La necesidad agudiza el ingenio y las tropas ucranianas saben mucho de convertir cualquier tipo de material en un arma de guerra. Mientras que el redoble de esfuerzos por parte de la OTAN, España incluida, no parece ser suficiente para terminar con la invasión rusa, las fuerzas armadas a las órdenes de Zelenski están modificando drones de reconocimiento en misiles guiados. O al menos eso es lo que dicen desde el otro lado de la línea enemiga.

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El gobernador del óblast de Kursk situado en el oeste de Rusia publicó en su canal de Telegram que un dron ucraniano fue derribado mientras volaba en espacio aéreo ruso. Las fotos aportadas muestran algunas piezas de un dispositivo Tu-143 fabricado por la compañía Tupolev, uno de los principales contratistas de material soviético y ruso.

El estado con el que el dron-misil alcanzó suelo ruso puede deberse a su interceptación con cualquiera de los sistemas antiaéreos que las tropas de Moscú tienen desplegadas a lo largo de su frontera con Ucrania. "El Comité de Investigación está trabajando en el sitio donde se encontraron los restos", concluye el gobernador del óblast.

Restos del Tu-143 derribado por Rusia

Este Tu-143 es el segundo que las fuerzas armadas rusas derriban desde que comenzara la invasión. La primera ocurrió el pasado abril cuando las tropas rusas confirmaron una baja en Járkov, una de las primeras zonas en caer en la invasión, situada en el norte de Ucrania.

El dron transformado

El Tupolev Tu-143 Reys comenzó a desarrollarse en los años 60 en uno de los momentos más complicados de la Guerra Fría, donde los sistemas aéreos no tripulados comenzaban despuntar. Moscú estaba necesitada de una aeronave de reconocimiento táctico más flexible y pequeña que el dron Tu-141, que sirvió como base a los ingenieros simplemente reduciendo sensiblemente la escala.

Tupolev Tu-143 fuera de servicio Alan Wilson vía Wikimedia

El primer vuelo de esta aeronave de espionaje se produjo en 1970, inaugurando un proceso de validación tecnológica que se remató oficialmente en 1976, aunque no entró en servicio de forma oficial hasta 1982. Desde entonces, el Tu-143 lleva operativo Corea del Norte, Siria, Bielorrusia, Ucrania y en Rusia. En este último país se emplean exclusivamente como blancos para la práctica de tiros.

Por el momento, se desconocen las modificaciones que el ejército ucraniano ha aplicado a este modelo de dron en particular. Tan solo se sabe que hace unos meses un Tu-141 ucraniano se estrelló en suelo croata —por un supuesto error de cálculo— acarreando lo que parecía ser una ojiva explosiva montada en el lugar que debería ocupar la sensórica del aparato.

Otra de las líneas de investigación apuntan a que este tipo de drones modificados pueden emplearse meramente como señuelos con el fin de revelar las posiciones rusas y sus escudos antiaéreos. Con esta información, los cazas a las órdenes de Zelenski podrán sobrevolar las zonas menos protegidas y así evitar ser derribados por artillería rusa.

Ambas estrategias se combinan en una tercera consistente en el empleo de las aeronaves no tripuladas como drones kamikaze, según recoge The War Zone. En abril, la Fuerza Aérea de Ucrania ejecutó una ofensiva contra unos depósitos de combustible emplazados en suelo ruso; empleando un ataque sacrificando un dron para despistar mientras helicópteros Mi-24 lanzaban misiles contra la infraestructura.

Tu-143 ucraniano Varga vía Wikimedia

A falta de confirmación oficial, el Tu-143 derribado podría haber seguido ese mismo planteamiento; aunque desbaratado en última instancia por las baterías antiaéreas rusas. Se desconoce el número de drones de este modelo que Ucrania tiene actualmente disponibles —todos de herencia soviética— y su estado de conservación.

La aeronave de reconocimiento de Tupolev cuenta con un sistema de lanzamiento desde un camión asistido por cohetes en una primera etapa. Una vez en el aire y transcurridos unos segundos, emplea su propio propulsor de reacción que le confiere una autonomía de unos 200 kilómetros en la versión más básica.

Lanzamiento Tu-143

En un primer momento, los Tu-143 montaban cámaras de grabación de vídeo que fueron sustituidas por sistemas de retransmisión en tiempo real y sensores de detección de radiación más modernos. Todo ello en una longitud de 8 metros, una envergadura de 2,24 metros y 1.230 kilogramos en el momento del lanzamiento. La velocidad máxima se sitúa en 950 km/h a una altitud máxima de 5.000 metros.

Error en Croacia

El 10 de marzo, tan solo unos pocos días después de que Rusia comenzara su ofensiva en Ucrania, parte de croatas residentes en la capital Zagreb se despertaron en mitad de la noche. La responsable fue una aeronave ucraniana no tripulada que se estrelló en la ciudad y dejó un cráter plagado de restos de fuselaje y componentes propios de una bomba.

Tupolev Tu-141 George Chernilevsky vía Wikimedia

Tras las primeras pesquisas, el Ministerio de Defensa croata informó de que se trataba de un dron Tupolev Tu-141. El hermano mayor —por tamaño y edad— del Tu-143 que acaban de derribar los rusos. El responsable del destrozo estaba claro: Ucrania es el único país que actualmente sigue operando este tipo drones tras reacondicionarlos en 2014 después de la anexión rusa de Crimea.

Los oficiales de defensa del país mediterráneo aseguraron que, tras el impacto del Tu-141, se produjo una gran explosión. Confirmando de esta forma que acarreaba una carga explosiva en su interior. Casi 4 meses después, todavía se desconoce qué pudo suceder y por qué una aeronave de este tipo pudo cruzar cientos de kilómetros por encima de países OTAN.

El primer vuelo del Tu-141 se produjo en 1974 tras unos cuantos años de desarrollo dentro de los laboratorios de Tupolev. En aquella época, Moscú necesitaba reemplazar al Tu-123 que por entonces ostentaba el título de dron de reconocimiento de mediano alcance.

Tras un periodo de pruebas de vuelo, el nuevo modelo de Tupolev —que luego se usaría como base del Tu-143— entró en servicio oficial en 1979 y se mantuvo en una producción constante durante una década. En total, se estima que se fabricaron unas 140 unidades.

Tu-141

Se trata de un dron de 14,33 metros de largo por 3,88 de envergadura y un peso máximo al despegue algo superior a las 6 toneladas. En su interior, podía acoger sensores infrarrojos, sistemas electroópticos de todo tipo y radares.

En cuanto a rendimiento, es capaz de alcanzar velocidades transónicas (cercanas a la del sonido) con una punta de 1.100 km/h, aunque la de crucero está establecida en 1.000 km/. Cuenta también con una autonomía para 1.000 kilómetros y un techo de servicio situado en los 6.000 metros.

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