Si bien la tecnología de la exploración espacial está cada vez más desarrollada y lista para llegar a otros planetas, todavía quedan algunos cabos esenciales por tratar. Uno de los más importantes tiene que ver con los sistemas de colonización que se han propuesto hasta la fecha. Desde el de vivir en las propias naves espaciales de SpaceX hasta excavar ciudades subterráneas de un estudio de arquitectura de España.

Pero, hasta ahora, ninguno ha conseguido dar con el método definitivo y prácticamente todo está abierto a debate. Uno de los últimos proyectos en aparecer está relacionado con la fabricación de material de construcción base para Marte y, lejos del cemento terrícola, apuesta por el uso de fluidos corporales de todo tipo para mezclarse con el polvo que cubre la superficie del planeta rojo.

El proyecto proviene directamente de la Universidad de Manchester, donde unos investigadores han dado a conocer, a través un paper en Materials Today Bio, de qué manera la sangre o la orina puede utilizarse para construir las viviendas marcianas. 

Casas de sangre

Llevar materiales de construcción desde la Tierra hasta Marte es tan costoso que ni se plantea la posibilidad. Las naves que cubran el trayecto deberán acarrear lo estrictamente necesario y si se consigue construir casas habitables sin llevar sacos de cemento o ladrillos será más que bienvenido. Más incluso si se tiene en cuenta que el viaje al planeta rojo, muy probablemente, no contará con un billete de vuelta si alguien se arrepiente a mitad de su periplo extraterrestre.

Recreación de astronauta en Marte Nicolas Lobos

Más allá de lo truculento del tema, los científicos de la universidad inglesa se basan en evidencias científicas. En concreto, en la proteína seroalbúmina (también llamada HSA) que está presente en el plasma de la sangre humana y en la orina y que puede usarse como agente conglomerante si se mezcla con el polvo marciano.

Esta combinación química daría como resultado un material "más resistente que el hormigón ordinario", según los propios científicos. En cuanto al método de extracción, y lejos de tener que terminar con la vida de nadie, los investigadores concluyen que se podrían recoger el plasma de la sangre de los astronautas varias veces por semana en un proceso similar al de las actuales donaciones, según recoge mixx.io.

La HSA es la proteína más abundante del plasma sanguíneo y se repone a una tasa de entre 12 y 25 gramos al día, en declaraciones de Aled Roberts, autor principal del estudio, a Interesting Engineering. Una cantidad muy pobre que necesitaría de miles de astronautas para sacar verdaderamente provecho. Pero estas extracciones puntuales abren un tema interesante sobre si afecta al rendimiento físico o mental de los astronautas, que deberán de realizar tareas complejas en un ambiente tan extremo.

"Creo que los efectos en la salud física y mental serán la principal preocupación si se aplica esta técnica", ha declarado Aled Roberts. "La microgravedad es muy exigente para el cuerpo, causando problemas como la degeneración de los músculos y los huesos, y cualquier procedimiento que dé aún más la salud de los astronautas será completamente inaceptable", prosigue.

Rover Curiosity en Marte NASA

Con el efecto negativo de la microgravedad por delante, Roberts deja la puerta abierta a la experimentación. "No está claro si la gravedad en Marte causará los mismos efectos". Y es que la fuerza de atracción en el planeta rojo es aproximadamente un 30% del de la Tierra. "Esto deberá determinarse experimentalmente".

Otros materiales

Según los costes de transporte actuales, enviar un solo ladrillo desde la Tierra a Marte tendría un coste aproximado de 2 millones de dólares, según datos de Structure Magazine. Esto proporciona una idea de la necesidad de inventar nuevos métodos de construcción que usen el material disponible localmente.

Actualmente, con la colonización de la Luna más cerca que la marciana, algunos proyectos apuntan al empleo de impresoras 3D que utilizan el polvo lunar para la fabricación de utensilios y materiales de construcción. La NASA ya lo está desarrollando y las primeras investigaciones se llevarán a cabo en la Estación Espacial Internacional.

Sin salir de la tecnología de impresión 3D, otros proyectos apuestan por el reciclado de materiales para su uso como materia prima para este tipo de impresoras. Pero sin duda uno de los más ambiciosos se está llevando a cabo en Dubái, donde científicos ya planean cómo utilizar esta técnica combinada con la excavación en la roca de enormes ciudades.

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