La carrera por dominar los misiles hipersónicos no ha hecho más que empezar entre los grandes actores de panorama militar mundial. Estados Unidos, China, Rusia y una incipiente Corea del Norte han realizado pruebas en los últimos tiempos ante una Unión Europea que va a la zaga con países como Alemania y Francia con desarrollos discretos y sin rastro alguno de ellos en España.

La práctica invisibilidad de este tipo de arma ante los radares de los sistemas antimisiles que cubren algunos países la convierte en una amenaza realmente peligrosa. Tanto es así que algunas naciones como Corea del Sur ya han mostrado públicamente su preocupación ante el aumento considerable de las pruebas de lanzamiento mientras la mejora tecnológica al servicio de lo hipersónico no se detiene.

El último test en salir a la luz ha tenido como protagonista a la propia China y al supuesto lanzamiento del misil DF-17 con capacidad de acarrear una ojiva nuclear y empleando un cohete Long March. Según recoge Financial Times, la prueba militar habría tenido lugar el pasado agosto ante la sorpresa de los servicios de inteligencia de Estados Unidos que suelen estar muy pendientes de este tipo de movimientos militares.

Hipersónico e indetectable

En el mismo reporte se indica que el DF-17 dio la vuelta al mundo en una órbita baja, sin especificar altitud, uniendo dos puntos que tampoco han sido revelados. La ruta que habría seguido el misil comprendería la circunnavegación del Polo Sur con el único fin de alejarse de los sistemas de detección que Estados Unidos tiene 'mirando' el Polo Norte. Aunque de haber seguido la ruta septentrional quizá tampoco habría sido detectado.

Lina Smith

Un viaje de miles de kilómetros a más de 5 veces la velocidad del sonido que habría pasado totalmente desapercibido para la comunidad internacional. Lo que da una idea del potencial de ataque de este tipo de armamento hipersónico.

Tal ha sido la repercusión de la supuesta prueba militar del DF-17 que el gobierno chino ha informado que no fue tal. "No era un misil, era un vehículo espacial", dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores en una rueda de prensa, quien añade que ha sido una "prueba rutinaria" llevada a cabo en julio -y no en agosto- con el propósito de reutilizar el vehículo, según recoge Reuters.

Lanzamiento del misil hipersónico chino Starry Sky-2 Science and Technology Daily

Más allá del lanzamiento chino, el secreto -que realmente ya no lo es- de la propiedad furtiva de las armas hipersónicas pasa precisamente por una altísima velocidad junto a un vuelo a relativa baja altitud. Si se combinan estos dos factores, los sistemas antimisiles actuales y los radares de aviación quedan fuera de juego sin capacidad real de contraataque ni apenas detección.

La propia curvatura de la Tierra es la mejor aliada de los misiles hipersónicos y la peor enemiga de los sistemas diseñados para repeler y detectar anticipadamente esos ataques. Una estación de rastreo situada en la superficie o en el agua tiene una cobertura en la horizontal limitada por el ángulo de esa curvatura terrestre, provocando que el misil aparezca en el radar demasiado tarde o pase tan rápido que difícilmente deje un eco tan fugaz que lo convierte en transparente.

Los hipersónicos tienen una altitud de vuelo que se suele situar a menos de 100 kilómetros de altura para los modelos planeadores y unos 60 o 70 kilómetros para los de crucero que se lanzan desde aeronaves. En el mejor de los casos -desde la perspectiva del sistema antimisiles- se estima que volar a tan baja altitud reduce a unos 12 minutos el tiempo de reacción, bastante menos que si se tratara de un misil balístico tradicional cuya trayectoria es, además, mucho más predecible.

Esos 12 minutos de margen se pueden ver reducidos notablemente si se incrementa la velocidad (hay casos de misiles hipersónicos que pretender ir más allá de 8 veces la velocidad del sonido) y se reduce la altitud. Estos dos factores aprovecharán los nuevos sistemas de propulsión que países como Estados Unidos o Rusia están estudiando para el lanzamiento de misiles hipersónicos de crucero, con velocidades cada vez mayores, menor altitud de vuelo necesaria y cada vez más capacidad de maniobra.

Lanzamiento misil hipersónico norcoreano

Todos esos ingredientes convierten a los misiles hipersónicos en una de las armas más poderosas a la par que avanzadas en el terreno tecnológico. Poder dar prácticamente la vuelta al mundo sin que una sola nación se entere puede ser el principio del fin de los sistemas antimisiles tal y como se conocen hoy en día. Con una precisión extraordinaria para el poco tiempo que llevan probándose. El Financial Times habla de un error de 38 kilómetros en la llegada al objetivo del misil nuclear DF-17 chino.

Escudos espaciales

Con Rusia aparentemente encabezando la carrera de los misiles hipersónicos, Estados Unidos ya se encuentra trabajando en un sistema de escudo capaz de detectarlos con mayor antelación. En lugar de las estaciones en tierra o en el mar a bordo de los grandes buques, el Pentágono ha encargado a SpaceX una red de satélites que formarán parte de un escudo espacial.

El pedido está formado por un total de 4 satélites a SpaceX por un valor de 193,5 millones de dólares y otras 4 unidades de satélites a L3Harris por 149 millones. Cada una de las compañías deberá construir satélites de amplio espectro con sensores infrarrojos que deberán integrarse en el ecosistema antimisiles del país norteamericano.

Constelaciones de satélites de la SDA Space Development Agency Omicrono

"Los satélites proveerán de datos de seguimiento de misiles de vuelo hipersónico y para la siguiente generación de amenazas de misiles avanzados", según declaró en 2020 Derek Tournear, el director de la Agencia de Desarrollo Espacial (SDA, de su siglas en inglés) que está a cargo del proyecto. "Proporcionarán la detección, el seguimiento y el control de disparo para vehículos hipersónicos, misiles balísticos... Cualquiera de esos tipos de amenazas".

Se estima que la primera tanda de satélites se lance en algún momento del año 2022 y se establezcan en una órbita baja de la Tierra. Mientras que la constelación completa y operativa se hará esperar hasta el 2026 sin no se producen retrasos.

Los de SpaceX y L3Harris son tan solo una pequeña parte de todo el despliegue espacial que planea llevar a cabo Estados Unidos en los próximos años. Según algunos esquemas publicados por la SDA, el escudo antimisiles estará formado por 7 capas de satélites que trabajarán en conjunto para repeler las amenazas en el menor tiempo posible. Aunque los misiles hipersónicos no se lo pondrán nada fácil.

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