Las mejoras en la tecnología de las baterías están permitiendo cosas impensables hasta hace muy poco. Por ejemplo, ya existen dispositivos portátiles que funcionan sin enchufarlos para calentar la comida estés donde estés, como una placa de inducción o incluso un microondas ideal para llevar de acampada. Sin embargo, una vez la comida está en la mesa, suele enfriarse rápidamente.

Para solucionar este problema, Jack LaBonte, un joven emprendedor de Boston (EEUU), ha iniciado una campaña en Kickstarter para financiar la producción y comercialización de HeatKept. Tras un año de investigación y desarrollo y una docena de prototipos, ha dado con el diseño definitivo de un plato calefactado con un sistema de carga inalámbrica.

LaBonte, de sólo 18 años, cuenta que ha invertido todo su tiempo tras salir de clase y los fines de semana y sus ahorros acumulados trabajando en una pizzería para desarrollar diversas piezas y prototipos gracias a impresoras 3D. "Además de la impresión en 3D, hubo que desarrollar mucho la electrónica para controlar el calentamiento de la placa. Trabajé con un ingeniero eléctrico en Colombia para diseñar la placa de circuito y el elemento calefactor, que seguimos perfeccionando", afirma en el perfil del producto en Kickstarter.

El plato, según su página web, funciona con bobinas de carga abiertas, para permitir que la energía pase a través de distintas placas calefactadas apiladas para llegar hasta la placa superior. El material exterior es de plástico ABS, lo que evita que se rompa con los golpes, además del disco de aluminio que ejerce como superficie calefactora y tiene un recubrimiento anodizado para resistir arañazos y manchas.

Para aumentar la seguridad y que no crezcan bacterias en la comida, el sistema se apaga automáticamente tras 1 hora de uso. La temperatura, que va desde los 40 ºC hasta los 68 ºC, se puede regular gracias a los botones táctiles y la pantalla LCD situada en la zona superior del plato.

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Al tener varias placas apiladas, el objetivo es que la zona inferior permanezca caliente pero no tanto como para que los usuarios se quemen, con un calor similar "al de un teléfono que lleva demasiado tiempo encendido", asegura LaBonte.

Para poder limpiarlo en el lavavajillas, el plato cuenta con una impermeabilización realizada con un pegamento especial, resistente al calor y utilizable para plástico y aluminio. En cuanto a la batería, se 'rellena' por completo en 2 o 3 horas gracias a una base de carga inalámbrica con alineación magnética. 

El precio al cambio está en torno a los 82 euros y, si LaBonte consigue la financiación para HeatKept a través de su campaña en Kickstarter, está previsto que los primeros pedidos empiecen a enviarse en noviembre de 2024.