Y eso que últimamente China ha dado un giro de 180 grados a su política de comunicación de logros espaciales. Se pudo comprobar en la cobertura de los últimos éxitos que han cosechado con programas como el de la estación espacial orbital cuyo primer elemento se lanzó hace tan solo unas semanas o su proyecto de colonización de la Luna que tiene planeado llevar a cabo junto Rusia.

El vehículo suborbital se lanzó desde el Jiuquan Satellite Launch Center el pasado 16 de julio y aterrizó en el aeropuerto de la liga Alxa, en la región china de Mongolia Interior. La distancia entre el centro de lanzamiento de satélites y el pequeño aeropuerto es de unos 250 kilómetros en línea recta. Este último, además, está compuesto de una única pista, una pequeña rampa de aparcamiento y está situado en mitad del desierto. El sitio perfecto para mantenerlo lejos de miradas ajenas.

Nave reutilizable

El transporte suborbital se ha convertido en uno de los objetivos a conseguir por las diferentes agencias espaciales de todo el mundo. China no iba a ser menos y ya cuenta con algunos programas relacionados con este tipo de vuelos enfocados en cubrir grandes distancias en un tiempo notablemente más reducido que los aviones comerciales actuales.

Diseño de nave de CASC CASC

En el comunicado de la China Aerospace Science and Technology Corporation (CASC) se detalla que el vehículo lanzado usa tecnologías tanto de avión como de nave espacial y que su sistema de lanzamiento se comprende de un despegue vertical y un aterrizaje en horizontal.

"Se puede utilizar como una subetapa de un sistema de transporte espacial reutilizable impulsado por motores de cohetes, una integración avanzada de la tecnología espacial y de aviación", según reportó la propia CASC. El escueto comunicado termina indicando que el éxito del proyecto "ha sentado una base sólida para el desarrollo de uso repetido de la tecnología de transporte espacial de trasbordadores espaciales y terrestres".

Conociendo eso y sabiendo que la distancia entre la plataforma de lanzamiento y el lugar de aterrizaje es tan escaso para un vuelo suborbital, es posible que China haya optado por un plan de vuelo de sobra conocido por la CASC. Se trata de un despegue vertical y un descenso en espiral similar al que realizaban los transbordadores espaciales estadounidenses.

Posible esquema de vuelo, seguido en lanzamientos de aviones espaciales anteriores CASC

China no ha emitido una sola imagen o vídeo de la nave utilizada en el lanzamiento ni los detalles sobre altitud o velocidad alcanzadas. Tan solo se conoce -por el nombre en chino- que se trata de una nave suborbital reutilizable. Algo en lo que la CASC lleva trabajando varios años en los que ya ha realizado algunos vuelos de prueba.

Uno de los últimos grandes éxitos de China relacionados con vehículos reutilizables se produjo en septiembre del pasado 2020, cuando consiguió hacer despegar, poner en órbita y posteriormente aterrizar horizontalmente uno de ellos. En aquel entonces, CASC sí informó sobre la operativa del avión espacial y señaló que se mantuvo un par de días en órbita con el fin de desplegar un satélite. Pasado ese tiempo aterrizó sin novedades en la pista de una base militar aislada.

Diseño de nave de CASC CASC

Todos estos sistemas reutilizables aparecieron en los planes de la China Academy of Launch Vehicle Technology (CALT), dependiente de la CASC, en el año 2017. En ellos se recoge la intención de realizar los primeros lanzamientos en el 2020 -como así fue, aparentemente- para el desarrollo de vehículos. El fin último, si siguen el mismo roadmap, es la construcción de naves espaciales nucleares y reutilizables para el 2045.

El lanzamiento llega en uno de los momentos más importantes para los vuelos suborbitales de los últimos años. Hace pocos días que Richard Branson despegó a bordo de la nave VSS Unity abriendo el paso a un turismo -casi- espacial para millonarios mientras en Estados Unidos algunas compañías, como SpaceX, apuestan por un sistema similar de nave reutilizable para cubrir rutas de pasajeros y mercancías en un futuro no muy lejano.

Prototipo de nave, posiblemente la lanzada en septiembre de 2020 Weibo

La versión de EEUU

El lanzamiento de 2020 le granjeó el nombre de X-37 chino, en referencia al avión espacial que Boeing lleva desarrollando más de una década junto con la Fuerza Espacial de Estados Unidos y la NASA.

La versión de la nave del país norteamericano está compuesta por un vehículo no tripulado que necesita ser lanzado por otro cohete en posición vertical. Actualmente, el X-37 se utiliza como banco de pruebas para demostrar si es posible construir naves espaciales orbitales reutilizables.

X-37 USAF

El avión espacial de Boeing acumula 6 misiones completadas satisfactoriamente desde que despegó por primera vez en el 2010. El último de los lanzamientos se produjo, precisamente, a mediados del mes de mayo del pasado 2020 y por el momento continúa alrededor de la Tierra en una órbita baja de cerca de 400 kilómetros de altura.

Al ser misiones puramente militares dependientes de la Fuerza Espacial de Estados Unidos los detalles escasean al ser consideradas material clasificado. Aunque sí se conoce que está probando tecnologías punteras como un propulsor de plasma electrostático de gradiente magnético, experimentos con nanotubos o nuevas tecnologías de antenas.

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