
Paneles solares en el desierto de Kubuqi Omicrono
Así será la "Gran Muralla Solar" de China: 400 km de placas solares para dar energía a más de 20 millones de personas
La compañía Ordos Energy está construyendo en el desierto de Kubuqi, en Mongolia interior, la que será la mayor planta fotovoltaica del mundo.
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No hay ningún país como China a la hora de encarar megaproyectos, sobre todo en lo que respecta a las instalaciones energéticas necesarias para alimentar a su creciente industria y a sus más de 1.400 millones de habitantes. En los últimos años, las autoridades del país asiático se han volcado en aumentar la capacidad operativa de sus enormes plantas fotovoltaicas, hasta consolidarse como primera potencia del mundo en ese sentido, con 386.875 MW, el 51% del total mundial según Global Energy Monitor. En esa clasificación, España ocupa el cuarto lugar con más de 29.000 MW, sólo por detrás de la propia China, EEUU e India.
A estas instalaciones en el gigante asiático se unirá pronto la conocida como "la Gran Muralla Solar", una extensión de más de 400 km de longitud y una media de 5 km de ancho de paneles solares en el desierto de Kubuqi, en Mongolia Interior. Sobre el papel, su capacidad será de 180.000 millones de kWh, más que suficiente para cubrir las necesidades energéticas de Pekín, que consume unos 135.800 millones de kWh de energía al año.
A cargo de la compañía semiestatal Ordos Energy, el proyecto lleva en marcha desde 2017, cuando se instalaron las primeras placas, y se espera que esté finalizado en 2030. La capacidad máxima de generación de este nuevo complejo será de 100 gigavatios, de los que 5,4 están ya instalados y operativos. Para comprobar los avances de esta ambiciosa instalación las imágenes obtenidas gracias a los satélites Landsat 8 y 9 de la NASA ofrecen una elocuente comparativa entre el desierto inicial y la actual extensión de paneles fotovoltaicos.
Un megaproyecto en el desierto
El desierto de Kubuqi, a 1.100 metros sobre el nivel del mar, es el séptimo más grande de China, con 17.000 km cuadrados. Su clima soleado y seco durante la mayor parte del año y su enorme extensión deshabitada lo convierten en un emplazamiento ideal para el proyecto.
Eso sí, los técnicos de Ordos Energy deberán desarrollar estrategias a largo plazo para proteger los paneles solares tanto de las temperaturas extremas (que oscilan entre los 40,2 °C y los -34,5 °C) como de las frecuentes tormentas de arena y la presencia constante de polvo en suspensión.

Imagen satelital del desierto de Kubuqi en diciembre de 2024 Omicrono
El lugar elegido por los ingenieros se encuentra en el extremo norte del desierto, en una larga y estrecha franja de dunas al sur del Río Amarillo, entre las ciudades de Baoutou y Bayannur, con un terreno completamente llano y próximo a centros industriales.
Aún así, la energía generada no se quedará únicamente en la región de Dalad: ya se está construyendo una línea eléctrica de muy alta tensión para transmitir hasta 48.000 millones de kWh anuales a la región de Pekín-Tianjin-Hebei, mucho más poblada y necesitada de energía verde.
La generación de electricidad no es el único propósito de la instalación, según sus responsables. Otro de sus objetivos es que la presencia de las placas solares evite la erosión del suelo y reduzca la entrada de sedimentos del Río Amarillo, ayudando a tratar cerca de 27 millones de hectáreas de desierto.
Las hileras de paneles fotovoltaicos pueden ayudar a controlar la desertificación, ya que fijan la arena y ejercen de cortavientos, además de ofrecer zonas de sombra que consiguen reducir la evaporación de la humedad del suelo. Coordinado con la plantación de 2.400 hectáreas de cultivos comerciales, el proyecto aspira a crear una segunda muralla, en este caso verde, como ha sucedido con otros macroproyectos de granjas solares en China según demuestran las imágenes satelitales.

Fase de construcción de la planta solar del desierto de Kubuqi Omicrono
En la zona de la franja de Dalad, la más cercana a núcleos de población de todo el trazado, se concentrarán más de 133 km de paneles, con una anchura media de 25 km, según declaraciones al medio estatal China Daily de Li Kai, uno de los funcionarios encargados de la construcción del proyecto.
En total, se espera que solo este núcleo de producción de energía limpia pueda generar hasta 38.000 millones de kWh al año, lo que equivaldría a un ahorro de 12,6 millones de toneladas métricas de carbón y una reducción de las emisiones de dióxido de carbono de aproximadamente 31,3 millones de toneladas.
Anteriores récords
Las cifras de este nuevo megaproyecto hacen palidecer las del que todavía ostenta el récord mundial tanto de extensión como de producción y está en funcionamiento desde junio de 2024. Situado también en la zona de Mongolia, pero 2.000 km más al oeste, cerca de la ciudad de Urumqui, tiene una capacidad instalada de 5 GW y ocupa un total de 809,4 km2.
En el cómputo anual, la producción se va a los 6.000 millones de kWh, con los que se podría alimentar una población superior a los 10 millones de habitantes, o lo que es lo mismo, toda Andalucía y la Región de Murcia juntos.
Son cifras muy superiores a las de las mayores instalaciones solares en funcionamiento del gigante asiático, que también se encuentran en la zona más occidental del país. Se trata del proyecto solar en el desierto Ningxia Tenggeli de Longyuan Power Group y el complejo Golmud Wutummeiren de China Lüfa Qinghai New Energy, ambos con una capacidad de 3 GW, según el rastreador de energía solar del Global Energy Monitor.
India es el único país que puede hacer sombra a China en este tipo de megaconstrucciones. Su gran activo en ese sentido es el parque solar de Bhadla, el mayor del mundo durante varios años, con sus 10 millones de paneles solares y una superficie de 5.700 hectáreas. Su capacidad alcanza los 2.245 MW, suficiente para abastecer a 1,3 millones de hogares.