, no son pocos los ejemplos de artistas o empresas que se queman al no saber gestionar una gran popularidad repentina. Este también es el caso de la IA, al menos, de momento, de quienes trabajan para hacer posible su evolución.

Detrás de los chatbots, sistemas generativos y miles de soluciones automáticas que han surgido en los últimos años en este boom hay miles de empleados que sienten la presión de la competencia extrema para lanzar el producto más avanzado en el menor tiempo posible.

Un reciente artículo en The Wall Street Journal recoge los testimonios de varios investigadores de Silicon Valley que aseguran trabajar entre 80 y 100 horas semanales, algunos han comparado las circunstancias con el esfuerzo que demanda una guerra.

Los periodos entre lanzamientos de productos y nuevas versiones se han comprimido. Lo que antes podían ser 20 años de trabajo en investigación, ahora se intenta comprimir en menos de dos años para poder adelantarse a la competencia.

Esta intensa carga de trabajo se traduce también en salarios antes impensables, impulsados por una batalla entre gigantes tecnológicos que se roban talento entre ellos. "Los roles más relacionados con la IA, como ingenieros de datos, desarrolladores o arquitectos de IA, ya existían 5 o 7 años atrás, pero ahora se les da más visibilidad.", explica Oscar García, Senior Manager de Perm Recruitment Services en Hays España, empresa de servicios de reclutamiento que une a empresas con candidatos.

Una persona escribiendo a ChatGPT

Una persona escribiendo a ChatGPT iStock Omicrono

En Europa el panorama es distinto a Estados Unidos y China, donde la batalla se vive con mayor intensidad. "Dentro de las empresas hay sentimientos encontrados", explica a EL ESPAÑOL-Omicrono García. Parte de la industria espera que sean los más grandes los que definan el camino a seguir.

"En España, donde el tejido empresarial está principalmente formado por pymes, hay mucha expectación por ver cómo las grandes compañías consolidan esta tecnología", dice. "Las empresas posponen la contratación de nuevos perfiles como los ingenieros de generación automática de software o moderador de datos, síntoma de que aún está en una fase de experimentación".

El trabajo de un pequeño grupo de investigadores y ejecutivos ha pasado en muy poco tiempo de estar relegado a un lado dando resultados a años vista, a ser uno de los recursos más codiciados del mundo, que la mayoría de la industria tecnológica dependa ahora de ellos.

Empleados quemados

Los empleados detrás de los chatbots más populares trabajan 100 horas semanales, según comentan fuentes de la industria al medio estadounidense. Las empresas nombran capitanes para rotaciones cortas o por semanas que supervisan de cerca los resultados de los modelos.

El artículo de WSJ presenta un escenario en el que las oficinas de Silicon Valley se han convertido en la casa de estos desarrolladores. Han crecido los pedidos de reparto de comida, algunas empresas han comenzado a servir comida los fines de semana para los empleados que no tienen descanso.

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Oficina @kpzhnv en Unsplash Omicrono

Las compañías no son las únicas interesadas en seguir en la carrera, algunos profesionales aceptan trabajar tantas horas extra motivados por el emocionante momento que está viviendo la industria. "Hace unos años la conciliación, la flexibilidad, eran prioritarios a la hora de cambiar de puesto", explica Garcia.

"Pero ahora mismo priorizan el proyecto, activarse en el sector y subirse a la ola", añade. Desde Hays advierten que el ritmo frenético de esta impide que los nuevos profesionales tengan tiempo para consolidar su perfil. "Están cogiendo perfiles ya existentes, afines a proyectos de IA como programadores Python que son lenguajes relacionados con IA".

No se recuerda un auge como este en tecnología, ni siquiera con el boom de las puntocom a finales de los 90, tampoco con la llegada del iPhone. En solo unos años, el 90% de las empresas de la lista Fortune 500 ya utilizan productos de IA.

Parte de la dificultad que apremia a estos equipos es la falta de precisión de los modelos, hasta que no se prueban no se puede saber cuál va a ser el resultado del trabajo realizado. Es lo que en la industria se ha denominado como "caja negra".

Código de programación

Código de programación

A diferencia de los algoritmos tradicionales, diseñados y programados por humanos, estos sistemas aprenden de manera autónoma, con procesos de entrenamiento que implican ensayo y error, lo que complica que el equipo humano a su cargo pueda comprender con certeza por qué la IA da unos resultados y no otros con la enorme pila de parámetros o ejemplos que se le ha otorgado.

Este problema se suma a la falta de transparencia de las empresas, que guardan sus modelos como si se tratara de la fórmula de la Coca Cola y la presión por ser los primeros en lanzar un producto que supere a la competencia, además de ofrecer rentabilidad a la compañía que compense la inversión millonaria que se ha realizado en los últimos tres años.

Robo de talento

Algún lector puede estar pensando que la solución está en contratar a más personal, para repartir la carga. Sin embargo, la tendencia parece ir en dirección contraria. Meta ha despedido a 600 empleados de otros departamentos de IA, al mismo tiempo que se contratan investigadores de otras empresas para los laboratorios que trabajan en el laboratorio de superinteligencia artificial como la unidad TBD Lab.

"Cada vez más están priorizando un perfil más especializado y con más seniority, menos perfiles, pero más altos, a nivel de complejidad, con salarios más altos, porque estos perfiles van a asumir, vamos a decir, mayores tareas", asegura García.

Mark Zuckerberg

Mark Zuckerberg

Pocas semanas de ser ascendido a jefe del equipo de Respuestas, Conocimiento e Información (AKI) a cargo de supervisar el asistente Siri de Apple, Ke Yang era fichado por Meta. Meta lleva meses ofreciendo sueldos millonarios a las mentes más brillantes en el mercado de la ingeniería y la inteligencia artificial. Otro ejemplo se dió a conocer en julio, cuando Ruoming Pang, uno de los cerebros clave en la concepción de Apple Intelligence, se iba a trabajar para Mark Zuckerberg. Apenas un mes después, una docena de empleados de IA de Apple seguían el mismo camino.

Sam Altman, CEO de OpenAI, aseguró este verano que los miembros de su equipo habían estado recibiendo "ofertas gigantescas" de Meta incluidos bonos de 100 millones de dólares. Altman se mostró halagado por el interés de Zuckerberg en su personal.

En septiembre de este mismo año, The Information indicaba que varios empleados de Apple se habían cambiado a OpenAI para formar parte del proyecto que tiene la empresa para crear productos de hardware en los que integrar su IA. La presión no se basa solo en el desarrollo de modelos de lenguaje, también en la aplicación de estos que permita a las empresas recuperar la inversión realizada.