La energía solar se ha convertido en una opción muy popular para muchas personas, que acuden a ella para bajar las facturas. Un sector fotovoltaico que ha ido evolucionando con el paso de los años dejando innovaciones de todo tipo, como unos paneles hechos en España que se colocan en el balcón hasta otros que al ponerlos en vertical logran 7 veces más energía. Unas placas que también están presentes en Containwatt, un refugio autónomo que se monta en unas horas y puede dar luz a un pueblo entero.

Containwatt es obra de Monkilowatt, una start-up francesa, que ha desarrollado un concepto de base energética que es totalmente autosuficiente mediante el uso de paneles solares integrados en su cubierta superior. Un proyecto que en la actualidad se encuentra ejecutando una campaña para recaudar fondos con el fin de comenzar su industrialización, aunque Médicos sin Fronteras (MSF) ya ha encargado algunos. 

El acceso a la energía es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las personas que viven en zonas sin acceso a electricidad, y desde hace tiempo se buscan proyectos que terminen con este problema. En ese sentido, Containwatt se presenta como una solución para la electrificación de pueblos no interconectados al proporcionar un refugio autónomo totalmente transportable que cuenta con energía procedente de paneles solares y baterías.

Un refugio modular

La propuesta francesa se presenta como un refugio autónomo muy robusto que está completamente cableado y que solamente depende energéticamente de los 90 paneles solares que tiene desplegados en su techo. Un dispositivo que, pese a su gran tamaño, es totalmente portátil, ya que cabe en un contenedor marítimo de 25 metros cuadrados que se puede transportar de un lugar a otro en un barco o camión. 

Una vez desplegado, proceso que se puede hacer en apenas unas horas sin la necesidad de contar con conocimientos de electricidad y sin maquinaria especial, el espacio debajo de las placas fotovoltaicas se transforma en un refugio modular que está alimentado por unas baterías capaces de aguantar doce años, según indica la propia compañía francesa en su página web.

Los paneles solares del refugio pueden proporcionar hasta 42 kWp con una superficie de instalación de 70 metros cuadrados (que dan cobijo a 45 placas fotovoltaicas) a 210 metros cuadrados (unos 120 paneles solares). Gracias a su sistema de 'enchufar y usar', Containwatt se convierte en una alternativa sencilla para obtener electricidad y un campamento base de forma simultánea.

En cuanto a la gestión de la electricidad, ésta se lleva a cabo mediante un sistema automático capaz de garantizar el vínculo entre las baterías de sodio del refugio -capaces de almacenar hasta 120 kWh-, la producción de electricidad y el consumo. 

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Esta solución permite generar electricidad renovable sin contaminación acústica y es resistente a vientos de 120 kilómetros por hora; mientras que sus paneles y estructura gozan de una larga vida útil de hasta 20 años, frente a los 10 años para el equipo eléctrico.

Diferentes usos

Una de las principales características de estos refugios de 70 a 200 metros cuadrados es que pueden tener diferentes usos, desde servir como hospital de campaña hasta ejercer de oficinas, salas de reunión, puesto de mando en territorios hostiles o de un espacio habitable en el que dormir. 

El refugio solar como una planta de tratamiento de agua autónoma. Monkilowatt Omicrono

La compañía señala que Containwatt también puede actuar como una planta de tratamiento de agua autónoma, puesto fronterizo móvil en el desierto o dar electricidad a pueblos que no tengan acceso a ella. 

Además de ello, se puede centrar el despliegue de Containwatt en torno a un concepto de desarrollo económico mediante el alquiler de espacios de trabajo electrificados para actividades de los microempresarios locales, pudiendo por ejemplo instalarse en el centro del pueblo y convertirse en un espacio habitable.

Esquema del refugio solar autónomo como estación de control. Monkilowatt Omicrono

Los dos primeros refugios se entregaron a finales de 2022 a Médicos sin Fronteras -que realizó un pedido de más de 600.000 euros- y sirven como hospitales de campaña en los países africanos del Chad y Sudán del Sur. Cuentan con espacios de carpa modular de 150 metros cuadrados capaces de albergar tanto oficinas como salas de tratamiento para atender a los pacientes; y todo ello sin generar contaminación alguna.

Pero hay más organizaciones interesadas en esta tecnología, como el ejército francés que está actualmente en conversaciones para finalizar un importante pedido. Por el momento la compañía está buscando fondos que quieran invertir con el fin de recaudar 500.000 euros que irán destinados al desarrollo empresarial de la start-up, el desarrollo de productos y a la organización industrial.

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