Las piezas de plástico en varias losas de hormigón

Las piezas de plástico en varias losas de hormigón BubbleDeck Omicrono

Tecnología

El invento para que las casas gasten la mitad de calefacción y aire acondicionado: las aísla mejor usando menos hormigón

Las esferas de plástico de BubbleDeck se incorporan en el interior de las losas de hormigón, eliminando material innecesario.

Más información: El hormigón que cambiará la construcción: es un 30% más fuerte gracias a este popular ingrediente

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La producción de hormigón en España alcanzó en 2023 un volumen de 26,3 millones de metros cúbicos, un incremento del 5,6% con respecto al año anterior, y el dato más alto de los últimos 12 años, según datos de la Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado (ANEFHOP). Su huella medioambiental sigue siendo una de las más contaminantes, por lo que en los últimos años investigadores de todo el mundo tratan de desarrollar compuestos más fuertes gracias a un popular ingrediente o con propiedades únicas, como el almacenamiento de energía.

También existen sistemas constructivos que permiten igualar o mejorar las propiedades estructurales de todo tipo de edificios reduciendo el consumo de hormigón. Es el caso de BubbleDeck, una solución patentada que incorpora esferas de polietileno de alta densidad (PHED) en el interior de las losas de hormigón, eliminando material innecesario y creando estructuras más ligeras y eficientes.​

Se trata de replicar algo similar a lo que lograron los constructores de la antigua Roma en edificios como el Panteón, donde los conocidos como casetones sirvieron para reducir el peso del techo y permitir su generoso tamaño. Ideados por el ingeniero danés Jorgen Breuning, estos balones huecos ofrecen múltiples ventajas, aprovechando que en las losas de hormigón convencionales hay zonas en las que el material no contribuye significativamente a la resistencia estructural. Al reemplazar este material innecesario por esferas huecas de plástico reciclado, se reduce el peso de las losas sin comprometer su capacidad de carga.​

Cómo funciona

El desarrollo del sistema BubbleDeck se centra en el uso de estas esferas de plástico, colocadas uniformemente entre dos capas de mallas de acero. Este elemento, que también puede adaptarse a usos específicos, como zonas con propensión a terremotos, reduce el peso muerto de cada losa hasta en un 35%. Esta disminución permite aumentar las luces entre apoyos sin necesidad de vigas adicionales, ofreciendo una gran flexibilidad en el diseño arquitectónico y reduciendo el número de elementos de soporte como columnas o el volumen total de los cimientos.​

El proceso constructivo con BubbleDeck implica la prefabricación de módulos que integran las esferas plásticas y las mallas de acero. Estos módulos se transportan al sitio de construcción y, una vez colocados y ensamblados, se vierte hormigón sobre ellos. Existen diferentes tipos de losas BubbleDeck, como las completamente prefabricadas listas para instalar, las que incluyen una pre-losa de hormigón y las que requieren el vaciado completo en obra, una elección que depende de las necesidades específicas del proyecto y de las condiciones del lugar de construcción.​

El sistema BubbleDeck utilizado en la construcción de edificios de la Universidad CRM de Malta

Los beneficios de este sistema son múltiples. En términos estructurales, la reducción del peso de las losas de hormigón mejora el comportamiento ante seismos de la edificación y permite diseños arquitectónicos más libres y abiertos. Económicamente, se logra un ahorro significativo en materiales, con una disminución media del 30% en el uso de hormigón y del 20% en acero.

La otra gran ventaja tiene que ver con sus capacidades a la hora de aislar el interior y reducir el consumo energético de los sistemas de calefacción y aire acondicionado, siempre que se usen losas termoactivas. Éstas aprovechan la masa del hormigón y su capacidad para ajustar la temperatura ambiente absorbiendo y liberando calor.

En un funcionamiento similar al del suelo radiante, el agua para la calefacción y la refrigeración circula por tubos de plástico ensamblados en las losas de hormigón, ya sea en fábrica o in situ. El sistema se autorregula en gran medida y según los cálculos de los responsables de BubbleDeck permite ahorrar en calefacción hasta un 30%, porcentaje que se dispara en la refrigeración hasta un 85%. En total, el ahorro energético estaría entre el 30 y el 50% de la factura energética de un edificio.

También hay que destacar que se trata de una losa no inflamable: dependiendo del espesor de hormigón, las esferas plásticas simplemente se carbonizan, sin emitir gases tóxicos. Eso supone una mejora en resistencia al fuego de entre el 17% y el 39% respecto a las losas tradicionales, dependiendo del tipo de construcción.

Las esferas de plástico de BubbleDeck

Las esferas de plástico de BubbleDeck BubbleDeck Omicrono

El sistema BubbleDeck se lleva usando desde hace años tanto en pequeñas como en grandes edificaciones, desde garajes y viviendas unifamiliares hasta fábricas o un colosal rascacielos de más de 200 metros en Italia, la Piemonte Tower de Turín. Su uso está especialmente extendido en países como Dinamarca, Australia y los Países Bajos, donde se han construido más de un millón de metros cuadrados con este sistema.

Otros sistemas similares

BubbleDeck no es la única que comercializa este tipo de productos. Prenova, una empresa argentina, lleva más de un millón de metros cuadrados construidos con su sistema de esferas plásticas aislantes y resistentes que además, permiten acelerar el proceso de construcción y abaratarlo hasta un 20%.

Prenova construyendo con esferas y discos

Prenova construyendo con esferas y discos Prenova Omicrono

Los edificios firmados por Prenova pesan hasta un 40% menos que los tradicionales, consecuencia directa de haberse ahorrado hasta un 20% del acero y el doble de hormigón requerido para su construcción. La empresa consigue esta ligereza y ahorro al deshacerse de las vigas, al mismo tiempo que las luces entre apoyos son mayores.

Este método patentado de construcción emplea losas de hormigón armado sin vigas. Su secreto son dos tipos de bolas de plástico que pueden tener formas diferentes, como esferas de entre 28 y 42 cm o con forma de discos de 15 a 28 cm, aunque están trabajando con un nuevo disco más delgado. Estos balones dotan de firmeza, pero también de flexibilidad la estructura y permiten ahorrar en otros materiales más contaminantes, según la descripción de su inventor, Ricardo Levinton.

Según los cálculos de Prenova, cada 10.000 metros cuadrados construidos con esta solución se ahorran 1.000 metros cúbicos de hormigón y 700 metros cúbicos de contrapisos, lo que equivale a evitar la emisión de 400 toneladas de dióxido de carbono.

Prenova ha colocado su sistema de balones en las losas en una terminal del Aeropuerto de Ezeiza, donde ha creado 18.160 metros cuadrados de losas de este tipo, además de viviendas unifamiliares, grandes comunidades de vecinos y hasta edificios públicos como la cárcel Magdalena en Buenos Aires.