Arktika, buque rompehielos ruso

Arktika, buque rompehielos ruso Rosatom Omicrono

Tecnología Náutica

Arktika, el monstruoso rompehielos ruso que cruza el Ártico con propulsión nuclear

Rusia sorprende al mundo con un nuevo buque: el rompehielos más grande del mundo con 174 metros, 33.000 toneladas de desplazamiento y propulsión nuclear.

30 septiembre, 2020 01:53

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Rivales en otras muchas facetas, Estados Unidos y Rusia también lo son en la ingeniería de lo gigante. Ambos países cuentan entre sus creaciones con armas, barcos, aviones e infraestructuras de dimensiones colosales que solo poniéndolas a escala se puede hacer una idea de su inmensidad. Ahora, mientras en España se sigue a vueltas con el proyecto del submarino S-80, el último coloso en salir a la luz es un barco rompehielos ruso, el más grande del mundo jamás creado.

El Arktika, como así lo han bautizado en hornor a un icónico rompehielos ya retirado, salió de las instalaciones de Baltik Shipyard (Astilleros del Báltico) en San Petersburgo rumbo al puerto marítimo de Murmansk. El trayecto se espera que tome a la tripulación unas 2 semanas en las que el barco demostrará su potencia rompiendo hielo en mitad del mar.

El Arktika será el buque insignia de FSUE Atomflot, la empresa estatal rusa que forma parte de Rosatom. Su primera misión será la de entrenamiento y comprobación en el archipiélago Tierra de Francisco José, en el océano Glacial Ártico y perteneciente a la federación rusa; para luego pasar a servicio convencional destruyendo a su paso el hielo que flota sobre el Ártico.

Gigante rompehielos ruso

Al igual que ocurre con el resto de barcos o submarinos, la creación y modernización de una flota de barcos rompehielos se ha convertido en un asunto estratégico para Rusia. El hielo es uno de los principales problemas en las rutas marítimas rusas cuando se realizan a latitudes tan extremas. Si el barco no está preparado, puede desgastar el casco hasta tal punto que llegue a romperse. Por eso existen este tipo de embarcaciones que van creando corredores libres -o casi- de hielo por los que cualquier embarcación puede pasar.

Arktika

Arktika Rosatom Omicrono

El Arktika tiene un desplazamiento de 33.000 toneladas empaquetadas en un buque de 174 metros de eslora y poco más de 51 metros de altura en el punto más alto. Esta última medida es importante pues ofrece a la tripulación una visibilidad extraordinaria. Rematan las especificaciones los 3 motores de propulsión nuclear con los que cuenta, aunque para este viaje tan solo están operativos 2 de ellos, según recoge The Drive.

Estas medidas y potencia lo posicionan como el rompehielos más grande del mundo relegando de tan honrosa posición a otro compatriota. El ahora segundo rompehielos más grande del mundo tiene un nada desdeñable desplazamiento de 25.000 toneladas, está propulsado por energía nuclear y los primeros buques de su modelo fueron botados en 1975. Desde entonces no se habían creado rompehielos más grandes.

El Proyecto 22220, al que pertenece el Arktika, consolida la estrategia de Rusia al ser el único país del mundo en operar rompehielos nucleares. En concreto, está propulsado por 2 reactores RITM-200 de agua presurizada capaces de generar hasta 175 megavatios cada uno. Estos reactores alimentan a su vez a 3 motores eléctricos de una sola hélice y están diseñados para empujar contra capas de hielo de hasta 2 metros. Según recoge la propia Rosatom, el nuevo Arktika tiene una autonomía de hasta 12 años.

Arktika, buque rompehielos ruso

Arktika, buque rompehielos ruso Rosatom Omicrono

El diseño del Artyka comenzó a cocerse a principios de los años 2.000 finalizando el proyecto sobre papel en el 2009. En 2012 comenzó la construcción y ha ido encadenando diferentes retrasos año a año. Uno de los principales problemas a los que se enfrentaron los ingenieros rusos fue a que el diseño original empleaba turbogeneradores ucranianos de la compañía Turboatom. Poco después del comienzo en la construcción, estalló la crisis con Crimea y el empleo de estas piezas no era posible obligando al equipo de ingenieros a rediseñar parte del sistema. En principio, se planeó que estuviera disponible en algún momento de 2017, pero su lanzamiento se retrasó primero a 2019 y después a este 2020.

Aunque para nada están resueltos todos los problemas. Como hemos indicado antes, el Arktika ha comenzado su viaje con solo 2 motores operativos debido a que sufrió un problema muy grave mientras hacía maniobras de ensayo en febrero de este año. La compañía estatal ha asumido el fallo y ha aceptado al barco tal y como está. Según se ha publicado, esperan reemplazar el motor al año que viene.

Estos problemas no han frenado las ambiciones rusas y ya tienen otros 3 buques como este cociéndose en los astilleros, aunque no hay fecha de entrega estimada.

Los rivales de Arktika

Estados Unidos, como no podía ser de otra manera, también cuenta con una flota de rompehielos. A diferencia de la Rusa, que posee un gran número de ellos, los norteamericanos tan solo cuentan con un par: USCG Healy y el USCGC Polar Star. Al primero se le quemó el sistema de propulsión hace tan solo unas semanas y lo dejó fuera de juego obligándole a regresar a puerto. Y el segundo, el más antiguo y más grande, va pidiendo un relevo generacional. El Polar Star -foto abajo- tiene un desplazamiento de 13.000 toneladas y una longitud de 110 metros, muy por debajo del gigante ruso.

Polar Star

Polar Star Coast Guard Omicrono

El cuerpo de Guarda Costas de Estados Unidos esperan recibir en los próximos años 3 nuevos barcos rompehielos pesados de unas dimensiones similares al Arktika, pero de propulsión con combustible convencional.

Recientemente Donald Trump sí ha nombrado el problema y ha puesto sobre la mesa la posibilidad de adquirir rompehielos de propulsión nuclear aunque no se ha concretado nada ni se ha hablado, públicamente, de plazos. Lo que se pone de manifiesto con el nuevo buque ruso son las intenciones del país en la modernización de la flota y en la ampliación en busca de 'hacerse' con el Océano Polar Ártico; clave en los últimos años tras el descubrimiento de combustibles fósiles y otros recursos económicos clave.